La historia de la política española desde los inicios de la Transición hasta la actualidad y las luchas del pueblo español contadas a través de 4.070 pegatinas. El sevillano Miguel Segura, afincado en Fuerteventura, ha enviado cartas solicitando adhesivos a partidos políticos, tocado a la puerta de sedes políticas y corrido en manifestaciones con la Policía pisándole los talones por hacerse con estos documentos que sirven para comprender la evolución histórica de España.

Miguel pone sobre la mesa un par de archivadores con cientos, tal vez miles, de pegatinas. En la habitación, una estantería sirve de apoyo a más archivadores con más adhesivos. Se sienta y empieza a pasar las fundas donde las guarda. Sin pretenderlo, también está pasando páginas de la historia de España. Con los adhesivos en la mano, comienza a contar su historia como coleccionista de unos documentos que cada vez atraen más el interés de los archivos de bibliotecas y universidades.

A principios de los ochenta, Miguel era un joven que rondaba la quincena cuando empezó a interesarse por guardar todas aquellas pegatinas que llegaban a su alcance. No las clasificaba, ni tampoco las estudiaba. Simplemente, las guardaba en un cajón a la espera, tal vez, de saber qué hacer con ellas algún día. Hace cinco años volvió a las cajas de la juventud, las desempolvó.

Allí seguían a la espera cientos de pegatinas. Fue entonces cuando empezó a llamarse a sí mismo coleccionista. Un día se metió en Mil anuncios y empezó a contactar con otros coleccionistas. Luego, escribió a las sedes de los partidos políticos con la esperanza de que la carta no acabara en la papelera y alguien optara por meter alguna pegatina en el sobre de vuelta. También empezó a llamar a las puertas de los partidos y sindicatos de Fuerteventura, la isla donde reside desde los noventa del siglo pasado.

Miguel colecciona pegatinas políticas, de sindicatos y de luchas sociales. La más antigua que conserva es una de 1976 del Partido Comunista Español. La primera que consiguió fue con 15 años, una del Partido Socialista Andaluz editada con motivo de las elecciones municipales andaluzas de 1983. Su archivo conserva cientos de pegatinas de decenas de formaciones políticas: Partido Comunista Obrero Español, CDS, UCD, Partido Comunista de los Pueblos de España, Falange, Fuerza Nueva, Liga Comunista Revolucionaria, adhesivos del PSOE en los que se pide el voto para Felipe González, Alianza Popular...hasta formaciones ilegalizadas como el Partido Comunista reconstituido, el considerado “brazo político” del Grapo.

También hay fundas con pegativas de partidos catalanes, del Bloque Nacional-Popular Gallego… En su archivo también aparecen adhesivos que hacen referencia a congresos políticos y a la lucha sindical protagonizada por CNT, UGT, Comisiones Obreras, CGT… La colección la completan decenas de adhesivos que hablan de los movimientos y luchas sociales libradas en territorio español desde los setenta hasta la actualidad.

Tiene adhesivos de 1972 en defensa de la mujer trabajadora, guarda uno de 1978 donde en catalán se lee “8 de març día internacional de la dona treballadora”, y también pegatinas provida con mensajes en contra del aborto. Además, adhesivos con campañas de rechazo a la OTAN, medioambientales, antitaurinas, antinucleares; de asociaciones LGTBI, Ecologistas en Acción, SOS Racismo, Plataforma de Afectados por la Hipoteca o de apoyo al pueblo saharaui.

Su colección también ha dejado atrás los límites de España para interesarse por las revoluciones que hubo por esos años en Hispanoamérica. En fundas de plástico aparecen pegatinas de apoyo al Frente Sandinista de Nicaragua, adhesivos en los que se pide la amnistía para Uruguay, se apoya a Allende o se muestra la repulsa a la dictadura de Videla. Incluso, aparece alguna del Partido Comunista de Irán o del Ejército Zapatista de Liberación Nacional de México.

“Las más difíciles de conseguir son las de extrema izquierda”, asegura el coleccionista. Y explica cómo en aquellos años “PSOE y UCD eran muy activos. En cambio, la extrema izquierda lanzaba menos pegatinas. Tuvieron una duración corta. Algunos partidos se disolvieron, mientras que otros se dividieron en otros partidos”. En cambio, apostilla, “partidos de la ultraderecha como Fuerza Nueva o Falange estuvieron muy activos en temas de pegatinas”.

Aunque tiene algunas en su colección, Miguel reconoce que las pegatinas de la banda ETA son difíciles de conseguir. “Las de los partidos políticos se hacían por cientos en las imprentas. En cambio, las de ETA se hacían de forma clandestina y tampoco se podían difundir alegremente en las sedes”, aclara.

La más difícil

La pegatina más difícil de conseguir, asegura, ha sido una del Partido Comunista Obrero Español, fundado por Enrique Líster. “Me costó conseguirla un año y medio o dos”, comenta. Ahora, tiene tres pegatinas del partido. La pegatina pendiente de obtener sería alguna más de Organización Comunista de España (Bandera Roja). “Son muy difíciles de conseguir. Fueron muy minoritarios”, explica.

En todos estos años, ha visitado sedes políticas, asistido a manifestaciones en busca del adhesivo que los manifestantes dejaban pegado en la farola y enviado cartas a sedes de partidos políticos explicándoles su afición y solicitándoles adhesivos. Solo el 10 por ciento de las cartas ha recibido respuesta. “Todo depende de la buena voluntad de quien primero coge la carta. Si elige tirarla o contestar”, explica.

El coleccionista lamenta que en la Isla apenas se editen pegatinas políticas

Izquierda Unida de Soria y Zamora y el PP de Madrid están entre ese 10 por ciento que se molestaron en ir a Correos y enviar sus adhesivos de campaña a Fuerteventura. “La peor dificultad para un coleccionista es vivir en una isla menor. La producción local es muy escasa o nula. Circulando por Fuerteventura, ahora mismo, puede haber 14 o 15 modelos de pegatinas entre partidos políticos y sindicatos”, asegura. “Aquí, hay partidos que llevan cinco años con la misma pegatina. Si la producción local es escasa, los intercambios no fluyen. Tienes que estar buscando las pegatinas de fuera y si te llegan repetidas, apartarlas para ir intercambiando”, explica.

Vinculadas a Fuerteventura, Miguel conserva unas 20 pegatinas. Son adhesivos políticos y sindicales. También custodia algunos vinculados a movimientos sociales como la lucha de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, pegatinas contrarias a las prospecciones petrolíferas, editadas a raíz de los intentos de Marruecos de buscar hidrocarburos en las costas canarias o, incluso, una de ellas en el que se reclama un bunker de radioterapia para la Isla.

Hasta el momento, puede presumir de no haber tenido que comprar ninguna pegatina. Le llegan a través del intercambio con otros coleccionistas. Su agenda de contactos le permite hacer intercambios con coleccionistas de Madrid, Aragón, País Vasco, Galicia o Extremadura, aunque con el que más intercambios realiza es con Chorche Paniello, responsable del Centro de Recuperación de Pegatinas y toda una institución dentro de este mundo.

Además de sus relaciones con otros coleccionistas, Miguel suele darse una vuelta, de vez en cuando, por sindicatos y sedes políticas de la Isla en busca del último adhesivo editado. Al tocar a la puerta de los partidos, se ha encontrado con todo tipo de respuestas. Desde aquellos que lo miran extrañados hasta los que aprovechan la visita para darle un mitin político o pedirle el voto. También suele estar al tanto de las reivindicaciones que la sociedad va generando para, llegado el caso, hacerse con una pegatina.

Durante su etapa en Sevilla, recuerda haber ido a manifestaciones en las que la cosa terminaba poniéndose “chunga” y acababa apareciendo la Policía. “Ha habido situaciones en las que he visto una pegatina pegada en una farola y me he detenido a quitarla. El policía corriendo y yo arrancando la pegatina para pegármela en la camiseta y seguir corriendo”, recuerda.

También rememora todo lo que tuvo que hacer para conseguir en su pueblo, Dos Hermanas, una pegatina del Partido Comunista de España en la que se pedía el voto para Manuel Benítez Rufo, en las elecciones de 1983. “Un día la vi en la sede y tuve que levantarme de la cama y volver de noche, cuando nadie me veía, no fueran a pensar que era de Fuerza Nueva o Falange y estuviera arrancando pegatinas del Partido Comunista”.

El ocaso de la pegatina

Para muchos coleccionistas la pegatina vive un momento de ocaso. Las redes sociales han centrado el mensaje de las campañas electorales. Miguel recuerda cómo durante la Transición los partidos solo tenían posibilidad de propagar su mensaje a través de la televisión, aquellos que podían acceder a ella, la radio o a través de la edición de facsímiles y pegatinas. “Los partidos muy minoritarios solo podían editar un facsímil, pegar el cartel y sacar la pegatina. A ellos nadie los llamaba a ningún debate”, comenta.

“Antes los partidos políticos eran muy activos. Cada sección, cada pueblo editaba pegatinas. Ahora está más parado”, sostiene. Aun así, Miguel asegura que los partidos catalanes y vascos siguen editando muchas pegatinas. También los sindicatos anarquistas como CNT o CGT. Los que menos lanzan, según este coleccionista, son Partido Popular, Ciudadanos y Vox.

También ha evolucionado el tamaño de las pegatinas durante todos estos años. Las de la Transición eran más pequeñas que las que se imprimen en la actualidad. También ha cambiado el mensaje. “Antes era muy contundente. Vemos cómo había muchos más partidos radicales que ahora”, apunta.

Las guarda en archivos separadas por partidos políticos y sindicatos. Las de organizaciones políticas las divide entre nacionales y regionales. Otros archivos los destina a las pegatinas de lucha social. De momento, no se plantea realizar una exposición, aunque es algo que no descarta en el futuro. “Me gustaría que todo esto se diera a conocer”, sostiene. Y pone la mirada en la juventud. “Hoy están muy entretenidos con las redes. Antes participaban más en temas sociales. Es importante que conozcan que sus padres han vivido un tiempo donde el aborto estaba penalizado y la mujer apenas tenía derecho al acceso al trabajo. Han sido luchas que se han ido conquistando”, insiste.

Las pegatinas de Miguel hablan de esas luchas. Son un reflejo de la historia reciente de España, un recorrido desde la llegada de la democracia hasta la actualidad. Un manual de historia. “Se trata de recordar el pasado para no olvidarlo. Para comprender el presente hay que mirar al pasado”, sentencia.