El vicepresidente de la Federacción Nacional de Cofradías considera que la escalada inflacionista es "gravísima" y puede llevar en Canarias al cierre de muchas pequeñas empresas
El alza del gasóleo pone en jaque a 700 pesqueros canarios y 10.000 empleos
El vicepresidente de la Federacción Nacional de Cofradías considera que la escalada inflacionista es "gravísima" y puede llevar en Canarias al cierre de muchas pequeñas empresas
El alza del gasóleo desatada por la invasión rusa de Ucrania, que ha implicado ya que en Canarias el litro haya pasado de costar 0,45 euros a finales de 2021 a los 0,90 o el euro que se paga hoy en Tenerife, pondrá en jaque, si nadie lo remedia, a 700 barcos pesqueros, a sus 2.000 tripulantes y a los otros 8.000 empleos indirectos que generan en tierra.
Así lo ha manifestado este miércoles a Efe el vicepresidente de la Federación Nacional de Cofradías, patrón mayor de la de Agaete y presidente de la Federación de Las Palmas, Gabriel Jiménez, quien ha asegurado que esta escalada inflacionista es "gravísima" y puede llevar en Canarias al cierre de muchas pequeñas empresas que, tras dos años de pandemia, no podrán resistir con una actividad que se verá abocada a reducirse a unos 120 días al año por los sobrecostes.
Jiménez ha destacado que a nivel nacional, el combustible de la pesca ya se paga a 1,4 euros el litro, un escenario que puede empeorar y que afectará, ha dicho, al movimiento de la flota, lo que redundará en la economía de las empresas del sector y también tendrá consecuencias en la cesta de la compra, aunque eso dependerá de los precios que fijen los intermediarios.
Además de la "pequeña subvención" al combustible que el Gobierno de España concede al sector "de toda la vida", y que Europa amagó con retirar, las cofradías de pescadores del país consideran que en esta coyuntura deben ser merecedoras de un apoyo importante, como lo han sido el turismo, la hostelería y otros sectores esenciales, a los que estiman que pertenecen.
Jiménez ha dicho que esta situación afecta en Canarias a unos 700 barcos, la mitad de los que había en los años noventa, sobre todo a los atuneros, que gastan mucho combustible porque tienen que desplazarse de una isla a otra buscando sus capturas.
"A esos prácticamente los deja parados, y a la flota de mediano y pequeño porte también le afecta porque la economía de esos armadores no está boyante después de dos años de pandemia en los que la venta de pescado no ha sido nada importante, a lo que se ha sumado la falta de pesca que ha habido por las cuotas de los túnidos", ha referido.
De la misma manera que ha habilitado ayudas a los sectores más afectados por el cese de actividad derivado de las restricciones impuestas para tratar de frenar la pandemia de la covid-19, las cofradías de pescadores piden al Gobierno de Canarias "que mueva ficha para que puedan seguir faenando".
"Creo que es hora ya de que se nos premie con algo para poder hacer frente a lo que se avecina, porque esto no va a durar un mes ni dos, sino que bajar estos precios llevará un par de años", ha augurado Jiménez, quien ha confiado, no obstante, que se pueda volver pronto a la situación previa a este conflicto bélico.
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