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Gatos asilvestrados, un problema para las especies en peligro en Lanzarote

La superpoblación felina enfrenta a dos corrientes, también en la Isla: quienes defienden a los felinos y quienes alertan de que cazan especies protegidas

María José Rubio 0 COMENTARIOS 21/07/2022 - 06:58

La cantidad de gatos asilvestrados, que tiende a crecer de forma notable, se ha convertido en un problema, que también en Lanzarote ha abierto un debate sobre cómo intervenir. Hay posturas contrapuestas: un sector defiende a toda costa a los gatos, pero la corriente conservacionista destaca el impacto de los felinos que cazan a especies en peligro de extinción.

El método habitual de control de los gatos callejeros responde a las siglas CER: captura, esterilización y retorno. No es un sistema sencillo, ya que implica capturar a los gatos mediante trampas para ser esterilizados y llevados a recintos cerrados de cara a posibles adopciones, introduciendo a los animales en ambientes domésticos. Hay estudios a escala internacional que evidencian que este método puede dar buenos resultados si se aplica con una alta intensidad. Los recursos necesarios para conseguirlo se convierten, precisamente, en la gran limitación de su efectividad.

Carmen Portella es propietaria de la empresa Eco-Insider, una agencia que ofrece excursiones a grupos reducidos para el avistamiento de aves, y cofundadora de DesertWatch, un proyecto que persigue la conservación de El Jable, que alberga especies como la hubara, en peligro de extinción. “Hay asociaciones, ayuntamientos y grupos veterinarios que se dedican a la CER, pero con una financiación mínima, por lo que la intensidad solo puede ser baja y los resultados no son esperanzadores”, señala.

“Desde la protectora Sara confirman que, a pesar de esterilizar anualmente más de 1.000 gatos, la cantidad de felinos sin hogar es cada vez mayor. Y aunque no hay ningún censo de gatos asilvestrados en Lanzarote, según los modelos predictivos científicos sabemos que, al no tratarse la situación, la población de gatos callejeros se incrementa anualmente entre un 18 y un 20 por ciento”, explica.

Este año, una amplia lista de colectivos ecologistas (entre ellos ACBC, ATAN o Agonane), otros especializados en aves (SEO/Birdlife o GOHNIC) y entidades científicas (el Grupo de investigación sobre la hubara canaria del Museo Nacional de Ciencias Naturales y el Grupo de investigación sobre el guirre de la Estación biológica de Doñana) se dirigieron al Ayuntamiento de Teguise para mostrar su desacuerdo con una ordenanza que permite la alimentación de gatos en la vía pública a través de voluntarios y solicitaron “una gestión adecuada que incremente el bienestar de los gatos y minimice su impacto sobre la biodiversidad insular”.

Estos colectivos recuerdan que existe un consenso científico sobre la gravedad de los impactos que causan los gatos sobre la fauna silvestre autóctona, especialmente en islas, y destacan que Teguise tiene zonas protegidas y de alto valor ecológico, con espacios de la Red Natura 2000, que protege hábitats y especies amenazadas de Europa. Su propuesta es que los gatos asilvestrados sean capturados y retirados del medio natural, y que se les retenga en instalaciones acondicionadas hasta su adopción: “En ningún caso deben ser devueltos al medio natural, por el grave impacto que pueden suponer”.

Carmen Portella pone el ejemplo de Holanda, que consiguió ser el primer país europeo sin animales callejeros. “Llegar a eso les costó 20 años y una normativa estricta, en la que maltratar a un animal o abandonarlo conlleva una multa que supera los 16.000 euros y una condena de cárcel de hasta tres años. Se llevaron a cabo campañas educativas y de concienciación, se hicieron esterilizaciones masivas y gratuitas de mascotas y se creó un cuerpo de policía animal exclusivo para animales domésticos o domesticados”, explica.

Defensores de colonias

Estrella Huerga es alimentadora de varias colonias felinas. Las alimentadoras realizan no solo la tarea de dar comida a los felinos, sino la práctica del método de captura, esterilización y retorno. “No se trata solo de alimentar a cuatro gatos, porque, si no los tengo controlados, se multiplican”, comenta. La labor de las alimentadoras es totalmente altruista, no reciben ninguna remuneración, al contrario, les genera costes económicos. Alimentan a los gatos, pero también los atrapan para poder esterilizarlos. “Lo llevamos a Sara o a una veterinaria que nos deja las esterilizaciones a bajo coste y, luego, soltamos al animal”, explica Estrella, que destaca la “gran labor” de la protectora de animales.

La mayoría de estas alimentadoras son mujeres, que dedican tiempo, dinero y un “coste emocional”, como apunta Estrella. En algunos casos, atienden a felinos que están enfermos, a los que incluso hay que batirles la comida. La organización y las rutinas de las alimentadoras son la clave: hacen una ruta, siempre a la misma hora.

Una de las alternativas que plantea Estrella para reducir la población felina callejera es que todos los ayuntamientos se unan de manera decidida para llevar a cabo campañas intensivas de castración. En su opinión, solo existe un ayuntamiento en Lanzarote involucrado al cien por cien: San Bartolomé, “que es el reflejo de ayuda a los felinos en cuanto a alimentación y a pequeñas partidas de esterilización”.

Estrella apunta todas las características de los gatos que alimenta: color, sexo y particularidades. “Aunque soy nueva en esto, tengo como 400 gatos anotados, pero hay gente que lleva 15 o 20 años alimentando animales”.

Octavio Pérez, catedrático de la ULPGC.

Proyecto piloto

Octavio Pérez es catedrático en Toxicología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Señala que las posturas entre los que defienden la libertad de los felinos y la importancia de la flora y la fauna autóctona “son muy opuestas”. En marzo presentó en el Cabildo de Lanzarote un proyecto para abordar esta problemática. El objetivo es cuantificar los gatos asilvestrados o abandonados que hay en Lanzarote y La Graciosa para, posteriormente, llevar a cabo una buena estrategia de esterilización masiva.

Un proyecto incluye campaña de captura, esterilización y retorno

El proyecto incluiría un censo en una primera fase y una campaña de captura, esterilización y retorno en una segunda fase. La iniciativa, inicialmente, contemplaría una fase piloto con entre 500 y 700 gatos esterilizados. Para el experto, aunque existe un problema de superpoblación de gatos asilvestrados, “llegar al punto de erradicar a los felinos no es ético, como otras posturas llegan a plantear. La gente se olvida de que el segundo problema que nos encontramos es que los gatos son la segunda población de vertebrados mamíferos”, explica.

Para el catedrático, un método de captura, esterilización y retorno bien aplicado conseguiría entre un 85 y un 95 por ciento de eficacia. Se empezaría por las zonas más problemáticas, con la colaboración de voluntarios. Con 50 esterilizaciones al día se llevaría a cabo un método CER de alta intensidad.

“Se estima que la media de horas que pasan las gatas esterilizadas buscando comida es de ocho frente a las 13 horas de los felinos no esterilizados”, explica Pérez, quien apunta que los gatos cazarían menos. “Incluso se ha propuesto ponerle juguetes para que se distraigan y no vayan a cazar”, comenta.

El presupuesto inicial estimado para llevar a cabo el censo de gatos asilvestrados en Lanzarote y una campaña de esterilización es de unos 120.000 euros. “Sin la colaboración ciudadana y las asociaciones no se conseguirá nada”, advierte.

Alberto Ucero, investigador del CSIC. 

Defensores del medio

Alberto Ucero es investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Conocido por sus denuncias por destrozos en entornos naturales como El Jable y por actividades como los rallys -como el Isla de Los Volcanes- no se manifiesta radicalmente en contra de los gatos. No obstante, su postura como biólogo es la de dar prioridad a la conservación de las especies autóctonas y primar la supervivencia de las especies en peligro de extinción.

Una premisa que defienden la mayoría de biólogos es que los gatos “tienen que salir” de los espacios naturales protegidos. Ucero destaca que esa es la línea a seguir para conservar la biodiversidad. “No es una imposición o un deseo de un grupo de biólogos”, señala. El experto también advierte de que se pueden producir sanciones de la Unión Europea si no se protegen los espacios de la Red Natura 2000.

Los gatos se incluyen en la lista de las especies invasoras más dañinas para la fauna autóctona de las Islas. De hecho, se sabe que en Canarias su dieta está compuesta por al menos 68 especies: cinco mamíferos, 16 aves, 15 reptiles y 32 invertebrados, siendo la mayoría de estas especies endémicas de aves, reptiles e invertebrados.

Para la corriente conservacionista del medio ambiente, el método CER no es la solución. Según su criterio, solo perpetuaría las colonias en el tiempo, porque facilita una fuente de alimento en lugares abiertos, donde entran y salen gatos sin control. Ucero indica que la captura es fundamental –eso sí, sin veneno, mediante trampas y la posterior adopción. Lo idóneo sería llevarlos a un lugar en donde estuviesen todos juntos y esterilizados, a la espera de una adopción.

Para aquellos gatos asilvestrados que no puedan ser adoptados o no se adapten a la colonia, “se produciría una eutanasia en último término”, indica Alberto: “Todos buscamos que los gatos tengan una vida digna y en la calle es poco probable que la tengan”, puntualiza el investigador.

Alberto incide en la importancia de la concienciación, un aspecto en el que “se tiene que trabajar”. Así, pone como ejemplo de alguien que ve a un perro suelto en la calle. Muy probablemente llamará a una protectora para que lo recoja o busque a su dueño. En cambio, se considera normal ver a gatos en calles y espacios abiertos. “Si no controlamos la población de gatos, determinadas especies se extinguirán”, destaca Ucero, quien cita los casos de “depredación de la pardela cenicienta cuando está nidificando, muy habitual en la costa, o de la hubara en lugares como La Graciosa o Playa Blanca”. “Los gatos depredan todo. Su instinto es cazar”, aclara.

Para el biólogo, el método CER sería efectivo cuando el 95 por ciento de la población felina estuviese esterilizada. “En Lanzarote no hay datos disponibles de esterilizaciones y hay que tener en cuenta que cada una cuesta entre 40 y 70 euros, por lo que un CER a gran escala supone un gasto muy grande”, señala. “¿Por qué se le tendría que dar más prioridad a los gatos que a las hubaras o a los lagartos gigantes?”, se pregunta.

Al tiempo, destaca la situación de La Graciosa, en el Parque Natural del Archipiélago Chinijo, una zona “donde nidifican muchas aves” y es preciso “sacar a los gatos y tener un control efectivo”.

Especies “depredadas”

Yarci Acosta es director insular de Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote. Licenciado en Ciencias Ambientales, desde 2017 ha ejercido como delegado en Canarias de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/ Birdlife). Acosta no rechaza a los gatos, pero destaca que “hay una evidencia científica que señala que son una amenaza muy importante, no en Canarias, en todo el mundo”.

Acosta explica la gravedad de la situación del hábitat lanzaroteño por la depredación de los felinos asilvestrados. “Unas 70 especies están siendo depredadas por los gatos”, describe. “Esto, unido a la contaminación medioambiental y a la destrucción del medio, además de otros factores, hace que se pierda biodiversidad”, añade. Acosta explica que en otras islas del Archipiélago, como en El Hierro, los gatos asilvestrados suponen un problema grave porque cazan lagartos protegidos: “Se considera que los gatos son los responsables del 14 por ciento de la extinción de reptiles”.

Yarci Acosta, director insular de Medio Ambiente.

Acosta: “Unas 70 especies están siendo depredadas por los gatos asilvestrados”

Los problemas de salud pública también son algo de lo que no se habla. “Las colonias felinas son focos que pueden transmitir enfermedades como la toxoplasmosis, salmonelosis o bartolenosis, y parásitos como las pulgas o garrapatas, tal y como lo demuestran algunos estudios científicos, como se habló en el Consejo General de Colegios Veterinarios de España en 2021”, comparte Acosta.

Para Yarci, “hay que dejar atrás la idea romántica de que los gatos cazan incluso estando alimentados”. Acosta ve necesario que la población tome conciencia de la importancia de la conservación de las especies. “Dependemos de la biodiversidad para polinizar los cultivos, para limpiar la atmósfera y el ecosistema. Si van desapareciendo las especies, cumplirán peor su función”, argumenta. “En Canarias tenemos el doble de especies que en toda la Península en un espacio más reducido”, destaca.

POSIBLES SOLUCIONES

Uno de los remedios que plantean los conservacionistas es que los gatos sean trasladados a lugares para ser adoptados. La duda es quién se encarga de esa logística. “¿Quién construiría esos espacios y se encargaría de las instalaciones necesarias? Ni siquiera hay plazas para los gatos en las perreras”, reflexiona Octavio Pérez, quien considera la propuesta poco factible y lamenta que Canarias sea “uno de los lugares donde más perros y gatos se abandonan de Europa”, sentencia.

Otro de los argumentos que señalan los conservacionistas es que el método CER no ha sido eficaz y no tiene en cuenta la “depredación” de los gatos. “La cuestión es que no se ha aplicado bien. No funciona porque no están identificados los felinos, el abandono es mayor, se renuevan las colonias de gatos y la basura está presente en los cascos urbanos. Todos estos factores hacen que la población de gatos aumente. Lo ideal es que no se abandonen los gatos, que haya un endurecimiento de las leyes y una mayor concienciación y esterilización”, concluye Pérez.

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