ENTREVISTA

“Hemos visto abandono a los mayores y eso lo consideramos un tipo de maltrato”

Fefi Gil es enfermera en Fuerteventura y vocal de la Sociedad Canaria de Geriatría y Gerontología

Eloy Vera 0 COMENTARIOS 14/04/2022 - 08:06

Fefi Gil es enfermera comunitaria de enlace de la Zona Básica de Salud de Puerto del Rosario, vocal en Fuerteventura de la Sociedad Canaria de Geriatría y Gerontología y uno de los rostros más conocidos y queridos por la tercera de edad de la capital. Defensora de los derechos de los mayores y de sus cuidadoras, reclama más recursos en la Isla para la atención a estos colectivos.

A pesar de sumar varias décadas de experiencia trabajando con las personas mayores, aún se le encoge el corazón cuando llega a un domicilio y se encuentra al mayor dependiente solo. “Para nosotros ver que no puede cuidarse, ducharse o llevar un plato de comida a la mesa es un tipo de maltrato”, asegura.

-Se define como enfermera comunitaria de enlace, pero ¿en qué consiste su trabajo?

-Es una figura importante dentro del funcionamiento del domicilio y la dependencia porque con nosotras contactan las cuidadoras para que podamos asistir al domicilio, realizar una valoración y ver las necesidades de cuidado que tienen los pacientes de atención domiciliaria. La mayoría de ellos son personas mayores o dependientes.

-¿Cómo ha evolucionado el cuidado de las personas mayores en Fuerteventura en las últimas décadas?

-Desde la perspectiva de las enfermeras de enlace, hemos pasado de unas familias estructuradas en las que se cuidaba al mayor, como si fuera el eje fundamental del hogar, a encontrarnos pacientes mayores solos en los domicilios. En estos momentos, tenemos registradas por nosotros 122 personas mayores de 65 años, pero sabemos que hay muchas más que viven solas y dependientes. Es un dato que nos llama mucho la atención. Hemos pasado de una familia donde el centro era el mayor a encontrarnos con que vive solo.

-¿Cuál es la radiografía de las personas mayores en la Isla?

-Es muy triste encontrar a personas mayores con depresión, que envejecen con el problema del deterioro cognitivo y se ven solas en el domicilio. Los recursos son pocos y a nosotros eso nos deja muy mal. Por ejemplo, llego y aporto los cuidados, pero luego no tengo el recurso suficiente para que llegue a esa persona. A veces, nos vamos con mal sabor de boca del domicilio.

-Acaba de mencionar la falta de recursos, pero ¿cuáles faltan en la Isla?

-En Puerto del Rosario, tenemos un servicio de acompañamiento con el Ayuntamiento, pero hacen falta más horas, más apoyo. Con una hora no se puede suplir 24 horas. Hace falta más teleasistencia, más acompañamiento y creo que debería surgir la figura de la persona de servicio de ayuda a domicilio, pero ya reglado, con unos estudios de formación profesional, para acompañar las 24 horas. Hacen falta profesionales que asistan a domicilio y también que acompañen, por ejemplo, al mayor, si quiere ir a la peluquería o a llevar flores a un difunto al cementerio. Se trata de que ese acompañamiento no sea solo de una hora y corriendo, sino con su tiempo debido.

-¿Desde qué perspectiva debería afrontarse el cuidado de las personas mayores?

-Desde la perspectiva del acompañamiento, el servicio y el aumento de recursos a la hora de paliar los déficits de autocuidado que están teniendo en el baño, la limpieza del hogar, etcétera.

“Hace falta personal. Sería muy bueno que en Fuerteventura hubiera otro geriatra”

-¿Considera que hay intrusismo en el cuidado?

-Sí. Hay personas cuidando que no están formadas. Desde enfermería de enlace y trabajo social, tenemos una premisa en Fuerteventura y es la de formar a las cuidadoras. Estas deben tener unos conocimientos. Yo imparto un taller que se llama ‘Cómo saber que estoy cuidando y cuido bien’. Llegamos al cuidado sin saber. Se nos enferman familiares y empezamos a cuidar sin saber cómo hacerlo. Necesitamos una formación. Ahora, estamos incorporando todos los datos para empezar a hacer, de nuevo, los talleres con los cuidadores.

-¿Cómo afecta el intrusismo en la salud de los mayores?

-Nos hemos encontrado no solo con situaciones de intrusismo, sino también con abuso al mayor por intereses. Eso para nosotros es un tipo de maltrato. Hay que ver qué personas vamos a contratar como cuidadores. Si no hay familiares para el cuidado, es bueno siempre optar por aquellas que han recibido una formación.

-Es frecuente leer en prensa informaciones de maltrato a los mayores. ¿Escapa Fuerteventura de esa lacra?

-El escenario de Fuerteventura no es diferente al del resto de la comunidad autónoma de Canarias y del Estado español. Aquí, hemos visto más abandono y eso lo consideramos un tipo de maltrato. Ver a una persona dependiente que no puede cuidarse, ducharse o llevar un plato de comida a la mesa es para nosotros un tipo de maltrato. Hay casos de abandono en el Hospital, donde los familiares los dejan, y en domicilios donde al llegar nos encontramos, por ejemplo, con una persona que se ha orinado y no la han atendido.

-¿Cuántas personas mayores hay en Fuerteventura, en estos momentos?

-El incremento de personas mayores va a ser bastante grande. Se estima que para el próximo año en Canarias haya unas 400.000 personas mayores de 65 años. En Fuerteventura ahora mismo hay 12.000 personas mayores de 65 años. Podemos estimar unas 15.000 para 2023.

-¿Está preparada Fuerteventura para atender a ese número de personas?

-Creo que siempre hay que tirar al alza y nunca a la baja. En lo que se tarda en construir una residencia, aumentan los números de casos. Al final, se cubren enseguida las plazas. Hay que tener visión de futuro.

-En el siglo XXI, ¿cómo tiene que ser el modelo de residencia para mayores?

-Cuando se proyecta una residencia, hay que pensar siempre en el futuro. La historia natural de una persona lleva a un encamamiento. El deterioro cognitivo, la edad y la falta de movimiento nos lleva a sillas de ruedas o camas. Los centros de mayores deben tener una parte geriátrica y una parte de control de enfermedades de deterioro cognitivo. También creo que deben tener espacios abiertos, iluminados con estructuras con flores, plantas... Impartirse terapias con el entorno. Incluso, actividades complementarias, como salidas a la playa, que permitan una mayor calidad de vida.

-¿Las residencias que se están llevando a cabo en Fuerteventura cumplen esos parámetros?

-En su mayoría pienso que sí, pero hay que buscar más espacios como, por ejemplo, parques adaptados. Tenemos una residencia prácticamente acabada, pero me hubiera gustado que tuviera más espacios exteriores, lugares donde los mayores se puedan mover y que no estén como presos.

“El virus ha mermado las capacidades cognitivas y funcionales”

-Desde que se solicita la Ley de Dependencia en Canarias hasta que el usuario empieza a recibir la ayuda transcurre alrededor de un año...

-En muchas ocasiones, la persona fallece antes de que llegue el recurso o, incluso, arrastra a que fallezca el cuidador que está sobrecargado. Nos centramos en el mayor dependiente, pero no hablamos del cuidador y son dos figuras que van caminando juntas. En ocasiones, fallece el cuidador y el mayor se queda desamparado ante la ley porque no ha recibido la dependencia.

-Antes le pedía que me hiciera una radiografía de las personas mayores en la Isla, pero ¿cuál es el retrato de los cuidadores?

-Muy desalentador. Hay que luchar más por las cuidadoras. Algunas asociaciones en Canarias han ido al Parlamento para solicitar esa ayuda. Si te dedicas a cuidar y no has cotizado durante determinados años, solo vas a tener una ayuda contributiva de apenas 300 y pico euros. Hay que cuidar a las trabajadoras.

-¿Están garantizados los cuidados de las personas mayores que viven en pueblos de la Isla, alejados de los grandes núcleos poblacionales?

-La parte de los cuidados a domicilio depende de los ayuntamientos. Hay algunos ante los que hay que quitarse el sombrero, como Betancuria, y otros que son más deficitarios en el aspecto de recursos sociales. Tenemos que intentar que haya esos recursos.

Fefi, junto a un puzzle realizado por uno de sus pacientes.

-¿Cómo ha afectado la pandemia a las personas mayores?

-En Fuerteventura, hemos pasado de pacientes que llevaban una vida activa, iban a bailar o hacían taichí en el centro de mayores, a no caminar y tener deterioro cognitivo. El Covid ha restado años a gente que podía haber estado en mejores condiciones muchos más años. Este virus ha mermado las capacidades cognitivas y funcionales de las personas mayores.

“Hemos pasado de familias que cuidaban al mayor a pacientes mayores solos”

-La pandemia nos arrastró a las consultas médicas por teléfono. ¿Cómo ha afectado a las personas mayores?

-Este cambio ha tenido más luces que sombras. Debido al miedo que tenían los pacientes mayores a venir y enfrentarse a un virus, la consulta por teléfono fue para ellos un poco de desahogo. Una de las sombras que podemos encontrar es la falta de contacto presencial con el paciente, pero los que necesitaban presencialidad siempre la han tenido. Otra sombra ha sido los problemas de audición. Intentabas comunicarte con el paciente, pero había una dificultad por la barrera auditiva. Cuando se requería, se atendía en el domicilio y a los que necesitaban una receta o un cambio de tratamiento se les atendía por teléfono. No creo que las consultas telefónicas vayan a desaparecer. Creo que han venido para solventar muchos problemas en los desplazamientos de pacientes y cuidadoras y pueden también agilizar las consultas médicas.

-¿Cuáles son las patologías más frecuentes entre las personas mayores de la Isla?

-El deterioro cognitivo y el problema funcional, la movilidad. Nosotros hacemos una valoración geriátrica integral, desde la forma de caminar de las personas hasta test para saber cómo están cognitivamente. La funcionalidad va con la rehabilitación. En nuestra Zona Básica de Salud, que engloba Puerto del Rosario, Betancuria y Antigua, unas 700 personas tienen un problema funcional o cognitivo.

-¿Cómo está funcionando el programa del cuidador?

-La enfermera gestora de casos intenta llegar al cuidador. Si no llegamos, lo intenta captar otro miembro del equipo como los trabajadores sociales en los servicios de Urgencias. Se trata de que podamos llegar al cuidador y empezar a trabajar con él, tanto desde la perspectiva psicológica como física y emocional.

-Fuerteventura tiene un solo geriatra. ¿Es suficiente?

-El geriatra Javier Acosta sale de la especializada para ir a diferentes consultas en los centros de salud donde atiende a las personas mayores. Los recursos personales en materia sanitaria cuanto más mejor. Sería muy bueno que hubiera otro.

-Hace unos años se creó un movimiento social que demandaba un geriátrico. ¿Cree que se debe apostar por esta dotación en el hospital?

-Sí. Lanzarote tiene un geriátrico. Las personas al final de su vida no siempre se mantienen con una autonomía personal. Hay una dependencia y una serie de cuidados que no se pueden administrar en un domicilio. El geriátrico sería importantísimo. Podría ubicarse dentro del mismo espacio hospitalario o fuera, en un edificio externo. Las residencias son concebidas para las personas autónomas, pero acaban siendo geriátricos. La evolución de una residencia llegaría hasta un tope para continuar en una residencia geriátrica donde se apliquen unos cuidados más especializados.

Añadir nuevo comentario