La organización ecologista considera que la proyectos urbanísticos asociados a la actividad turística “hacen un uso irresponsable de bienes tan escasos como el agua”
Ben Magec: “Poco puede celebrarse en Canarias salvo mayor conciencia social”
La organización ecologista considera que la proyectos urbanísticos asociados a la actividad turística “hacen un uso irresponsable de bienes tan escasos como el agua”
Ben Magec-Ecologistas en Acción ha considerado que "poco puede celebrarse" en Canarias en el Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora este miércoles, por, entre otras cuestiones, el desgaste del territorio y de la biodiversidad en el Archipiélago aunque ha valorado la cada vez mayor conciencia social ante los retos ambientales y climáticos.
En un comunicado, esta organización ecologista considera que tanto el Gobierno de Canarias como gran parte de las administraciones públicas han demostrado "un desprecio absoluto" por salvaguardar los ecosistemas, el territorio y la biodiversidad de las Islas.
Opina que la mala gestión de las instituciones canarias en asuntos medioambientales ha sido constante durante décadas y plantea como asuntos pendientes la vigilancia y protección de los espacios naturales protegidos, los vertidos al litoral de aguas sin depurar, la gestión de los residuos, los vertederos ilegales, la implantación de un modelo energético sostenible o la movilidad o la destrucción del territorio.
Ben Magec-Ecologistas en Acción entiende que hay que tomarse en serio la crisis climática y los retos medioambientales a los que se enfrentan las islas y señala que la degradación del suelo y del territorio a causa de la sobreurbanización y a la apuesta por las grandes infraestructuras, "que responden a intereses privados y no al interés general", es un problema demasiado habitual en las islas.
Alude la organización ecologista a "macroproyectos" que, en su opinión, no tienen utilidad real como el puerto de Granadilla y el de Tazacorte o los trenes proyectados en Gran Canaria y Tenerife y también se refieren a proyectos urbanísticos asociados a la actividad turística "que hacen además un uso irresponsable de bienes tan escasos como el agua".
Añade que sobre los suelos que aún no están construidos, independientemente de su calidad ambiental o de su peso simbólico para el ideario colectivo, pesa la amenaza de la creación de hoteles, villas de lujo, campos de golf o macroproyectos de energías renovables que ocupan suelo agrícola, "muchas veces avalados por la declaración y la perversión del interés insular, excusa que con la aprobación de la ley del suelo permite disfrazar de inversiones buenas para el conjunto de la ciudadanía los proyectos dirigidos al lucro privado".
Recuerdan que Canarias es "especialmente vulnerable” a sus impactos del cambio climático y considera que pese a ello, se ha desarrollado un modelo económico muy dependiente del petróleo y del exterior, tanto de la importación de materiales y turistas, como de la absorción de nuestros residuos.
"El Archipiélago requeriría hasta 27 veces su superficie para mantener el nivel de vida actual, lo que resulta absolutamente desorbitado, insostenible e incoherente con las acciones necesarias frente al cambio climático", añade la nota de los ecologistas.
A su juicio, se debe reorientar el modelo de desarrollo para reducir estas dependencias, minimizar en general el consumo energético para que sea viable y apostar por un modelo energético basado en fuentes renovables que garantice el menor impacto medioambiental y la calidad de vida de las personas.
La nota indica que el modelo actual perpetúa el viejo modelo del desarrollo insostenible con "infraestructuras faraónicas" en manos de grandes empresas, que ocupan el escaso suelo disponible y ocasionan impactos medioambientales significativos.
También se refiere la organización ecologista a que la calidad del aire en las islas es preocupante por las emisiones y gases contaminantes que vierten las centrales térmicas del archipiélago, así como el tráfico rodado, aéreo y marítimo.
Al respecto señala que Canarias tienen una de las tasas más altas de vehículos por habitante del Estado por lo que opina que urge "una política valiente que sea capaz de plantar cara al lobby del sector automovilístico" y que se deje de apostar por más carreteras y por el vehículo privado y se favorezca el transporte público colectivo, a la bicicleta y al peatón.
Considera necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión, designar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Atlántico Noreste, y una moratoria de las nuevas macro granjas ganaderas.
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