El exdiputado regresa a la política un año después de abandonar Podemos para impulsar Proyecto Drago
Alberto Rodríguez entra en la carrera de las elecciones de 2023
El exdiputado regresa a la política un año después de abandonar Podemos para impulsar Proyecto Drago
El exdiputado Alberto Rodríguez regresa a la política un año después de haber abandonado Podemos para impulsar Proyecto Drago, un espacio político con el que espera estar en las elecciones autonómicas y locales de 2023 con la "obediencia canaria" en la toma de decisiones como eje central.
En rueda de prensa, Rodríguez ha explicado este lunes que Proyecto Drago nace con vocación de incorporar una representación diversa de todas las islas y sin cerrarse la puerta a posibles alianzas con otras fuerzas políticas -se le ha preguntado al respecto por Podemos y por el proyecto de Yolanda Díaz-, siempre que compartan sus planteamientos y respeten su autonomía de decisión.
El exsecretario de Organización de Podemos ha subrayado que Proyecto Drago quiere recoger inquietudes de la sociedad canaria como determinar cuál es "la capacidad de carga" que pueden soportar las islas en su desarrollo turístico y crecimiento demográfico y "defender el territorio" y el patrimonio natural frente a infraestructuras que considera que representan una amenaza.
"Llevamos tiempo trabajando en esto gente de todas las islas y, realmente, hay cierta urgencia, no tanto por nuestra parte, sino por el empuje de colectivos de toda Canarias que nos presionan para que salgamos ya, porque quieren participar", ha explicado Alberto Rodríguez, que ha comparecido acompañado por otros tres promotores de Drago: Héctor Morán, Mar Domínguez y Sara Hernández.
La plataforma que lidera el exdiputado va a lanzar una página web (proyecto-drago.info) para facilitar que los ciudadanos conozcan sus planteamientos y que otras organizaciones que puedan estar cercanas a ellos se animen a debatirlos o a sumar fuerzas, desde el convencimiento de que está en juego "el futuro de Canarias".
Aunque Proyecto Drago solo está arrancando, Rodríguez remarca que tienen "vocación de incidencia social y política, lo que implica sin lugar a ninguna duda" que va a estar "presente en la contienda electoral en mayo (cuando se elige al Parlamento de Canarias, a los siete cabildos y a los 88 ayuntamientos de las islas)", así como en "muchas otras elecciones que vendrán" después, ha señalado.
"En qué formato o con qué fórmula, se irá viendo. Esto son decisiones colectivas, no solo es Alberto Rodríguez", ha agregado.
Preguntado por la posibilidad de que colaboren con iniciativas como Reunir, el proyecto que abandera Yolanda Díaz, o con su antiguo partido, Podemos, el exdiputado ha revelado que ya han hablado "con mucha gente, sobre todo en el ámbito de lo social", y no se cierran a priori a alianzas con otras fuerzas.
"Siempre que las relaciones se lleven desde el respeto, siempre que se respete el carácter canario y la capacidad de toma de decisiones en nuestro archipiélago sobre los asuntos que nos afectan aquí, siempre que se respete esa diversidad y ese carácter confederal que tiene Canarias, que somos ocho islas, más la gente que está fuera... Siempre que se respete eso, vamos a tener toda la disposición del mundo a hablar con quien sea", ha indicado.
Proyecto Drago nace, ha explicado, como reacción a un modelo de desarrollo de Canarias vigente desde hace 30 años que creen basado en "la destrucción del territorio, en tensionar los recursos naturales", que genera importantes niveles de "paro y precariedad".
"Y en esa inercia seguimos. De ahí viene la urgencia de mucha gente que nos dice: por favor, salgan con esto. Nos hemos visto prácticamente empujados a salir cuanto antes", ha continuado.
Para presentar Proyecto Drago, Rodríguez no ha empleado en ningún momento la palabra "nacionalista", pero sí ha enfatizado varias veces que van a ser un partido de "obediencia canaria", porque entienden que responde "a una cuestión de democracia básica".
"Por experiencia sabemos que cuando hay asuntos que afectan a la población de Canarias y los espacios de decisión están a 2.000 o 3.000 kilómetros de aquí, esos asuntos no tienen la misma prioridad que si las decisiones se tomaran en el archipiélago. Es una cuestión democrática (...) Canarias no es más que nadie, pero tampoco menos. Somos una sociedad con la suficiente madurez política como para tomar nosotros las decisiones", ha alegado.
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