El director de escena lanzaroteño Quino Falero estrenará en el Teatro Cuyás el espectáculo de danza contemporánea basado en el texto ‘La Umbría’
“Alonso Quesada retrata la decadencia, y hoy algo se nos desmorona”
El director de escena lanzaroteño Quino Falero estrenará en el Teatro Cuyás el espectáculo de danza contemporánea basado en el texto ‘La Umbría’
El director de escena lanzaroteño Quino Falero habla por teléfono desde el hotel a la vuelta de una sesión de grabación con la compositora Laura Vega, autora de la música del espectáculo de danza contemporánea La Umbría, basado en la conmovedora obra del autor Alonso Quesada (Las Palmas de Gran Canaria, 1886-1925). Esta versión dirigida por Falero y producida por Cyrano Producciones y el Cabildo grancanario será estrenada los días 25 y 26 de noviembre en el Teatro Cuyás de la capital grancanaria.
La producción forma parte del proyecto global Creando la Umbría, una iniciativa puesta en marcha en septiembre y que promueve el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. En este marco, Falero imparte un curso de dirección y, además, protagonizó una charla junto a Pepe Dámaso con motivo de la proyección en el Centro de Cultura Audiovisual de Gran Canaria del cortometraje La Umbría, dirigido por el pintor en 1975.
Arengado de nuevo en el día a día por el canto de los vientos de Lanzarote, Falero, perito en múltiples tablas escénicas, nos sumerge en el universo de Quesada de la mano de las coreografías de Vanesa Medina, la escenografía de Carlos Santos, el vestuario de Claudio Martín y el elenco coreográfico del montaje, integrado por Abián Hernández, Andrea Pérez, Alejandro Déniz, Cora Panizza, Estefanía Ruiz, Juan León, Marta Oramas y Sara López, que convertirán las palabras en carne, hueso y emoción en movimiento.
-El texto ‘La Umbría’ de Alonso Quesada se adentra en una sombría historia familiar a través de oscuros túneles envueltos en una atmósfera asfixiante y a la vez conmovedora. Recuerda un poco a estos tiempos que estamos viviendo, ¿no le parece?
-En realidad, llevo mucho tiempo con la idea de hacer La Umbría. Sí es verdad que cuando lo retomé estábamos en la época de la pandemia. Y la obra establece sobre todo una dicotomía entre la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, el sol y la sombra... En la obra está presente el miedo al contagio, el apestado o el tuberculoso. Y también retrata una clase social que está desmoronándose y en absoluta decadencia. Vivimos en una época en la que tenemos la sensación de que hay algo en nuestra forma de vida actual, de relacionarnos y de convivir como civilización que también se está desmoronando. Además, en relación con el planeta, con el medio ambiente o entre fronteras. Estamos, por tanto, en un momento en el que todo se tiene que revisar.
-La obra cumple un siglo. ¿De qué otra manera cree usted que sigue siendo actual, tanto en su forma como en la profundidad de su fondo?
-Sobre todo lo que más me llegó a mí, lo que más conectó conmigo, y espero poder trasladarlo al público, es la verdad desde donde Alonso Quesada se enfrenta a la escritura de este texto. Él estaba enfermo de tuberculosis, como lo están los personajes de su obra. A mí esta verdad tan profunda me llamó mucho la atención. Conecté con ello, es decir, con la forma en la que habla de la muerte sabiendo que la tenía tan presente en su propia vida. Esa implicación del artista con la obra desde esa verdad me atrapó y estoy tratando de ser honesto para no traicionar esa verdad de Alonso, aunque sea utilizando un lenguaje totalmente diferente, que es el de la danza contemporánea para representar la obra.
-Tanto él como otros poetas de su tiempo, como el propio Tomás Morales, estuvieron marcados por la enfermedad y la muerte temprana.
-En el caso de Alonso, es un modernismo basado más en el contenido que en la forma. Ellos convivieron mucho y, de hecho, en el trabajo hemos tenido presentes a Tomás Morales, a Néstor Martín-Fernández de la Torre o a los hermanos Millares y todo lo que fue ese momento de vanguardia en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria a principios del siglo pasado.
“Existen bastantes obras de teatro en Canarias que merecen ser rescatadas”
-¿Qué es lo que más le ha sorprendido de su obra en su relectura? ¿Por qué es recomendable recuperarle?
-Alonso Quesada es uno de los grandes autores de nuestra literatura. Fue un autor bastante prolífico en cuanto al cultivo de géneros literarios, pues escribió poesía, narrativa, teatro o crónicas deportivas. Invito a que se lea a Alonso más allá de su poesía, siempre cargada de esa tristeza y de ese pesar. Aunque la poesía en realidad ronda toda su obra, porque es un poeta, y a los poetas, como Lorca, la poesía les mana en cualquier cosa que escriban. Posee una mirada divertida y sarcástica sobre la sociedad que le rodea y tiene un compromiso social a través de una mirada que nos describe cómo éramos. Alonso siempre sorprende. Ahora estoy más conectado con su implicación personal, con el Alonso que habla de las sombras. La umbría es la zona del valle donde no da el sol y es el nombre del lugar donde vive esta familia. Estoy descubriendo a ese Alonso más profundo y que tiene que ver con todo su padecer.
-Es curioso que citara a Lorca, porque tenía preparada una frase suya: “El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana”. ¿Qué herramientas usarán para tocar la fibra del público?
-Lo haremos a través de la danza y la música. La música es siempre una llamada inmediata a la emoción. Laura Vega no ha escrito la música para la función, sino que hemos usado su música, compuesta en distintos momentos de su trayectoria, para la función. Además, Laura tiene una manera muy escénica de componer. Y la danza es la abstracción, es donde puedes utilizar el cuerpo y el movimiento en favor de la metáfora y de la poesía, del símbolo. Que es lo que Alonso también hace en su obra. Él lo llama poema dramático. Si lees las acotaciones parece imposible poner eso en escena. Es muy difícil recoger todo lo que él describe en las acotaciones, que son bellísimas, en la onda de Valle-Inclán. Y a los personajes los llama figuras del drama. Figuras es un concepto más cercano a lo coreográfico que a lo teatral, y esto me dio una pista, junto al camino de la universalidad que él hace siempre a partir de lo local. Fue la clave para la propuesta de la versión en danza contemporánea, que es un lenguaje universal y que nos permite abstraer y favorece la composición poética.
“Él estaba enfermo de tuberculosis, como lo están los personajes”
-¿Queda mucho por hacer para llevar a las tablas obras dramatúrgicas de esta altura escritas en Canarias?
-La Umbría por ejemplo nunca se había hecho, tal vez por su complejidad. Se sabe muy poco de la historia de la dramaturgia en Canarias. Realmente sí que hay obras canarias que deberían ser rescatadas y representadas. Cuando un autor escribe una obra de teatro el fin último es la representación. Hay bastantes obras del teatro de Canarias que merecen ser rescatadas. Al fin y al cabo, el teatro es un reflejo de una época y en él residen muchas cosas, como la implicación del autor y su labor como documento para comprender nuestra historia.
-Vamos a ir bajando el telón. Otra de las obras de Quesada lleva por título el ‘Lino de los sueños’. ¿Cuáles son los tuyos?
-Poder ir haciendo trabajos con mayor repercusión y que conecten con el público. Y conseguir que nuestro oficio, poco a poco, vaya teniendo cada vez la importancia que merece en la sociedad. Y sobre todo espero no perder la capacidad de tener curiosidad y de querer explorar cosas nuevas.
Quino Falero firmó su declaración de amor al arte escénico en el auditorio de Los Jameos del Agua. “Allí se forjó mi amor por este oficio al asistir a la representación de obras emblemáticas que me marcaron profundamente”, recuerda. Como un animal que vuelve a sentir la primigenia llamada de la naturaleza, vuelve a dirigir el Festival de Artes Escénicas de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (Escena Lanzarote) en su regreso tras los años en suspenso a causa de la pandemia.
“Estoy feliz, porque este final supone una manera de dinamizar los espacios de los Centros con una programación que multiplica la experiencia del público. En España y en otros países hay ejemplos de eventos culturales que suceden en torno a un bien de interés cultural y que son una referencia, además de que tienen mucha aceptación. En este sentido, siempre pensé que Lanzarote, con su patrimonio cultural, natural y artístico, era el lugar ideal para programar festivales de este tipo para que la Isla se convierta en un modelo de turismo cultural sostenible”, explica el director de escena.
“Por eso la programación está dominada por espectáculos de lenguaje universal, porque la idea es que el idioma no suponga un obstáculo y que convivan público visitante y residente, además de que se produzca una simbiosis entre el espacio natural y la propuesta artística de las compañías para que sea una experiencia inolvidable. Todo tiene que ver con el movimiento”, señala sobre una programación donde la danza juega un papel esencial y que, además de la red de Centros, hará escala con una propuesta familiar en el Teatro El Salinero de Arrecife.
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