La próxima semana se sentará en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife un hombre al que se le imputan dos delitos de lesiones leves, del que fueron objeto otras tantas mujeres, y un intento de homicidio a un bebé.

Por este último cargo la Fiscalía pide 5 años de cárcel, el internamiento en un centro psiquiátrico durante siete años y medio y la prohibición de acercarse al menor durante otros cinco años más.

Por los otros dos delitos serían un total de 312 euros de multa y 100 y 500 euros de responsabilidad civil respectivamente a cada una de las víctimas.

El Ministerio Público tiene en cuenta que en el momento de los hechos el procesado tenía sus capacidades mentales parcialmente afectadas a causa de una descompensación derivada de la esquizofrenia paranoide que padece.

Por ello pide que se tenga en cuenta el atenuante incompleto de trastorno psíquico y el agravante de alevosía en el caso de los dos ataques sorpresivos a las mujeres.

Los hechos tuvieron lugar mientras el procesado caminaba por una calle de Santa Cruz de Tenerife y se encontró en su camino a una familia que llevaba un carrito de bebé, con un niño de un año en su interior.

Como le obstruía el paso de forma sorpresiva el hombre lo agarró, alzó al aire, zarandeó y al ver que el bebé se quejaba lo movió aún con más fuerza.

La Fiscalía cree que el acusado era plenamente consciente del riesgo de muerte que esta conducta iba a generar pese a lo cual intentó arrojar el carrito con el niño en su interior a la calzada por la que circulaban los vehículos.

La madre logró agarrarlo y evitar que el acusado lo tirara tal y como intentó para luego abandonar el lugar, aunque pudo ser retenido por el padre hasta la llegada de la policía.

Días antes en una avenida de la ciudad el acusado, con la intención de menoscabar la integridad física de una mujer que se encontraba esperando a la guagua en una parada, la agarró de forma sorpresiva y tiró al suelo.

Como consecuencia sufrió heridas en las palmas de la mano, boca y una contusión en el glúteo derecho que requirieron de tres días para poder curarse.

En otra ocasión y en una calle diferente de Santa Cruz, el hombre propinó un puñetazo en la cara a una mujer de forma absolutamente sorpresiva, mientras caminaba con dos amigas, provocando su caída a plomo al suelo, y que quedara en estado de inconsciencia.

Como consecuencia de esta agresión sufrió contusión en la mejilla, en el pómulo derecho y un hematoma de unos 10 centímetros en la cadera izquierda que tardaron diez días en curarse.