Se crea una plataforma de vecinos contra la dispersión por toda la geografía de Fuerteventura de 60 aerogeneradores, que critica la falta de una planificación insular adecuada para evitar impactos
El reto de compatibilizar las energías renovables y el paisaje de Fuerteventura
Se crea una plataforma de vecinos contra la dispersión por toda la geografía de Fuerteventura de 60 aerogeneradores, que critica la falta de una planificación insular adecuada para evitar impactos
Como el Quijote, que inició en Campo de Criptana su batalla contra unos desaforados gigantes, aproximadamente 30 molinos, en Fuerteventura un gran número de vecinos ha emprendido una ofensiva para salvar el paisaje y la biodiversidad de la Isla, sin renunciar a las energías renovables.
La situación es compleja: el abastecimiento energético de Fuerteventura depende casi en exclusiva de recursos fósiles y contaminantes, con la polémica central eléctrica ubicada en el barrio capitalino de El Charco como exponente.
La Isla apuesta por las renovables pero ha faltado la planificación adecuada y no se han acotado de forma precisa las zonas en las que se podrían implantar instalaciones eólicas o fotovoltaicas. Como consecuencia de ello, ahora una avalancha de parques eólicos, con unos 60 aerogeneradores desperdigados por el interior de la geografía insular, en espacios vírgenes y rurales, suponen “un grave impacto para el paisaje y para la avifauna”.
En el ámbito de la sociedad civil ha germinado una visión crítica: se defienden las energías renovables y limpias pero se cuestiona el poder de las multinacionales para imponer dónde se instalan los parques sin tener en cuenta su impacto en el paisaje o en la fauna de la Isla. Las primeras reuniones y contactos ya se han celebrado.
A la plataforma SOS Paisaje y Biodiversidad de Fuerteventura se han sumado los vecinos afectados, además de expertos en ornitología y personas ligadas al turismo verde, así como diversas asociaciones, entre la que destaca Fuerteventura Sostenible, que está coordinada por la ingeniera Yurena Marichal, una de las responsables también de plantarle cara a Red Eléctrica Española (REE) con las torres de alta tensión que han herido el horizonte de media Isla.
Marichal asegura que es necesaria una planificación energética insular y un cambio de modelo, pero destaca que los parques eólicos son parte de la vieja planificación impuesta por los oligopolios de la energía como es Gas Natural Fenosa, que ingresó el último año más de 23.300 millones de euros, o Iberdrola, con una facturación superior a los 31.400 millones de euros. Ambas compañías tienen fuertes intereses en Fuerteventura y “solo les importa su cuenta de resultados”.
Para Marichal, la situación está muy clara: las subvenciones que la Unión Europea ha creado para paliar el cambio climático en temas de energía hasta el año 2020, en Canarias llevan mucho retraso. “Se trata de las denominadas 20, 20, 20 (20 por ciento de reducción de emisiones de CO 2, 20 de energías renovables y 20 de eficiencia energética) que en el Archipiélago no llegan al 15 por ciento”, añade la ingeniera.
Así pues, explica, “queda mucho por hacer y de ahí este acelerón” que se ha visto en los últimos meses. Mediante estas ayudas de la Unión Europea para la transición energética muchas empresas han visto un negocio redondo en instalar parques eólicos, sin importar su emplazamiento, “porque Europa revierte el 70 por ciento de la inversión”. “Además tienen el chollo de que la energía entra en el cupo de primas que existe en Canarias, así que les van a pagar la electricidad por encima del precio de mercado”, señala.
“Está claro que no existe ningún producto financiero que dé esos márgenes de beneficio de más del 50 por ciento” y, “de hecho, estamos seguros que una vez se cobren las subvenciones venderán o subcontratarán la gestión de los parques a otras empresas”, apunta la portavoz de Fuerteventura Sostenible.
Las prisas en aprobar esos 21 parques eólicos están siendo evidentes. Los trámites administrativos “se están realizando de una forma muy poco transparente”, señalan los críticos, hasta tal punto que los vecinos se enteran cuando están a punto de expropiarles sus tierras unas empresas privadas “a precio de saldo”.
En otros casos, la situación es incluso peor. Por ejemplo, Leahn Stanhope, vecina de El Time, que compró su casa hace ocho años, se acaba de enterar que a unos 360 metros de su vivienda van a instalar un aerogenerador de 156 metros de altura, similar a la Torre Picasso de Madrid, que tiene 47 plantas. El proceso está iniciado y prácticamente a punto de concluir, aunque es “completamente irregular”, defiende la afectada, porque las distancias a las casas según la ley es de 400 metros.
Esta inglesa, que hace muchos años eligió Fuerteventura por su paisaje “espectacular”, afirma que ahora va a “vivir dentro de un parque eólico”. “Al ser tan plana esta Isla se va a convertir toda ella en un parque eólico, así que en la puerta de entrada del aeropuerto deberían decir: Bienvenidos a un parque eólico”.
Reunión de la plataforma vecinal sobre los parques eólicos.
La Calabaza y Villaverde
En Tuineje, un grupo de vecinos se enteró de “pura chiripa” a través del Boletín Oficial de la Provincia que por sus tierras, en la zona de La Calabaza, pasaba la línea de evacuación de la energía del parque eólico Tablada y Moralito, de cinco aerogeneradores.
En este caso, se vieron afectadas Pino Martínez Martín, que llevaba cuatro años con sus gavias en barbecho para que le dieran un certificado de agricultura biodinámica y poder producir plantas medicinales. También resultaron afectadas las fincas de Ramona Marrero Torres, propiedad de sus padres y donde se crió, y de Dámaso Martínez Ramírez.
Todos ellos se han visto desbordados por este asunto, han pedido amparo al Cabildo de Fuerteventura y también han buscado un abogado experto en pleitear contra abusos a los ciudadanos. “Parece que el caso va por buen camino”, subraya Martínez.
Las situaciones entre los vecinos son muy diversas, pues también hay familias muy poderosas de la Isla que han planteado instalar un parque eólico en su propiedad, en zonas de gran valor ambiental, y familias de expolíticos muy influyentes también tienen intereses.
Por otro lado, hay zonas que van a sufrir una transformación. Es el caso de Las Cabras en Triquivijate (donde están previstos cinco molinos) o la Solana de Tesjuate-Casillas del Ángel, en el Morro de la Atalaya y de las Piteras, al lado también del Valle de Tetir, donde plantean ubicar tres aerogeneradores de 4,5 Megavatios. También en Rosa Catalina García, una de las fincas más bonitas de Fuerteventura y con más biodiversidad, pretenden instalar nada menos que cuatro molinos.
Los aerogeneradores que ya le han cambiado la vista a Villaverde y a Lajares forman parte del Proyecto Fuerteventura Renovables II, ubicado en el lomo cercano a Montaña Redonda, cuyo promotor es Leo Ras SL, una empresa creada en el año 2007, en Las Palmas, cuyo socio único es Gas Natural Fenosa, y que cuenta con un proyecto con una potencia de 4,7 megavatios y un presupuesto de un poco más de dos millones de euros. Entre las personas a expropiar aparece Charles Saunders.
Este parque eólico –que ha cortado la vista a Lobos desde Villaverde- es para los expertos en avifauna un auténtico “desastre para la biodiversidad”, pues está situado en un lugar muy delicado que afecta al guirre y a la avutarda-hubara, especies ambas en peligro de extinción.
Sin embargo, al presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, no le tembló el pulso al firmar un decreto, en diciembre de 2015, por el que excluyó a determinados proyectos de parques eólicos del procedimiento de evaluación de impacto ambiental (EIA), como es el caso de este parque eólico de Gas Natural Fenosa.
La citada evaluación es el único mecanismo de garantía para preservar las especies en peligro de extinción. Es el caso del guirre, una subespecie endémica de Canarias, que ya solo queda en Fuerteventura y Lanzarote, porque el tipo de desarrollo ha sido incompatible con este ave en las demás Islas. El alimoche majoriensis es sedentario y de menor porte que su pariente de la Península, mientras que el otro pasa una parte del año en África.
El parque eólico Fuerteventura Renovables II se encuentra a 1.500 metros de una guirrera y supone el aislamiento del maltrecho grupo de avutardas hubara que sobrevive en las Dunas de Corralejo, acosada por todos los frentes, entre urbanizaciones, autovías y ahora parques eólicos.
La Estación Biológica de Doñana ha trabajado durante más de 20 años intentando sacar adelante al guirre en Fuerteventura. De hecho, en este periodo ha pasado de 22 a 66 parejas en la Isla, pero ahora de repente una nueva amenaza -mayor que las electrocuciones en los tendidos eléctricos- puede llevar al traste todo el esfuerzo por conservar la especie, después de todos estos años, y tras invertirse varios millones de euros también de la Unión Europea, a través de los programas Life.
El técnico de seguimiento del guirre de la Estación Biológica, Julio Roldán, señala “que la densidad de esta ave en Fuerteventura no se puede comparar con ningún otro sitio de Europa, en el que más de 300 individuos se distribuyen en 1.600 kilómetros cuadrados”. “Al ser una especie sedentaria”, añade, “el riesgo de colisión se multiplica en comparación con el alimoche de la península”.
Al proyecto Fuerteventura Renovables II, se le suman otros tres aerogeneradores, con el parque Renovables I (de 4,6 megavatios y dos molinos) y el parque Renovables III. El primero está situado en la laderas de Combrillo y Rosa de Combrillo, en zona de malpaís y tarabillas”. Está promovido por una empresa de Tenerife, Belidia Energy SL, creada hace dos años, con un capital de 3.000 euros. Fue declarado de utilidad pública y el presupuesto es de casi cinco millones de euros. Entre las personas a expropiar aparece el Ayuntamiento de La Oliva.
El segundo está ubicado en el lomo cercano a Montaña Redonda, promovido también por Belidia Energy SL, con un aerogenerador de 2,3 megavatios, y presupuesto de casi tres millones de inversión. Entre las personas que serán expropiadas aparece una hermana del exalcalde Domingo González Arroyo.
Mapa con los parques instalados, autorizados y en tramitación.
Las prisas en aprobar esos 21 parques eólicos están siendo evidentes. Los trámites administrativos “se están realizando de una forma muy poco transparente”, señalan los críticos
Estos tres proyectos citados no aparecen agrupados sino bastante separados, “contaminando más todavía visualmente el paisaje”, destacan los críticos con la dispersión de los parques eólicos sin una planificación previa. Por su parte, los expertos en avifauna consultados por Diario de Fuerteventura consideran que los emplazamientos que las compañías eléctricas escogieron para sus parques eólicos son “un auténtico disparate”. “Hay muy pocos que se hayan ubicado con cabeza y donde no haya un grave daño ambiental”, señalan. Los ecologistas solo aplauden totalmente el de la lavandería el Cardón.
Marcelo Cabrera, ornitólogo y colaborador de SEO/ Bird Life ha analizado con profundidad algunos de los estudios ambientales de los parques eólicos, como el de El Moralito y La Tablada, de Tuineje, o el de El Time, y considera que son “muy poco rigurosos” en lo que se refiere a avifauna. Ambos informes están firmados por Rosendo López, uno de los biólogos que en su día firmaron el plan parcial SAU 8 del Faro del Tostón en la costa de El Cotillo, anulado por los tribunales y del que queda la denominada “calle de la vergüenza”.
Para el ornitólogo majorero, estos informes dedican “muy poco esfuerzo” al trabajo de campo, solo se guían por el Banco de datos de Biodiversidad del Gobierno de Canarias que en muchos lugares no está actualizado y no muestra el valor ornitológico real. “Además”, indica, “no tiene en cuenta las principales recomendaciones que existen a la ahora de hacer censos, por ejemplo, no deben llevarse a cabo en días con lluvia o con falta de visibilidad” y “tampoco cuenta con puntos de escucha nocturnos”.
Para Cabrera, es contradictorio observar cómo en dos parque colindantes como es el Moralito y los Alisios, separados por 1.000 metros y que afectan al mismo valle, los informes se contradicen: el primero dice que la línea de evacuación no impacta sobre el paisaje y el segundo dice que si y obliga a soterrarla.
“El caso es que la contaminación visual es terrible en casi todos” los parques eólicos que se quiere implantar en la Isla, señalan desde la plataforma social recién creada, que reclama la atención del Cabildo majorero. Desde la plataforma advierten de que “el paisaje es uno de los recursos turísticos más valorados por los visitantes de calidad”.
Como indicaba recientemente el catedrático de psicología ambiental, José Antonio Corraliza, en una visita a Fuerteventura, “el deterioro del paisaje a la larga genera problemas psicológicos (solastalgia), pues son cicatrices en el alma que terminan destruyendo la identidad; porque somos los paisajes que habitamos”.
Comentarios
1 Majorero Lun, 16/07/2018 - 13:38
2 admin Lun, 16/07/2018 - 14:25
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