Han tardado doce años en derribarlas desde el desalojo. ¿Qué se puede decir? Son tan evidentes algunas comparaciones que dan pudor. Una costa llena de hoteles sin licencia y lo que tiran son unas casas de pescadores que tenían más de un siglo... Ni siquiera figuraban en el inventario arquitectónico de Yaiza.

Aquellos que cuando miran el mar, la arena y los callaos solo piensan en la cuenta de resultados, deberían saber que lo antiguo se revaloriza y lo moderno se devalúa. No hace falta avergonzarse y esconder un pasado de carencias. Es mejor la pobreza material que la miseria moral.

“A mí, hoy, me dan a elegir entre la casa o limpiar el mar y prefiero que desocupen el mar, que lo limpien, antes que la casa”. Eso decía Santiago Medina, que nació allí, en Berrugo, hace 84 años. Hay más dignidad en esas palabras que en todo lo que se pueda decir sobre ese puerto.

Y se pueden decir muchas cosas. Por ejemplo, que se usó dinamita en su construcción, que se construyeron locales comerciales que no estaban previstos y que no pagaban impuestos, que el Cabildo le favoreció con dinero público instalando allí un museo submarino que ya nadie recuerda, que su licencia de construcción fue fruto de la prevaricación de un alcalde al que le regalaban el atraque para su barco y que está anulada en firme por los tribunales. Que está, por tanto, fuera de la legalidad.

Los tribunales les dieron la razón sobre la propiedad de las casas de Berrugo, donde nacieron varias generaciones de los Medina. Los tribunales han anulado la licencia del puerto. Hay una resolución justa y una injusta.

Si tiene usted dudas sobre cuál es cuál, lea Lancelot. Si no existiera, habría que inventarlo por su gran utilidad. Dice que han derribado la “polémica” casa de Berrugo. Una polémica es una controversia pero la polémica también es el arte que enseña los ardides con que se debe ofender y defender cualquier plaza. Aquí hay mucho de lo segundo y poco de lo primero.

Yo, cuando tengo dudas sobre algún asunto que desconozco, ese medio me las despeja. Si toman postura por algo, ya sé dónde colocarme. No falla nunca.