El periodista Ovidio Cordero, que también se formó como traductor, forma parte del equipo de comunicación de uno de los mayores bancos del mundo
Un lanzaroteño en la comunicación corporativa del Banco Santander
El periodista Ovidio Cordero, que también se formó como traductor, forma parte del equipo de comunicación de uno de los mayores bancos del mundo
“Mi sueño era ser periodista y trabajar en comunicación sigue formando parte de ese sueño”, subraya Ovidio Cordero, el lanzaroteño que desde 2008 es responsable de comunicación corporativa del Banco Santander.
La entidad bancaria es uno de los mayores bancos del mundo por capitalización bursátil, con cuatro millones de accionistas y el 60,7 por ciento del capital en manos de inversiones institucionales.
Ovidio estudió Traducción e Interpretación en Las Palmas de Gran Canaria, aunque su intención fue siempre dedicarse al periodismo, carrera en la que se licenció, después, por la Universidad Carlos III de Madrid.
Mientras estudiaba idiomas, leyó en el libro La seducción de las palabras (Punto de encuentro, 2000) de Álex Grijelmo la teoría metafórica que identifica las palabras con “cerezas anudadas siempre a otras”.
Esta idea reformuló su método de estudio de los idiomas: “Como quería dedicarme al periodismo económico, empecé a comprar El País cada mañana antes de ir a clase, en el kiosco de la calle Doctor Waksman, para irme familiarizando con el argot financiero en español (los traductores y periodistas estamos obsesionados con no repetir términos) y poder jugar con varios sinónimos a la hora de traducir. Por ejemplo, en el caso del dólar, también se lo conoce como el billete verde”, explica.
Poco pudo imaginar el entonces estudiante de traducción la importancia que tendrían estos conocimientos en su trayectoria periodística posterior. Con una beca de prácticas de dos años en la agencia EFE (dirigida entonces por el propio Grijelmo), terminó en la corresponsalía de Londres en 2007, llevando temas económicos “que eran los que nadie quería cubrir porque parecían aburridos”.
De esta forma, se le encargó informar de la operación de compra del banco holandés ABN Amro, a través de una opa hostil de Royal Bank of Scotland, Santander y Fortis. Para el corresponsal, cubrir este proceso para los medios españoles que se hacían eco de sus crónicas para EFE le posibilitó el contacto directo con fuentes de la entidad bancaria británica (y también en la sede corporativa de Santander en España), que era la que llevaba la voz cantante de la operación.
Pero sus habilidades con los idiomas y la técnica periodística todavía le tenían preparada una vuelta de tuerca: la crisis financiera de 2008, motivada por las hipotecas subprime estadounidenses. “En realidad, hubo señales previas un año antes, tras un movimiento de una operación del banco francés BNP, pero, el 15 de septiembre de 2008, con la ya simbólica quiebra de Lehman Brothers, el sistema mundial se vino abajo”, indica Ovidio, que fue requerido por la Agencia para volver a Madrid a finales de 2007.
Ovidio cubrió para EFE la compra del Banco ABN Amro y la crisis de 2008
Cuando su futuro profesional parecía abocado a integrar una nueva sección económica que preparaba EFE y que incluía la corresponsalía de The Wall Street Journal, el Banco Santander lo llamó para formar parte del equipo de comunicación corporativa del Grupo, donde trabaja desde 2008.
Ovidio fue invitado en 2019 a contar su experiencia laboral a jóvenes en las jornadas El País con tu futuro que organiza este periódico. Ante más de mil personas, desgranó las funciones básicas en un puesto de tanta responsabilidad. “La primera es gestionar la reputación de la empresa, su prestigio, la visión que tiene la sociedad. Hay que generar una imagen de calidad y confianza en tu empresa”. En comunicación, la estrategia es “contar tu narrativa, las cosas buenas, y gestionar de la mejor forma posible las que no son tan buenas, la comunicación de crisis”, explica el lanzaroteño.
Tratándose de un negocio financiero de peso mundial, la responsabilidad social es una de las bazas de los equipos de comunicación: “En la gran crisis de 2007, la gente directamente perdía sus casas. En estas ocasiones es cuando empresas solventes como esta tienen que demostrar su responsabilidad, con medidas como reducción de las cuotas de hipoteca. Santander lanzó una moratoria que redujo las cuotas mensuales durante un tiempo”.
La misión de Ovidio y otros compañeros pasa por trabajar los mensajes acerca de la filosofía de la empresa en cuestiones financieras y que afectan a la sociedad global, como la transformación digital, la emergencia climática o la ayuda humanitaria con motivo de la guerra de Ucrania. “Hay que decir siempre la verdad y ser transparentes, enviar mensajes consistentes y ser coherentes con el relato”, señala el lanzaroteño, que asegura que el periodismo aporta valor añadido al perfil profesional necesario para realizar esta labor.
Ovidio Cordero ha formado una familia en Madrid y asegura ser feliz en su trabajo, que le permite viajar por el mundo y conocer a personalidades de todos los ámbitos, que participan en las campañas de promoción del banco: “Hay que pensar que se trata de una entidad con muchísima presencia en los medios internacionales”.
“La función social es una baza en la comunicación de un negocio mundial”
Pelé, Fernando Alonso o Ronaldo Nazario son algunas de las celebridades que ha conocido el isleño, si bien, puede que sean Ana Botín, actual presidenta, o el mismo Emilio Botín las que más le han impresionado, aunque solo ha coincidido en alguna ocasión, pudiendo intercambiar apenas unas palabras, admite con cierta humildad.
En realidad, su labor en el Banco Santander está más que considerada. El lanzaroteño formó parte del programa Jóvenes Líderes de Santander en su primera edición en 2018, al ser elegido junto a 280 empleados a través de un proceso de votación entre los 200.000 empleados del Grupo en todo el mundo.
La presidenta ejecutiva, Ana Botín, dijo entonces, en una carta personal remitida a todos los elegidos: “Eres una persona con la mentalidad correcta, el enfoque adecuado para los desafíos que enfrentamos y un modelo a seguir para los demás”. Y con todos estos éxitos profesionales y personales, Ovidio sigue preguntándose cada vez que pisa su Isla: “¿Cómo es posible que yo me haya ido de este paraíso?”.
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