Las palabras de Miguel ‘Pepe’ Rocha son brasas que se avivan con el fuego. El trágico incendio de 1984 en La Gomera agitó con fuerza las llamas de su creación para que sus versos surgieran entre las cenizas. La erupción del Tajogaite en La Palma, su isla natal, ha dejado un surco literario junto a los cauces de lava. Se trata del libro Sobre un eclipse de sombras. Décimas al volcán de La Palma y, como dice su autor, “desgraciadamente, lo escribió el volcán. Es una continuidad. Si el volcán no surge, no nace el libro”.

Miguel ‘Pepe’ Rocha nació en el barrio de Tinizara de Tijarafe. A los ocho años la familia se mudó a Los Llanos de Aridane, donde permaneció una década larga antes de asentarse en Tenerife, siempre al soco de las plataneras y, en su caso, con las décimas bullendo en sus pensamientos infantiles y juveniles. Y jamás se han abandonado. “He estado conectado siempre a la décima. He viajado a varios lugares de este planeta y ella me ha llevado a mí a muchas partes”, enfatiza.

Recuerda que su padre compró una finca en Puerto Naos, en un terreno afectado por la erupción del volcán de San Juan en 1949. “El suelo era un tapiz de lava y mi familia trabajó en las mismas condiciones en las que está el suelo ahora, en volcán vivo, en una época en la que se trabajaba a pico y pala. Se le puso tierra y el drama se superó de alguna manera”, rememora. “El volcán ha sido una gran tragedia. Veo a mucha gente triste en La Palma. Tengo amigos que están viviendo la pérdida de todos sus bienes, viviendas, fincas, fanegadas y fanegadas de plátanos... Pero el palmero es muy fuerte. Hemos tenido que soportar lo que nos viene. Esto no te toca en la puerta. Te la tira abajo. Es una cosa natural. Al que le tocó, le tocó”.

Miguel ‘Pepe’ Rocha y sus décimas sintieron la llamada del volcán, como si se hubieran conectado las cámaras subterráneas en las que dormían el magma y las décimas que debían ser escritas tras la erupción. Llegó dos días antes y se alojó en la casita de Punta Gorda. “No pensé que fuera a venir tan rápido, porque recuerdo que, con el Teneguía, estuvimos meses y meses dando vueltas. Pero han sido el día y la noche. Este volcán vino muy enfadado”, recalca. “Lo vi por la tele, en directo, a las tres y diez de la tarde”, explica.

“Con las décimas que no están escritas se podría hacer otra publicación”

“Mi deseo es que la isla pueda reescribirse. El libro va a quedar ahí para siempre, en las manos de lectores y lectoras. Aquí no hay mentiras, todas las décimas están basadas en la verdad. Espero que tenga acogida por la finalidad del libro, que es ayudar a la población de La Palma, especialmente a las personas más damnificadas. El libro está empezando a crecer y cuando tenga 2.000 o 3.000 ejemplares vendidos ya se puede hacer algo. Es ahora o nunca, porque jamás La Palma ha necesitado tanto. La isla está rota, porque el volcán la dividió de Norte a Sur. Con las décimas que no están escritas se podría hacer otro libro, porque la desgracia empieza después del volcán”, asegura.

El Tajogaite arrasó casi mil hectáreas y afectó a más de 2.500 edificaciones, incluidas viviendas, cuartos de aperos, naves industriales o edificios religiosos. También dejó a la vista 85 décimas y 800 versos. Miguel ‘Pepe’ Rocha se ofrece a leer una de ellas, con el melodioso acento palmero que ha mantenido pese a la diáspora a Tenerife. Elige uno al azar, imitando el capricho de los volcanes. Su mano se detiene en la composición número 41, la que dice lo siguiente: “Yo quiero darle un abrazo a ese pueblo que tú alfombras dejando un velo de sombras y cenizas a tu paso. Sufro por cada pedazo que se lleva en su mordida y es tan profunda la herida que la huella que has dejado a muchos los ha matado, aunque les quede la vida”.