Román Rodríguez, vicepresidente del Gobierno y presidente de Nueva Canarias
“Es necesaria la presencia del canarismo de progreso en Lanzarote y Fuerteventura”
Román Rodríguez, vicepresidente del Gobierno y presidente de Nueva Canarias
-¿Qué traducción real tienen para Canarias los fondos de reconstrucción europeos que se plantearon en la pandemia? ¿Son la tabla de salvación que se vaticinaba?
-Con cifras se aclaran las cosas. De los presupuestos ordinarios de la Unión Europea, entre 2021 y 2017 vamos a recibir 5.075 millones de euros. Con los fondos extraordinarios Next Generation podríamos disponer de unos 2.400 millones adicionales. En total recibiremos unos 7.500 millones en ese sexenio. El presupuesto de Canarias que estamos elaborando para 2023 tiene una previsión de unos 10.100 millones de euros y los fondos europeos van a representar un 10 por ciento. Por su orientación, los fondos Next Generation son muy importantes, porque están centrados en la sostenibilidad del sistema económico público y privado, en la mejora de la competitividad y con la digitalización por bandera. No te lo puedes gastar ni en carreteras ni en voladores, sino en la transformación ecológica y en digitalización.
-Las islas de Fuerteventura y Lanzarote son las menos diversificadas económicamente del Archipiélago y las que más sufrieron durante la pandemia, con una pérdida del Producto Interior Bruto (PIB) del 30 por ciento. ¿Hemos aprendido la lección o estamos yendo por el mismo camino de antes?
-De los 7.000 millones en ayudas directas a autónomos, pequeñas y medianas empresas y grandes compañías que se repartieron en el Estado, a Canarias le tocaron 1.144 millones, que distribuimos totalmente, y en Fuerteventura y Lanzarote casi 400 millones. Dicho esto, la pandemia puso en evidencia que el modelo económico de Canarias, esencialmente escorado hacia el turismo, de manera más notable en estas dos islas, se vio muy dañado. El leñazo para la economía canaria fue monumental, porque lo que quebró fue la movilidad, que es consustancial al negocio turístico. El binomio de turismo y construcción, en los últimos 20 años, no solo no ha perdido peso en la estructura productiva, sino que lo ha aumentado. Pero una cuestión es enunciar voluntades de cambio y otra hacerlo, que no es sencillo. La diversificación nos hace fuertes, más resistentes a las crisis, y debiéramos proteger al sector primario, hacer un esfuerzo en el ámbito de la industria y apostar por nuevas áreas de la economía, como las energías renovables, y por el mar que nos rodea, que tiene una enorme potencialidad energética y alimentaria. Es razonable pensar en Lanzarote y Fuerteventura en un futuro más sostenible y más diverso, aunque sea más complicado.
-Acaba de arrancar una comisión de estudio sobre el crecimiento poblacional en el Archipiélago y se pone como ejemplo que, desde mediados de los años 90, la población de Lanzarote se ha duplicado y que la de Fuerteventura casi se ha triplicado. Hace dos décadas, se aprobaron las Directrices y se desclasificó suelo turístico, mientras que ahora cuesta hasta debatir una tasa para el turismo.
-Se repite la historia. Cuando ostenté la presidencia del Gobierno [entre 1999 y 2003], de las muchas iniciativas que llevábamos en el programa se encontraba, entre otras, adoptar medidas ante el ritmo de crecimiento al que estaba sometido Canarias, que era muy difícil de sostener en el tiempo. ¿Y qué hicimos? Primero, recurrir a la información. Nombré una comisión de expertos compuesta por 18 especialistas de diversas áreas de conocimiento. El punto de partida era que en los últimos 25 años del siglo XX habíamos aumentado la población de Canarias en casi medio millón de personas, muy por encima del resto de las comunidades autónomas. Ese comité concluyó que ese ritmo de crecimiento no podía seguir así, pero también analizó que estamos sometidos a un Estado de Derecho y a la Unión Europea, y resaltó que la mejor manera de contener ese intenso crecimiento poblacional era actuar sobre el origen que lo promovía, el desarrollismo que se había instalado. Abrimos un debate sobre sostenibilidad, que entonces estaba menos de moda que ahora, y de ahí surgió la desclasificación de casi 400.000 camas turísticas que estaban en el planeamiento, por no hacer los deberes urbanísticos. La Ley de Medidas Urgentes de 2001 desclasificó con cero euros de indemnización. Analizamos la capacidad de carga y nos pusimos a trabajar en leyes que modularan el crecimiento. De ahí surgieron las primeras Directrices, que fueron las del Turismo, y que se aprobaron por unanimidad.
“Actuar sobre el modelo de crecimiento es hacerlo más racional”
-Aquellas medidas normativas en legislaturas posteriores se enterraron y parece que no se ha recuperado de nuevo esa visión desde el punto de vista legislativo. ¿A día de hoy el diagnóstico es similar y las recetas parecidas?
-Para actuar con rigor está muy bien lo que ha hecho el Parlamento, que es promover un análisis sobre el reto demográfico, a través de una comisión que preside el compañero Luis Campos, de Nueva Canarias. Sostengo que la historia se ha repetido: en estos años del siglo XXI ha vuelto a aumentar la población en el Archipiélago en 530.000 personas, más del doble que la media española. Este incremento demográfico tiene que ver con el modelo de desarrollo. Aquella visión y normativa decayó porque los siguientes gobernantes no apostaron por ella, de forma incoherente, porque yo bajé el listón que inicialmente pretendíamos para que fuera una propuesta de todos, y duradera. Recuerdo la discusión con José Manuel Soria, que no era fácil… pero era consciente de que tenía que aprobarse por una amplia mayoría. Desgraciadamente, los que vinieron luego no le dieron la importancia debida.
-¿Entiende que haya quien pueda pensar que este mandato en Canarias, en términos legislativos, no ha supuesto la revolución que se esperaba teniendo en cuenta los partidos que forman el ‘Pacto de las flores’?
-Actuar sobre el modelo de crecimiento es hacerlo más racional. No hablamos de retroceder sino de avanzar sin daños. Hemos tenido una situación terrible con la pandemia, pero además la peor crisis de calima de nuestra historia, que cerró todos los aeropuertos, los incendios, luego el volcán y ahora la inflación desbocada y los efectos de la guerra. Hemos tenido una legislatura difícil y a pesar de eso hemos respondido a los retos, el primero de ellos ayudar a las personas vulnerables. En lo que queda de legislatura tenemos tres leyes muy importantes que sacar adelante: el presupuesto de 2023, la Ley de Renta de Ciudadanía, para buscar una salida a personas en exclusión, y la Ley de Cambio Climático.
“Es razonable pensar en un futuro sostenible, aunque sea más complicado”
-Su partido, Nueva Canarias, tradicionalmente ha llegado a alianzas con otros partidos en las Islas. ¿Qué tipo de acuerdos buscan de cara a 2023?
-Lo que tenemos claro es que representamos un espacio de confluencia del canarismo, un espacio político amplio y transversal. Creemos en fuerzas políticas que defiendan esta tierra y tengan en cuenta nuestros valores naturales y culturales. En ese espacio cabe mucha gente. ¿Quién lo va a dirigir? Cada organización insular. Se verá la foto final cuando estén todas las alianzas materializadas, pero estamos convencidos de que vamos a ser decisivos en lo local, fundamentales en la conformación de mayorías en los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura y con representación en el Parlamento por estas dos islas, con diputados canaristas que defiendan a sus electores, y para ello estamos trabajando. Hay que estar con ideología y programa, pero también para defender a quien nos vota y a su tierra. Es necesaria la presencia del canarismo de progreso en Lanzarote y Fuerteventura. En mi etapa de presidente recuerdo que tenía una representación de Lanzarote en el Parlamento que me tiraba de la chaqueta y, en esa etapa, la Isla fue la tercera en inversión, en presupuesto y en ejecución, porque una cosa es pintar las cantidades y otra gastárselas.
“Para sumar personas y grupos hay que coincidir en lo sustancial, no en 500 cosas”
-Se ha especulado en los últimos meses con una solución en Lanzarote parecida a la que se ha dado en Fuerteventura, con el alcalde Óscar Noda y su Unidos por Yaiza en un papel similar al alcalde Matías Peña y su Alternativa local por Antigua, que es el hombre fuerte de NC. ¿Es posible?
-El canarismo en Lanzarote tiene que ser un espacio de amplio espectro, para sumar personas y grupos, que coincidamos en lo sustancial. No hay que estar de acuerdo en 500 cosas para juntar fuerzas, sino en 20, por ejemplo. Nueva Canarias, en Gran Canaria, es eso: es Roque Aguayro, es el Bloque Nacionalista Rural de Gáldar, es Alternativa por San Mateo... y así sucesivamente. Cuando hay un movimiento que ha logrado representación en un sitio y hay una experiencia de éxito, lo que hay que hacer es aplaudirla, integrarla y, en todo caso, copiarla. En Lanzarote me consta que mis compañeros trabajan en todos los frentes. No puedo dar detalles para que los procesos avancen. En la Isla hay gente organizada con la que podemos confluir en un análisis político y en un programa. [A finales de septiembre, NC firmó una alianza con el Movimiento Renovador de Tinajo de Antonio Morales]. Siempre he reclamado, para islas tan fundamentales en crecimiento económico, empleo y aporte fiscal, unas propuestas adaptadas. Nunca entendí, por ejemplo, que Lanzarote, que es una isla muy turística, no tuviera un Palacio de Congresos, mientras que hay islas con varios.
-El líder de CC en Fuerteventura, Mario Cabrera, dijo que la moción de censura apoyada por NC en el Cabildo contra la presidenta electa Lola García en 2019 fue la “traición más grande” que había sufrido. ¿Han reconstruido puentes? ¿Será posible ver en algún momento unidos a los partidos nacionalistas?
-No tengo ninguna duda de que ese es el horizonte, el futuro. Las condiciones son un proyecto y un programa común, las personas nos tenemos que subordinar. Y añado: si no se puede construir desde arriba, hagámoslo desde abajo. Si en una isla hay un alto nivel de sintonía, valores y programas compartidos, la dirección nacional lo aplaudiría. En algunos municipios de Gran Canaria vamos a juntar las fuerzas canaristas. No somos un partido jerárquico.
-¿Cómo es posible que NC haya sido multada por no presentar las cuentas y excluida del registro de partidos por no adaptar sus estatutos?
-Porque hemos cometido errores y metido la pata, que no la mano. Pagaremos nuestra equivocación, que es administrativa. Hay que hablar de la diferencia entre un hecho administrativo y temas penales. Las personas que se han venido ocupando de esas tareas han tenido un problema, pero en este partido, cuando alguien mete la pata, la mete todo el mundo y yo el primero. Pagaremos nuestra equivocación que, insisto, es administrativa. Pero esto no es ni prevaricación continuada, ni tráfico de influencias…
-Ni levantar reparos de forma sistemática, veo por donde va…
-Hay líderes de otras organizaciones que están acusados por los fiscales en procedimientos judiciales, y nunca me meto con eso. Así que mejor que sean prudentes, porque hay partidos que tienen a sus máximos líderes, de varias islas y de Canarias, en procesos penales, algo que lamento, porque no me alegro del mal ajeno, pero que no nos den lecciones. Aquí nadie se va a sentar en el banquillo, nadie ha metido la mano, no está en cuestión el erario público, sino que hemos cometido errores y aceptamos las sanciones, pero no aceptaremos nunca que nos cancelen la inscripción [como partido político], algo que es desproporcionado. Dicen que no existimos desde 2017 y, en ese tiempo, nos hemos presentado a cinco procesos electorales. Yo firmé acuerdos con Rajoy y con Pedro Sánchez, soy vicepresidente del Gobierno de Canarias y consejero de Hacienda, tenemos 12 alcaldes, un presidente del Cabildo y 150 cargos públicos electos. No puede ser que una sentencia diga que no existimos. En ese sentido, nos defenderemos. Eso sí, nosotros hemos tenido un problema administrativo, pero otros tienen un problema con el interés general, por la vía penal... les pediría prudencia, porque si tenemos que responder lo haremos.
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