No es la primera vez que los migrantes que tratan de llegar a Canarias desde la costa de Marruecos y el Sahara denuncian haber sido blanco de disparos al momento de partir
Dos ocupantes de una neumática murieron por disparos, según sus compañeros
No es la primera vez que los migrantes que tratan de llegar a Canarias desde la costa de Marruecos y el Sahara denuncian haber sido blanco de disparos al momento de partir
Dos de los ocupantes de la lancha neumática rescatada la noche del jueves al sur de Gran Canaria por la Salvamar Macondo murieron en la travesía por heridas de arma de fuego, porque sufrieron disparos desde la costa cuando embarcaron en Cabo Bojador (Sahara), según han declarado varios de sus compañeros.
Según han informado a EFE fuentes de los servicios de socorro en Canarias, entre las 43 personas que viajaban a bordo de esa lancha son varias las que han relatado esta madrugada y esta mañana, ya en tierra, que sufrieron disparos mientras trataban de hacerse a la mar, el pasado martes día 23, poco antes de amanecer.
Dos de las personas que resultaron heridas murieron durante los dos días de navegación y fueron arrojadas al mar y algunas más, la cifra es imprecisa, recibieron en su cuerpo impactos de perdigones, de acuerdo con ese testimonio de los propios inmigrantes.
En el parte del 112 de Canarias sobre la asistencia prestada anoche a los ocupantes de esa barca en el puerto de Arguineguín no figura ningún traslado a centro sanitario por heridas de arma de fuego. Sí se derivó a un hombre y a dos mujeres al hospital, pero por cuestiones "comunes" en las pateras.
Sin embargo, fuentes oficiales han corroborado que la Policía conoce esos testimonios y ya ha abierto una investigación, de la que han preferido no adelantar nada por el momento.
Un testigo que estaba presente en el desembarco de los rescatados en Arguineguín ha relatado a EFE que uno de los ocupantes de la neumática contó delante de los sanitarios y de los marineros de Salvamento que habían disparado contra ellos, reforzando su relato con gestos con la mayo y la onomatopeya "pun-pun-pun".
También presenció cómo un joven se quejaba de haber recibido tres impactos, aunque no presentaba orificios de bala. Descendió caminando de la Salvamar, con ayuda, y luego miembros de las asistencias comentaron que sus heridas en la espalda parecían de perdigones.
No es la primera vez que los migrantes que tratan de llegar a Canarias desde la costa de Marruecos y el Sahara denuncian haber sido blanco de disparos al momento de partir.
De hecho, organizaciones que habitualmente reportan a las autoridades españolas las salidas de las pateras para facilitar su rescate, como Caminando Fronteras y Alarm Phone, han denunciado en los últimos años varios casos, en algunos de ellos señalando a las fuerzas de seguridad marroquíes y, en otras, a las propias mafias que fletan las embarcaciones.
En su cuenta de Twitter, la portavoz de Caminando Fronteras, Helena Maleno, relaciona lo ocurrido esta vez con "un control migratorio" por parte de "militares" y asegura que otro chico más, un joven maliense, murió en la misma orilla, en Bojador, de un tiro en el cuello.
En la Ruta Canaria también son relativamente frecuentes los testimonios de jóvenes africanos llegados a Canarias que relatan que los delincuentes que organizaron su travesía les obligaron a subir a la patera amenazándoles con cuchillos o con armas de fuego, porque a veces hay personas que se niegan a embarcar cuando comprueban lo precaria o endeble que es la barca que les ofrecen e intentan volverse atrás.
Aunque inicialmente en el parte de rescate de la Salvamar Macondo figuraban 42 personas (32 hombres, nueve mujeres y una menor), el recuento definitivo en tierra fue de 43: 25 varones y diez mujeres adultos, siete menores (la mayoría adolescentes) y una niña.
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