El ganadero de Guisguey ha domado animales para grandes superproducciones rodadas en Fuerteventura como ‘Exodus’
Las cabras de Hollywood: Juan José Cerpa adiestra animales para producciones de cine
El ganadero de Guisguey ha domado animales para grandes superproducciones rodadas en Fuerteventura como ‘Exodus’
Las cabras de Juan José Cerpa están acostumbradas a dar leche en cantidad y a desfilar por la alfombra roja. Han rodado bajo las órdenes de Ridley Scott y de Dan Krauss y compartido escena con actores como Christian Bale. Todo ello gracias a que su dueño recibió un día la llamada de Hollywood y acabó convirtiéndose en el domador de animales de muchas de las películas que en estos años se han rodado en territorio majorero.
Cerpa, como le llaman sus conocidos, jamás pensó que un día acabaría trabajando en el séptimo arte. En su casa, el cine llegaba a través de alguna película que pusieran en la televisión. En cambio, sí hubo mucha tradición ganadera.
Se crió rodeado de ganado hasta que un día decidió desligarse de la actividad y empezar a trabajar en la construcción. Levantó muros y casas hasta que la crisis económica de 2008 le obligó a bajarse del andamio y regresar a las cabras. Al principio puso alrededor de un centenar, aunque, al igual que el relato bíblico de los panes y los peces, las cabras fueron multiplicándose hasta superar las 300. En estos momentos, suma unas 200 cabezas de ganado, aunque ahora el peso de la ganadería recae en Pedro, uno de sus hijos.
En los últimos meses de 2013, el rumor de la inminente llegada del director británico Ridley Scott a la Isla tomaba cada día más fuerza. El creador de Gladiator había puesto los ojos en la Isla para convertirla en la península de Sinaí y rodar Exodus, el relato bíblico en el que participarían Christian Bale, que interpreta a Moisés; Joel Edgerton, en el papel de Ramsés; Aaron Paul, Ben Kingsley, Sigourney Weaver y la española María Valverde.
En los corrillos se hablaba de contrataciones para extras, de posibles escenarios de rodaje y, sobre todo, de la cantidad de euros que la película dejaría en los bolsillos de los majoreros. Cerpa vivía ajeno a todo aquello hasta que un día bajó a Jandía para intentar vender unas cabras. Allí, alguien le preguntó si tenía cabras para el rodaje de una película y sin pensarlo dijo que sí. Era lo que más sobraba en su casa.
Volvió a su vivienda de Guisguey y empezó a preparar el ganado ante el inminente desembarco de Hollywood en la Isla. El primer día que fue al rodaje lo hizo con 112 cabras y sin saber lo que se iba a encontrar. Allí le esperaba un hotel para alojarse durante todo el tiempo que durara su participación y un papel en la película. Sería uno de los pastores que aparece en el film estrenado en 2015.
Ocho años después de su primer coqueteo con el cine, Cerpa cuenta que llegó a salir hasta en tres ocasiones en pantalla. Todas ellas como pastor. “Llegaba a las cinco de la mañana al rodaje, me vestía, me maquillaba y luego estaba allí hasta las seis de la tarde”, recuerda.
Durante el rodaje, conoció a dos domadores de caballos, Richard y una mujer inglesa de la que no recuerda su nombre. Ambos se sorprendieron de la destreza con la que el pastor de Guisguey se manejaba con los animales. “Empezaron a ver cómo domaba las cabras y comenzaron a enseñarme trucos para hacer que, por ejemplo, se hicieran las enfermas, las muertas, se pusieran en pie o se estuvieran quietas. Son un montón de cosas que se consiguen a base de trabajo”, explica.
Poco a poco, fue trabajando con los animales y viendo cómo los logros llegaban cada vez más rápido. Cerpa sostiene que no todas las cabras valen para ser adiestradas, como tampoco “todos servimos para ser médicos”, dice entre risas. “Tienen que ser cabras dóciles porque hay algunas que no te dejan llegar a ellas”, apunta. Este adiestrador sostiene que trabaja con los animales enseñándoles trucos dos o tres horas al día durante un mes antes del inicio del rodaje. Ha habido veces en las que los directores han pedido iniciar antes la película. Él se ha negado a rodar con ellos.
Dios del ganado
Cerpa insiste en que lo importante es ganarse la confianza del animal. “Debes ser su dios, al que en caso de peligro o se asusten vengan a ti y no salgan corriendo. Lo primero es hacerles ver que soy su protector y después convencerlas de que se estén quietas”, explica. Luego llega el turno de enseñarles los trucos que vaya exigiendo el guion. “Hay muchos y se consiguen a base de trabajo”, cuenta y revela cómo, por ejemplo, se logra que el animal se quede quieto: “se le echa al suelo, se le acaricia, se le mima y después se le premia cuando se queda quieto”.
Cerpa ha rodado con Ridley Scott, Dan Krauss y el canario David Pantaleón
“Siempre hay dos o tres cabras que están muy cercanas a ti. Tienen más afinidad. Se trabaja con ellas y el resto las imitan y las siguen”, cuenta mientras presume de cómo consigue subir todo su rebaño a los camiones en cuestión de minutos, “las mías suben a los coches como voladores”, asegura.
También puede presumir de haber convencido al mismísimo Ridley Scott de una modificación del guion. “Era él quien preguntaba si se podían hacer o no determinadas secuencias con los animales. Él tenía la idea, pero el especialista era yo y me preguntaba y yo decía si se podía o no”, explica. “Si le dejas, Ridley Scott mete las cabras dentro de la cámara. Las ponía siempre en primer plano. Se enamoraba de ellas”, sostiene.
Recuerda cómo en una de las escenas se pretendía que Christian Bale cruzara montado a caballo entre las cabras. La idea no le pareció segura a Cerpa y no dudó en comentarlo al director: “Yo le dije que no era viable y lo corrigió. Al final, se quedaron las cabras por un lado y él cruzaba a galope con el caballo por otro lado. No es fácil cruzar con un caballo en medio de tanta cabra. Se puede cruzar una de ellas y ocurrir un accidente”.
Estuvo de noviembre de 2013 a enero de 2014 participando en el rodaje. Guarda mil anécdotas. “Me vestía con los actores, almorzaba con ellos. Había familiaridad. El mundo del adiestramiento de animales pertenece al set moviente. Somos de la clase alta. Estábamos todo el día con los actores”, asegura.
Entre los trabajadores de la película corría el rumor de que Ridley Scott era un hombre poco dado a saludar. Cerpa había escuchado el comentario varias veces. El último día del rodaje, mientras todos se despedían y se recogían los cables, Cerpa recibió un saludo inesperado. El propio Ridley quiso decirle adiós. “Cruzó todo el rebaño de cabras para despedirse de mí y eso que decían que no le gustaba saludar”, dice orgulloso.
La maestría con la que domaba los animales empezó a correr entre el mundillo del cine de la Isla y, en 2014, el director Manuel Menchón le llamó para rodar La isla del viento, la película que narra el destierro de Miguel de Unamuno en 1924 en Fuerteventura. Las cabras de Cerpa rodaron varias escenas en El Cotillo, convertido en el antiguo muelle de Puerto de Cabras, en el que desembarca el escritor, y en Guisguey.
Tres años después, llegó The Kill Team, una película de Dan Krauss que convirtió la zona de la Rosa del Taro en territorio afgano. Las cabras de Cerpa volvieron a ‘maquillarse’ y a dar el salto a la gran pantalla, aunque tuvieron que compartir protagonismo con otros animales, entre ellos, gallinas a las que también domesticaba.
En la película ‘Exodus’, Juan José aparece caracterizado de pastor
El director grancanario David Pantaleón recorre estos días los principales festivales de cine presentando su primer largometraje Rendir los machos, un híbrido entre western contemporáneo y road movie, que el conocido cortometrajista rodó en Fuerteventura en 2019. Los machos que aparecen en la película también estuvieron bajo las órdenes de Cerpa.
Asegura que con todos los directores con los que ha trabajado se ha sentido cómodo. No se moja cuando se le pregunta por su preferido y sale al paso asegurando que jamás ha tenido exigencias por parte de ninguno de ellos. “A veces, no se creen lo que soy capaz de conseguir”, dice. “Con los años he ido aprendiendo más trucos. Si hay experiencia, se puede domar cualquier animal”, asegura.
Durante toda la conversación, su hijo Lionel permanece callado a su lado. Él fue, junto a su hermano Pedro, quien se quedó al frente del ganado en Guisguey cuando su padre compartía espacio con Ridley Scott y Christian Bale. Vivieron todo aquello con total naturalidad, aunque pocos jóvenes de su edad pueden decir que su padre se codeaba con la gente de Hollywood. Con el paso de los años, él y su hermano se han convertido en ayudantes de su padre en los rodajes. Pedro participó en La Isla del viento y Lionel en The Kill Team y Rendir los machos, donde llega a tener un pequeño papel. El joven aparece en pantalla subastando unos machos en el terrero de lucha de Tefía. “Fue una película pequeña, con unas 50 personas en el rodaje, pero se creó una especie de familia. Fue muy divertido y fácil rodar con Pantaleón”, asegura.
Lionel toma la palabra para reclamar más facilidades a la gente del cine para que puedan rodar en los paisajes de Fuerteventura: “Tienen que promocionar más películas y cortos porque en la Isla tenemos escenas con paisajes muy bonitos, como las dunas, que se pueden utilizar. Todo esto genera mucho dinero para Fuerteventura”.
El joven lanza un mensaje contra aquellos que los acusan de dañar el paisaje durante los rodajes: “Cuando se viene a grabar nadie va con la intención de romper ni tirar nada y lo mismo ocurre con quienes aseguran que en los rodajes se maltrata a los animales. Si fuera así, no se estarían quietos y huirían”. A su lado, su padre añade: “He rodado en varias películas y nunca he visto violencia en los animales. No creo que se les castigue porque, si se les pega, se ponen rebeldes y no hacen caso”.
La casa de la familia Cerpa es una especie de Arca de Noé. Tiene cabras, vacas, gallinas, burros, perros, hurones... Todos esperan ansiosos la llamada de Hollywood, aunque no saben cuándo se producirá.
Aquel hombre que durante muchos años lo más cerca que vio una cámara era cuando se las encontraba grabando alguna manifestación no duda en asegurar ahora que haría la maleta con los ojos cerrados para ir a rodar a algún país extranjero. “Si no puedo en este país, lo haría en otro”, sostiene. De momento, le queda una espinita guardada: poder rodar algún día con Sylvester Stallone.
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