El patrimonio religioso majorero se encuentra en manos de Dios”, asegura un especialista en conservación y restauración de bienes culturales
¿Está a salvo el patrimonio majorero del fuego?
El patrimonio religioso majorero se encuentra en manos de Dios”, asegura un especialista en conservación y restauración de bienes culturales
El incendio de la Catedral parisina de Notre Dame, uno de los templos góticos más importantes de Europa, ha sacado a la palestra la situación de desprotección del patrimonio histórico ante un incendio. En Fuerteventura existen 28 iglesias declaradas Bien de Interés Cultural (BIC). En unas se han hecho restauraciones importantes mientras otras siguen mojándose cuando llueve, pero ¿están a salvo de la amenaza del fuego?
“El patrimonio religioso majorero se encuentra en manos de Dios”. Lo asegura el especialista en conservación y restauración de bienes culturales Lorenzo Castañeyra después de haber restaurado parte de las pinturas, retablos y esculturas que se custodian en el interior de los templos de la Isla. Castañeyra pone como ejemplo el de La Ampuyenta, considerada la Capilla Sixtina de Canarias por el volumen y la calidad de los cuadros que cuelgan de sus paredes, fechados en el siglo XVIII.
Allí, según este restaurador, “el cura lo que ha hecho es no dejar encender la luz cuando hay visitas en la ermita porque los cables del tendido no soportan la potencia y se puede declarar un incendio en cualquier momento”. Alaba la decisión del sacerdote, “pero es una pena porque los cuadros se han restaurado y así no se pueden ver bien”.
Además, asegura que en esta iglesia, como en otras de Fuerteventura, los focos están muy cerca de las maderas y de las obras de arte y puede ocurrir un cortocircuito y arder. Precisamente, el origen de la mayoría de los incidentes en edificios religiosos están relacionados con fallos en los tendidos eléctricos, muchos de ellos obsoletos.
Castañeyra también pone sobre la mesa otra problemática, esta relacionada con las velas que algunos feligreses depositan cerca de retablos y cuadros. A pesar de que tras las restauraciones que han realizado el Cabildo y la Iglesia en los últimos años, se suele dar una pequeña charla en la que se aconseja a los vecinos no poner flores y cuadros cerca de las obras de arte, aún hay quien se niega a dejar a su santo sin una vela encendida el día de su santoral.
Sin llaves
El restaurador también lleva años insistiendo en la problemática que hay en torno a la apertura de las iglesias. Hasta ahora suelen estar en manos de alguna vecina del pueblo encargada de limpiar el templo. Lorenzo Castañeyra plantea qué ocurriría “en caso de que haya un incendio y haya que ir rápidamente a la iglesia. Te puedes encontrar con que la señora no esté o no encuentre la llave”. Y plantea como solución que en la casa parroquial, el Cabildo o en ambos sitios haya un juego de llaves de cada ermita para “poder ir en cualquier momento”. Luego, “de nada servirá llorar sobre las cenizas”, añade.
El suceso de Notre Dame ha sacado a la luz la necesidad de crear planes de autoprotección en los edificios históricos y de salvaguarda de las obras de arte que albergan para saber cómo actuar cuando se desencadena un incendio en estos inmuebles. Los planes deberían contemplar, entre otras cuestiones, la ubicación exacta de las obras de arte y a qué obras dar prioridad a la hora de evacuar por su valor artístico. Además, se debe formar a los Servicios de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento a manipular las obras de arte en el momento en el que haya que realizar su evacuación.
En La Ampuyenta “el cura no deja encender la luz cuando hay visitas en la ermita porque los cables del tendido no soportan la potencia y se puede declarar un incendio en cualquier momento”
Castañeyra insiste en que “no es lo mismo apagar un incendio en una casa privada que en una obra de arte cuando, por ejemplo, utilizando agua se puede hacer más daño que con el propio fuego o se dé la circunstancia de que haya que trasladar piezas urgentemente sin que se sepa cómo manipularlas. Intentando salvarlas se puede perjudicar más que con el propio incendio”.
Con el suceso de la Catedral de París de fondo, la Comisión Mixta Gobierno de Canarias-Iglesia acordó el pasado 23 de abril elaborar un diagnóstico actualizado sobre las medidas de seguridad y control. La intención es tener redactado en septiembre un informe que permita adoptar medidas partiendo de la información que dispone cada Cabildo, ayuntamientos e Iglesia. Se trata de crear un protocolo conjunto de actuación bajo la coordinación de la Alta Inspección de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias.
El vicario general de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera, reconoce que “no existe ningún plan en estos momentos”. “Lo que existe es un protocolo a nivel de la Diócesis que empezamos a hacer hace un par de años y que trata de adaptar a la nueva normativa los templos que tenemos en las islas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote en relación a los temas de emergencia, las tomas de luz, conexiones con bomberos, revisión de instalaciones eléctricas, etcétera”, explica.
En el caso de Fuerteventura, pone como ejemplo la iglesia de Betancuria donde se está ejecutando el proyecto que se elaboró en su momento a través de la nueva instalación de focos LED que, entre otras virtudes, no dan calor. También se está trabajando con el proyecto para la nueva instalación eléctrica de la ermita de La Ampuyenta, donde “es prioritario” por el volumen de patrimonio que existe.
Según Hipólito Cabrera, hay bastantes ermitas que han adaptado los cableados tras las actuaciones de restauración en sus artesonados. “Ahora faltaría la iluminación cambiando la luz actual por la LED, de bajo consumo, fría y que no calienta nada”, añade.
El tercer centenario de la Iglesia de La Oliva permitió hace unos años restaurar parte de su patrimonio y sustituir el cableado antiguo por uno más moderno. Los restauradores coinciden en que esta iglesia es un ejemplo de las cosas bien hechas. Su párroco, Chema González, asegura que el edificio “cumple las normas”. También explica cómo en otras ermitas del municipio de La Oliva como la de Vallebrón, se ha puesto nuevo el cableado y subraya que todas las que están bajo su cuidado cuentan con un extintor.
Asignaturas pendientes aún son ermitas como la del Valle de Santa Inés, Triquivijate o Las Pocetas que están dentro del proyecto de rehabilitación, pero “eso lleva un coste de nueva instalación de luz, instalación de cableado, etcétera”, asegura el vicario.
La situación de protección en las iglesias majoreras ante la amenaza del fuego es dispar. Mientras edificios como el de Betancuria tienen detector de humo y extintor, otros, como explica el delegado de Patrimonio de la Diócesis de Canarias, José Lavandera, carecen de él. Así ocurre en la del Valle de Santa Inés, a pesar de ser, junto con la de La Ampuyenta, una de las ermitas con mayor obra pictórica.
Otras como la de Tefía ni siquiera cuentan con extintor, a pesar de albergar un interesante cuadro de ánimas de finales del siglo XVIII y un púlpito de la misma época atribuido al pintor tinerfeño Juan Bautista Hernández Bolaños. La Iglesia se ha comprometido a tener en septiembre un estudio de todo el patrimonio de las diócesis de las dos provincias.
El vicario de Las Palmas explica que en el plan “habrá que coordinarse con seguridad, emergencia, bomberos y tener en cuenta la protección de los bienes que son prioritarios salvar a la hora de un incendio”. Reconoce que en algunos sitios de la provincia de Las Palmas “sí se cuenta con información para saber cómo actuar si hubiera un incendio. En el caso de Fuerteventura, está menos desarrollado, diría que prácticamente nada”.
Documentos sin digitalizar
El historiador Carmelo Torres lleva años denunciando la situación de desprotección en la que se encuentra el patrimonio documental de la Isla, la mayoría sin digitalizar o repartido por otras islas o la península. Ante la amenaza de un incendio, asegura que “está completamente abandonado. Si se declara fuego no hay copia por ningún lado”.
Este investigador echa en falta que no se hayan digitalizado los más de 200 libros sacramentales repartidos por las parroquias de Fuerteventura con información de nacimientos, defunciones y matrimonios desde 1587. ”La quema de una techumbre o de una obra de arte lleva consigo la pérdida de su valor como obra de arte, pero por encima de todo eso está la documentación y su custodia”, subraya el historiador.
Torres advierte de que la quema, por ejemplo de los libros sacramentales de la Parroquia de Betancuria, supondría “la pérdida de quinientos años de historia”. Una tragedia aún mayor, para este estudioso, que la ocasionada por la invasión berberisca del Arráez Xabán en 1593, cuando la villa ardió perdiendo su patrimonio artístico y documental.
La Casa de los Coroneles es el edificio civil más importante de Fuerteventura. La titularidad de esta mansión, del siglo XVIII es del Gobierno regional. El director general de Patrimonio Cultural del Gobierno canario, Miguel Ángel Clavijo, asegura que el edificio cuenta con “todos los medios de seguridad”. Además, se convertirá próximamente en el Museo de la Historia de Fuerteventura, lo que va a permitir, según Clavijo, “actualizar toda la información que tenemos sobre ella; rehabilitar espacios y acondicionarla para que albergue nada menos que la historia de Fuerteventura” y eso “va a garantizar la perdurabilidad de este edificio tan emblemático”, añade.
Comentarios
1 Majorero Maduro. Sáb, 18/05/2019 - 10:20
2 Bambam Sáb, 18/05/2019 - 16:30
3 Emeterio Sáb, 18/05/2019 - 18:22
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