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Una pandemia, cuatro islas y muchas comparaciones

Los observatorios de Lanzarote, Fuerteventura, Ibiza y Menorca elaboran un documento comparativo sobre el comportamiento de las cuatro Islas ante la pandemia

Saúl García 0 COMENTARIOS 06/07/2022 - 13:11

Las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Ibiza y Menorca dependen del turismo y, por tanto, el impacto del cierre turístico fue enorme en todas, pero no fue igual en todas ellas. De las cuatro, la que sufrió una reducción mayor en la afluencia turística durante todo el año 2020, con respecto al año anterior, fue Ibiza (80 por ciento), seguida de Lanzarote (74 por ciento), Menorca (71 por ciento) y por último Fuerteventura, con una caída de más de dos tercios (68 por ciento) del número de turistas.

Todas las islas habían alcanzado su máximo histórico en llegada de turistas en 2017. Entre las cuatro sumaron ese año más de nueve millones de visitantes. En los dos años siguientes se produjo una bajada poco significativa, pero en 2020 la suma de todas solo fue de algo más de dos millones y medio. Hasta la llegada de la pandemia, el año 2009, en plena crisis financiera, había sido el peor en cuanto a ocupación en todas las islas.

Para la recopilación de datos y las comparaciones colaboraron cuatro entidades: el Observatori Socioambiental de Menorca (OBSAM), el Centro de Datos del Cabildo de Lanzarote, la Oficina de la Reserva de Biosfera de Fuerteventura y la Ibiza & Formentera Preservation. Los indicadores que se comparan están divididos en siete bloques: población, economía y empleo, sociedad, territorio, transporte y movilidad, turismo y vectores ambientales. Las comparaciones son espaciales y temporales: entre las cuatro islas y entre el año 2020, el de la pandemia, y el año anterior, pero también con la anterior crisis, la que comenzó entre 2008 y 2009.

Los mayores desajustes en un año tan marcado por un hecho extraordinario los sufren las dos islas más pobladas, que tienen mayor número de camas turísticas y mayor afluencia de visitantes a lo largo del año. Lanzarote e Ibiza presentan los mayores descensos en nueve y 12 de esos indicadores, respectivamente, y son los que tienen que ver con la población, la economía, la movilidad y los vectores ambientales, que se retroalimentan entre ellos. Fuerteventura y Menorca presentan los cambios menos pronunciados en nueve de esos indicadores cada una. Ibiza es la isla más afectada en las estadísticas estrictamente turísticas y es significativo que Menorca aparezca como una de las menos afectadas por la caída turística, pero lidere las bajadas en estancia media y gasto por turista y día. La estacionalidad, que es la característica que diferencia a las dos islas de Baleares respecto de Canarias, puede haber jugado en este caso un papel determinante.

El análisis se hace entre 2020 y 2019, y entre la crisis del Covid y la anterior

Los menores impactos, en cuanto a afluencia, pernoctación y ocupación, y consecuentemente, también en gasto medio y en facturación, se dan en la isla de Fuerteventura. El mayor impacto, en esas tres primeras magnitudes, es en Ibiza, que es la única isla donde subió la tarifa media. Con toda lógica, se produjo un descenso drástico en las pernoctaciones respecto al año 2019. En Lanzarote y Fuerteventura se produjo una bajada casi calcada a la de la afluencia, mientras que en Ibiza fue más pronunciada, y en Menorca aún más respecto a la afluencia turística de ese mismo año. Respecto a la estancia media de los turistas, en las dos islas de Canarias la pandemia no tuvo una gran influencia, pero en las dos islas de Baleares esa estancia media se redujo en torno a una quinta parte. Las tarifas hoteleras también se mantuvieron estables en Lanzarote y Fuerteventura, donde son sensiblemente más baratas que en Baleares, mientras que en Menorca cayeron ligeramente y en Ibiza, al contrario, aumentaron en un 12 por ciento. En 2020, entre Fuerteventura, que es la Isla con un menor precio, e Ibiza, la más cara, hay una diferencia de 58,8 euros en cuanto a los ingresos medios diarios obtenidos por cada habitación ocupada.


Lanzarote experimentó en 2020 un aumento del 30 por ciento en energías renovables.

Por otro lado, Ibiza, con mucha diferencia, fue la más afectada por la pandemia desde el punto de vista sanitario. Registró durante el año 4.237 casos, mientras que en Lanzarote fueron 1.661 y en Menorca y Fuerteventura poco más de 1.000.

Transporte

En cuanto al transporte, descendió el tráfico marítimo en todas las islas, tanto el de pasajeros como el de mercancías. En cualquier caso, la llegada de pasajeros a lo largo de las últimas décadas ha sido, principalmente, por vía aérea. Su crecimiento desde 1990 es mucho más significativo, tanto como su desplome en 2020. El peso relativo del tráfico internacional y entre islas es más elevado en las de Canarias, mientras que el nacional lo es en las de Baleares. Con la llegada del Covid, el tráfico internacional disminuyó en mayor medida en el archipiélago balear. En 2020 el tráfico aéreo sufrió un descenso sin precedentes. Ibiza y Menorca fueron las islas más afectadas, con una reducción interanual del 74 por ciento y 69 por ciento, pero Lanzarote y Fuerteventura no estuvieron lejos, con el 65 por ciento y el 62 por ciento, respectivamente.

La reducción en el número de usuarios del transporte público también fue mayor en Ibiza y Menorca, con descensos de dos tercios del total, pero Fuerteventura y Lanzarote no se quedan atrás. Por otra parte, el descenso en Baleares, tomando como referencia la población total, es el mismo que tomando como referencia solo la población de derecho, lo que podría reflejar que, habitualmente, los turistas apenas usan el transporte público en esas islas, mientras que lo usarían más en las dos islas de Canarias.


Gráficos comparativos. Fuente: datosdelanzarote.com

Economía

Lanzarote e Ibiza son las dos islas que tienen más camas turísticas, mayor población y que reciben más turistas cada año. No es extraño, por lo tanto, que también fueran las dos islas con los mayores desajustes en los indicadores económicos con motivo de la crisis del Covid. De siete indicadores, Lanzarote experimenta los impactos más acusados en dos de ellos: matriculación de vehículos y contratos registrados, además del mayor aumento en el paro registrado, una estadística que refleja el número de demandantes de empleo inscritos en las oficinas de empleo en el último día del mes. Ibiza lo hace en otros tres: mayor descenso en el presupuesto del gobierno insular, afiliaciones a la Seguridad Social y tasa de paro. En el séptimo indicador, el número de empresas inscritas en la Seguridad Social, tanto Lanzarote como Ibiza y Menorca descendieron lo mismo, un 10 por ciento, y Fuerteventura un seis. Las ratios de empresas por habitante son similares a las registradas en el periodo de crisis económica que se inició en 2008.

Lanzarote tiene una baja proporción de terreno no urbanizable

El descenso en el número de empresas no es homogéneo. En Canarias, el desplome se produce ya en el primer trimestre del año, en cuanto se decreta el estado de alarma, después se mantiene en el segundo trimestre e incluso sube en la segunda mitad del año. En Menorca, el descenso pronunciado se produce en el segundo trimestre, y de nuevo en el cuarto, lo que, por otra parte, es habitual. En Ibiza solo descendió el número de empresas a partir del cuarto trimestre, y eso sí supone un cambio, ya que lo normal es que suba ese número dos veces al año.

Las cifras de ahora superan las registradas en la crisis financiera que se inició en 2008. Hay dos elementos clave: en esta ocasión, el parón fue total, con cierre turístico y, por otra parte, desde aquella crisis no ha hecho más que aumentar la temporalidad. En el sector servicios se hacen una gran cantidad de contratos, pero de muy poca duración. La tasa de temporalidad, desde hace 15 años, es superior al 80 por ciento en todas las islas. Y dentro de la temporalidad se va hacia el extremo. Los contratos de más de seis meses son los que menos se firman en las cuatro islas. La estacionalidad del caso de Baleares podría explicarse por un hecho: que en Ibiza el plazo más habitual de los contratos temporales sea entre tres y seis meses, lo que dura la temporada. Fuerteventura y Menorca muestran un comportamiento muy parecido, pero en Lanzarote, los contratos de menos de un mes son mayoría: más de un tercio del total, sin que se vislumbre una explicación estructural.

La precariedad laboral en el sector servicios denunciada por los sindicatos durante los últimos años tiene un ingrediente más: los contratos a tiempo parcial, que además se incrementaron en todas las islas durante 2020. Si se compara este dato con el de la crisis financiera se comprueba que, entonces, este tipo de contratación tenía poca presencia, mientras que ahora en Menorca y en Ibiza no ha variado mucho, pero en Lanzarote y Fuerteventura se ha doblado su importancia.

Medio ambiente

El consumo de energía eléctrica y su eficiencia es un reto aún pendiente. Todavía hay una escasa implantación de energías renovables, aunque Lanzarote en 2020 experimentó un aumento de cerca del 30 por ciento respecto al año anterior, principalmente por los parques eólicos, mientras que en Fuerteventura ese mismo salto fue en 2018. Menorca está estancada en este sentido, y en Ibiza no se ha iniciado la implantación de energías renovables.

Si bien antes de la llegada de la pandemia ninguna isla estaba en disposición de cumplir los objetivos de la Ley de residuos y suelos contaminados, que establece la obligación de reducir el 10 por ciento de los residuos generados entre 2010 y 2020, con la llegada de la crisis sanitaria este objetivo se habría cumplido en Menorca y Lanzarote, que han reducido la generación de residuos en un 22 y 16 por ciento respectivamente en comparación con los niveles de 2010. La proporción de desechos recogidos selectivamente en los hogares sigue estando muy lejos de cumplir las obligaciones de las directivas europeas, que establecen que para el año 2035 se debería llegar al 65 por ciento de los residuos generados. Las tasas de Menorca e Ibiza están muy por encima de las otras dos islas.

Población

Desde el año 1991, las islas han experimentado un gran aumento de población: Fuerteventura ha sobrepasado el triple entre ese año y 2020, mientras que Lanzarote e Ibiza han sobrepasado el doble. Menorca es la excepción: no ha llegado a doblar su población de derecho durante los últimos 30 años. La tendencia creciente comenzó a girar de sentido a partir de 2010, excepto en Ibiza, donde fue a partir de 2014. La población se mantuvo estable, aunque ya en 2019 había empezado a aumentar de nuevo. La crisis financiera hizo de freno e incluso impulsó un decrecimiento poblacional en todas las islas que no se había conocido desde que apareció el turismo masivo. En esta ocasión, la pandemia, al menos hasta el momento, no ha tenido el mismo efecto y el crecimiento poblacional ha seguido un ritmo muy similar al de los dos años anteriores. La población de derecho, que es la suma de los residentes presentes y los ausentes, aumentó en las cuatro islas en 2020 con respecto al año anterior sobre un dos por ciento, y en números absolutos, entre 2.000 y 4.000 habitantes.

Los indicadores sobre el territorio se mantienen estables en las cuatro islas, no solo respecto a 2019, sino incluso respecto a la última década. Menorca es la isla con la mayor proporción de terreno no urbanizable. Junto con Lanzarote, tiene una baja proporción de este tipo de suelo respecto al urbano, y la suma, en ambos casos, está próxima a los datos de ocupación del territorio. En cambio, Fuerteventura e Ibiza presentan un gran potencial de crecimiento en forma de suelo urbanizable y urbano no consolidado. En la Maxorata se podría llegar a triplicar la superficie urbanizada, mientras que en Lanzarote e Ibiza aún se podría doblar.

Según las estadísticas de declaraciones de cultivos, Menorca es la isla con mayor extensión cultivada con muchísima diferencia con el resto de las estudiadas: tiene cinco veces más extensión que Ibiza, 13 más que Lanzarote y 66 veces más que Fuerteventura, a pesar de no llegar ni a la mitad en superficie total respecto a esta isla. Lanzarote fue la única en la que la superficie cultivada empezó a disminuir tras la anterior crisis.

Por otra parte, la superficie de agricultura ecológica certificada va en aumento en todas las islas en los últimos años, aunque su crecimiento es lento, y también creció en 2020. Fuerteventura es la isla que tiene menos superficie cultivada, pero más del 90 por ciento de la que tiene es ecológica.

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