Nigel Collar, ornitólogo británico que estudia esta especie desde hace cuarenta años, resalta la importancia de la población de hubaras en las islas orientales y su desprotección
“Hacen falta muchas medidas de protección para la hubara”
Nigel Collar, ornitólogo británico que estudia esta especie desde hace cuarenta años, resalta la importancia de la población de hubaras en las islas orientales y su desprotección
Nigel J. Collar estudia la hubara canaria en Lanzarote y en Fuerteventura desde finales de los años setenta. Estudia, igualmente, a toda la especie y su distribución en África. La hubara africana Chlamydotis undulata es una especie amenazada y en regresión. Está considerada como vulnerable y sus amenazas son la caza, mediante la cetrería, y la pérdida y degradación de sus hábitats. Se encuentra en gran parte del continente africano y en Lanzarote y Fuerteventura.
En su última publicación científica, ¿No hay escondite para la hubara africana?, Collar, que estuvo en Lanzarote el pasado mes de diciembre, analiza su situación en cada país. Señala que es probable que esté ausente en Sudán y posiblemente se haya extinguido en Egipto. En Libia está sometida a una gran presión por la caza. En Túnez, su número de ejemplares es reducido y el hábitat está degradado.
En Argelia puede haber miles de ejemplares, pero la caza está muy extendida y la pérdida de hábitat es grave. La población de Marruecos era posiblemente de unos pocos miles, pero se han liberado casi 130.000 aves criadas en cautividad para compensar los impactos de la caza. La suelta de aves en cautividad genera ejemplares híbridos y, en esas zonas, “es posible que la población ya no pueda considerarse silvestre”.
El Sáhara Occidental y Mauritania parecen tener muy pocos ejemplares mientras que los varios centenares de aves en Canarias se enfrentan a múltiples amenazas por la pérdida de hábitat, el turismo y las infraestructuras.
Las islas orientales albergan la subespecie endémica fuertaventurae de la hubara africana aunque parece no tener diferencias genéticas significativas. En todo caso, “cualquier población es importante conservarla y si es diferente, como la de Canarias, es aún más importante”, dice Collar.
Considera que Canarias necesita un plan de recuperación para salvaguardar sus aves y sus hábitats. La especie es difícil de estudiar porque es huidiza y por el hábitat semidesértico en el que vive.
Además, el gran tamaño de su área de distribución representa un reto casi insuperable para un programa de muestreo estandarizado. Las cifras definitivas sobre el número de ejemplares en Canarias tampoco están claras, por estos motivos. Hasta mediados de los años noventa se consideraba que Fuerteventura albergaba la mayor cantidad de aves aunque recientemente las cifras parecen haber disminuido.
Después, la población de Lanzarote aumentó considerablemente “o quizás más probablemente, se descubrió que era mucho mayor de lo que se había calculado anteriormente”. Las últimas estimaciones hablan de cerca de 400 ejemplares en Fuerteventura y de entre 400 y 800, aproximadamente, en Lanzarote.
Hay carencia de un museo de ciencias naturales o un centro de historia natural
La lista de amenazas incluye la pérdida de hábitat en zonas críticas (provocada por parques eólicos o canteras), el abandono de la agricultura tradicional, el sobrepastoreo, la caza ilegal, las colisiones con cables de alta tensión, las molestias causadas por el turismo (especialmente la conducción fuera de las carreteras, incluyendo rallies, motocross y pruebas deportivas), la actividad militar e incluso la recolección de trufas.
A pesar de contar con una protección sobre el papel, las amenazas y la pérdida del hábitat siguen en pie. En Fuerteventura, una parte del espacio que ocupaban las hubaras en áreas como Corralejo o la Península de Jandía, ahora es zona construida.
El Jable, en Lanzarote, es una zona de gran interés natural y el mayor hábitat continuo de hubaras del Archipiélago, pero la extracción de arena “está marcando el paisaje y destruyendo el hábitat de la hubara de forma permanente” en el “área más relevante para la conservación de esta subespecie”. Señala Collar que es “ridículo” que se extraiga arena en esta zona y que la importancia que tienen las empresas constructoras en esa zona es algo así “como si el Museo del Prado lo gestionaran ladrones de arte”.
Tendidos
Por otra parte, los tendidos eléctricos son otro problema importante. En 2005 se hallaron 82 cadáveres bajo las líneas de alta tensión en ambas islas. En 2008 se encontraron los cadáveres de 66 hubaras, lo que llevó a una estimación de 92 muertes en Lanzarote y 23 en Fuerteventura sólo en ese año. Los datos revelan tasas muy altas, dadas las estimaciones de ejemplares existentes. A diferencia de otras especies de aves tratadas como amenazadas por la legislación española, la hubara en Canarias no cuenta con un plan oficial de recuperación gubernamental.
Nigel J. Collar, ornitólogo británico.
Extraer en el Jable es “como si el Museo del Prado lo gestionaran ladrones de arte”
La hubara debe ser cautelosa porque vive y duerme en el suelo, no en los árboles, y cualquier otro animal que se les acerca es un peligro potencial. Por el día se camuflan pero por la noche no. Las grullas, por ejemplo, tienen más defensas porque duermen en las marismas y escuchan cualquier acercamiento desde lejos. “Lo importante para ellas es pasar desapercibidas”, dice Collar, que cree que las de Canarias son un poco menos ariscas, probablemente, porque no tienen la amenaza de la caza.
Por otra parte, son aves muy pesadas y volar les consume mucha energía. Por eso, están obligadas a volar muy rápido y eso les impide reaccionar a tiempo ante los tendidos eléctricos. Según Collar, la conservación es difícil pero hace falta regulación y muchas medidas de prevención. Lo principal, o lo primero, es conocer bien la distribución y el número de ejemplares.
Ese carácter “discreto” no juega a su favor. Dice Collar que “si fueran elefantes”, se pediría su protección y resalta que la biodiversidad “no son solo los grandes mamíferos de África”. Considera que es “fantástico” que haya excursiones de escolares para conocer El Jable y su fauna y apunta la carencia en la Isla de un museo de ciencias naturales o un centro de historia natural para que los residentes y visitantes de Lanzarote se eduquen sobre la flora y la fauna de la Isla. Señala que Canarias es como las Islas Galápagos y que se pueden ver especies que no se ven en ningún otro lugar del mundo.
Cautividad
En África, la hubara se cría en cautividad y se suelta. Señala Collar en su publicación que “la cetrería árabe, tal como la practican las extensas familias reales de los Estados del Golfo, se lleva a cabo a una escala incalculable”.
Considera que es posible que las Islas Canarias sean la única parte del área de distribución de la hubara africana en la que queda una población genéticamente no modificada y totalmente silvestre “aunque incluso esa esperanza puede estar desvaneciéndose con el descubrimiento en Fuerteventura de un pájaro que lleva el anillo de un centro de cría marroquí”.
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