El Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha confirmado la condena de doce años de cárcel impuesta a un hombre que llegó a violar "casi a diario" a la hija de su esposa, unos hechos que se prolongaron desde que la menor tenía 15 años hasta que, cuatro años después, se lo contó a unos allegados.

El TSJC ratifica así la sentencia dictada por la Audiencia de Las Palmas, que declara al procesado culpable de un delito de abuso sexual a una menor de 16 años, ya que los hechos ocurrieron antes de la reforma del Código Penal introducida con la Ley del Solo Sí es Sí de 2022, que elevó todos esos ataques al rango de agresión.

Además de la pena de prisión, se impuso al acusado una condena de diez años de libertad vigilada, se le ordena mantenerse alejado de su hijastra durante 17 años y se le prohíbe ejercer cualquier profesión que conlleve mantener trato con menores durante ese mismo tiempo.

Durante el juicio y en su recurso de apelación, la defensa trató de combatir el testimonio de la denunciante, que es la principal prueba sobre la que se asienta la sentencia.

Sin embargo, el TSJC coincide con la Audiencia en que no solo tiene las características exigidas por el Supremo para fundar una condena, sino que, además, está corroborado por un hecho objetivo: la presencia de ADN del acusado en la vagina de la joven.