No había escrito nunca, pero una idea le hizo ponerse a teclear. También ayudó la pandemia, que provocó que el hotel donde trabaja cerrara temporalmente y abriera, en enero de 2021, un expediente de regulación de empleo. Cristo Salvador González (Tenerife, 1970) trabaja desde hace 25 años en la recepción del hotel Teguise Playa y en ese momento decido unir la idea al tiempo disponible.

El resultado es una novela humorística, El psicólogo de Dios. La idea llegó una mañana de marzo. Salva pensó que, si Dios existiera, tendría que estar bastante estresado con todo lo que está pasando. “Todo el mundo le pide cosas y le reclama”, señala. “Me gustó la idea y apunté en una libreta el título porque me pareció bueno”, dice. Pero solo eso.

Pasaron los días y, aunque le gustaba la idea de escribir, le parecía que iba a ser imposible. Sin embargo, siguió dando vueltas a la cabeza y la historia empezó a tomar forma: “Tengo tiempo libre, a ver qué pasa”. Nunca pensó que iba a escribir casi 200 páginas, pero lo hizo en menos de cuatro meses. Leyó consejos sobre cómo empezar a escribir y así comenzó, sin miedo, pensando en que ya lo corregiría más tarde. Por el camino preguntó a su hermana, que también había escrito un libro ambientado en El Hierro.

Y así terminó. Por la noche se acostaba pensando en el libro y apuntando las ideas en una libreta en la mesilla. Le ha gustado tanto que ya tiene casi terminada la segunda parte en la que Dios busca trabajo y prueba con distintos oficios. Y también ha empezado a escribir otro más personal, con el que se está dando cuenta de algunas cosas de su pasado en las que no había reparado: “Cuando escribes te olvidas del mundo, te despreocupas”, señala.

Dos personajes iban a ser poco y mandó a Dios a una terapia de grupo

Después se apuntó a un taller de escritura y dice, riendo, que no estaría mal dar un pelotazo y jubilarse. El psicólogo de Dios esta autoeditado. Dice Salva que no podría escribir un libro serio y, aunque lleve como subtítulo novela humorística, bien podría ser una obra de teatro, ya que la narración es puro diálogo. El punto de partida es la idea inicial: Dios acude al psicólogo. A mitad de la narración se dio cuenta de que solo dos personajes iba a ser poco y mandó a Dios a una terapia de grupo donde acuden otros cinco pacientes, que se autodescriben al inicio: “Dios se ha estresado porque su misión solo era crear el Universo, pero después no le dejan en paz, no paran de pedirle cosas”. Señala el autor que en un momento de la narración Dios dice que no pertenece a ninguna religión, pero que todos le nombran.

Predestinado

Cristo Salvador González parecía destinado a escribir algo sobre la vida de Dios, pero “es casualidad”, afirma. Nació en 1970, “cuando era el cura el que mandaba” y el bautizo fue el día del Corpus Christi. Dice que no es creyente y que se iba a llamar solo Salvador como su abuelo, pero el cura se empeñó en poner el Cristo delante.

Dice que es una persona muy positiva, que busca el lado bueno de las cosas. Asegura que con 30 años de profesión en la hostelería se aprende mucho sobre la condición humana: “Se conoce a mucha gente, muy diversa, de todas las partes del mundo, y eso ayuda bastante”. El libro se puede encontrar en varias librerías de Arrecife, como Books and papers, en el Bulevar Spínola, Fajardo y El Puente. En la contraportada ha colocado un código QR que lleva a un blog y a un correo electrónico para estar en contacto con el lector.