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El auge del vehículo eléctrico choca en Lanzarote con la falta de puntos de carga

El parque móvil de automóviles no contaminantes casi se ha duplicado en el último año, pero los usuarios se topan con la escasez de equipos que funcionen para recargar de forma rápida

María José Rubio 0 COMENTARIOS 22/08/2022 - 07:51

En Lanzarote hay más de medio millar de coches eléctricos. En términos porcentuales no son muchos: representan apenas el 0,37 por ciento de los 134.311 vehículos que forman el parque móvil de la Isla. Sin embargo, en el último año casi se ha duplicado la cantidad de automóviles de este tipo que circulan por las carreteras lanzaroteñas.

En la adquisición suelen confluir varios factores: un conductor preocupado por el medio ambiente que quiere reducir emisiones contaminantes y el ahorro en el coste del combustible que propulsa el automóvil. Las empresas de alquiler están empezando a introducirlos en sus flotas. El mayor precio de los modelos eléctricos ha sido hasta ahora el principal freno para el despegue del sector. En Lanzarote se suma otro hándicap: la escasez de puntos de recarga rápida en vías públicas. “No solo son pocos, buena parte de ellos están estropeados”, destaca un usuario.

Las críticas entre los conductores de vehículos eléctricos son cada vez más frecuentes. No solo entre los residentes, un grupo de los cuales se ha organizado para hacer llegar propuestas de mejora, sino también entre los visitantes que apuestan por este tipo de movilidad. “Planeas un viaje por la Isla con la intención y necesidad de cargar el coche, en la aplicación del gestor del punto de recarga te indican que todo está bien, pero cuando llegas te enteras de que solo un enchufe funciona, el que muy pocos coches tienen, y al llamar te contestan que ya saben que hay una incidencia y que adiós muy buenas”, denuncia un visitante que trató de cargar en el punto del Monumento al Campesino este verano. En la aplicación Electromaps, una de las referencias para los conductores de eléctricos, se registran quejas no tan elaboradas pero igual de contundentes: “No funciona”.

La apuesta por el vehículo eléctrico, dentro de la estrategia para descarbonizar la economía y reducir la contaminación, es ambiciosa. El consejero de Transición Ecológica de Canarias, José Antonio Valbuena, dibujó un horizonte en 2030 con 260.000 vehículos eléctricos circulando por las carreteras de las Islas. Las últimas cifras, de este pasado mes de mayo, están muy lejanas, con 6.816 vehículos de estas características en el Archipiélago de un parque con casi 1,8 millones de automóviles.

Hay síntomas positivos: en marzo, más del siete por ciento de las nuevas matriculaciones de turismos en Lanzarote fue de vehículos eléctricos. Y también hay estímulos desde las administraciones públicas: el Gobierno de Canarias destinó cuatro millones de euros a la movilidad sostenible, a través del programa MOVES para la renovación de vehículos.

La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) apunta en un informe reciente que en Canarias hay unos 728 puntos de carga y, dentro de Europa, la red de España es de las peores. En Lanzarote, los usuarios apenas tienen equipos en la vía pública para llevar a cabo recargas, lo que desincentiva para dar el paso de hacer la transición de un motor de combustible, como diesel o gasolina, a uno eléctrico.

Un conductor que ha apostado por este último tipo señala a Diario de Lanzarote que su principal motivación fue “aportar un granito de arena con el medio ambiente”, aunque “no son coches para nada económicos”. La diferencia con modelos de combustión es, como mínimo, de unos 3.000 euros. “En mi caso, la diferencia fue de 6.000 euros”, explica.

Aunque hay diferentes tipos de carga, los más comunes para tener instalados en los domicilios son los de carga lenta o semirrápida, mientras que los puntos de carga rápida son vitales para los conductores que no tengan un punto de carga en su vivienda o para los turistas. “El conductor de un vehículo eléctrico con un consumo de unos 15 kilovatios hora (kwh), la media de los actuales, necesitaría dejar su coche cargando entre dos y cuatro horas, dependiendo de la velocidad de carga, en un punto de recarga lenta para poder tener autonomía para 100 kilómetros, mientras que en un punto de carga rápida apenas necesitaría unos 15 o 20 minutos para alcanzar esa misma autonomía”, explica un usuario.

Una isla de las características de Lanzarote, con superficies llanas y en la que los trayectos diarios no suelen superar los 100 kilómetros, “es un lugar ideal para un rápido crecimiento del parque móvil eléctrico”, afirma.

Un conductor habitual de este tipo de vehículos destaca sus ventajas para el bolsillo: “Si comprar gasoil para unos 100 kilómetros te puede costar unos 12 euros, recargar un eléctrico en un punto de carga que no sea gratuito te cuesta unos cinco euros como mucho”. “Incluso con la electricidad más cara, como sucede ahora, es más barato el consumo de un vehículo eléctrico frente a uno de combustión”, destaca.

Mapa de deficiencias

En Lanzarote hay puntos de recarga pública: los tres del Cabildo, gratuitos y de carga rápida, situados en Playa Blanca, en el Monumento al Campesino y en Arrieta, dos más del Ayuntamiento de Arrecife y dos que el Ayuntamiento de Tías instaló en Puerto del Carmen. Además, hay dos de Iberdrola en el puerto deportivo Marina Rubicón, uno de Endesa en el barrio capitalino de Maneje y uno en la Cámara de Comercio.

En la Isla hay puntos de recarga pública, pero son constantes las averías

Usuarios habituales de vehículos eléctricos resaltan que de esos ocho, solo cuatro funcionan de manera regular: los del Marina Rubicón y el de Playa Blanca frente a la estación de guaguas, así como el de Maneje. De estos, solo un par de ellos son de recarga rápida, aseguran. El Cabildo de Lanzarote cuenta con tres puntos de carga rápida desde 2016, pero los usuarios se quejan de un “pésimo” mantenimiento. El punto de recarga de Playa Blanca es “defectuoso, pero funciona”, aunque “hay que llamar para solicitar el reinicio antes de cada carga, está así desde la concesión de la última contrata”, indica un usuario.

En el equipo que está localizado en el Monumento al Campesino “la carga rápida no funciona desde diciembre de 2021” y “la carga lenta funciona solo cinco minutos y después se desconecta”. “En Arrieta las averías constantes, con más tiempo inoperativo que activo”, compara este conductor.

La compañía energética Iberdrola activó dos puntos de carga rápida en el puerto deportivo Marina Rubicón en abril, tras meses de espera. En la capital, Endesa cuenta con un punto de carga rápida operativo en la gasolinera DISA de Maneje. “Hace unos meses había otro en el McDonald’s de Argana, pero ya no funciona y ha desaparecido de la aplicación” en la que se informa de las ubicaciones en las que cargar los vehículos eléctricos, añaden.

En Tías, el Ayuntamiento anunciaba en 2013 que el municipio sería pionero en la Isla. En 2021 se instalaron, “gracias a fondos europeos” dos puntos de carga en Puerto del Carmen. “Nunca se han activado”, aseguran los usuarios.

Punto de recarga en Arrieta.

Dejadez institucional

Para el impulso de la movilidad eléctrica en Lanzarote, quienes ya conducen este clase de vehículos coinciden en que el principal problema es la falta de puntos de recarga en las vías públicas. “La infraestructura es la misma desde hace tres años”, resalta uno de los usuarios, que se están organizando a través de redes de mensajería electrónica. En ese sentido, surgen críticas a lo que consideran “falta de supervisión” por parte del Cabildo de los puntos de carga rápida de su propiedad, y a la “apatía” de otras instituciones locales.

“Nadie pretende que un conductor de gasolina cargue en casa. ¿Por qué nosotros sí?”

En este diagnóstico de la realidad del vehículo eléctrico emerge otro inconveniente, que entra en el terreno de la burocracia. “En enero de 2021, el Ayuntamiento de Tías inhabilitaba el punto de carga lenta de la Concejalía de Bienestar a los ciudadanos, pudiendo cargar allí tan sólo los vehículos del propio Ayuntamiento. Este punto de carga lenta estaba disponible desde 2018, pero la falta de una ordenanza es el principal problema”, apunta uno de los usuarios.

Arrecife y su ayuntamiento no se quedan atrás. “Desde hace unos meses han puesto unas vallas y recientemente precintado el punto de carga lenta frente a la Agencia Tributaria”, por las obras del nuevo cuartelillo de la Policía Local, denuncia un conductor, quien resalta que “el de carga lenta que hay delante del Ayuntamiento casi nunca funciona”.

El sur de la Isla tampoco se libra de las críticas. El Ayuntamiento de Yaiza “no sólo no cuenta con ningún tipo de infraestructura propia de carga, sino que el único aparcamiento para vehículos eléctricos en el centro de Playa Blanca no cuenta con la señalética legal y está siempre ocupado por vehículos de combustión”, alega otro de los usuarios que se están organizando.

Sin embargo, los ayuntamientos no son los únicos que parecen hacer oídos sordos a las crecientes demandas sociales de los conductores de eléctricos. Un enfoque erróneo de las subvenciones, o la “falta de supervisión”, ha provocado que haya empresas privadas, principalmente hoteles, que han instalado con ayudas públicas puntos de carga, “que solamente pueden utilizar sus huéspedes o clientes de rent a car con los que tengan acuerdos”.

Sin soluciones

“Desde el Cabildo no llegan noticias de acciones concretas para ayudar a la implantación de los vehículos eléctricos en Lanzarote”, comenta un conductor. “Mientras tanto, en Fuerteventura, de los ocho puntos de carga rápida actuales, esperan llegar a 26 antes de final de año”, compara. Además, en Lanzarote apenas existen zonas de aparcamiento específicas para coches eléctricos, algo que en opinión de sus usuarios incentivaría su adquisición.

“Incluso con la electricidad más cara, es más barato el consumo de un eléctrico”

Otra de las críticas que deslizan los conductores de eléctricos es que empresas que prestan servicios públicos, como Canal Gestión, que cuenta con una amplia flota de furgonetas eléctricas, no tienen la suficiente infraestructura de carga, por lo que, aseguran, “están constantemente compitiendo con los ciudadanos por las pocas plazas de carga que hay”.

Además, muchos de los puntos de carga lenta de empresas privadas, como cadenas de supermercados, “están dispuestos sin ningún tipo de planificación”, lamentan. Por ejemplo, en el Hiperdino de Playa Honda “el punto de carga está situado en el extremo opuesto del aparcamiento y para activarlo es necesario que una cajera vaya hasta allí para hacerlo”. “Hacen falta 15 minutos de gestiones para cargar los 15 minutos que se tarda en hacer la compra”, menciona un conductor. “En otros casos, las empresas los han apagado directamente, al ver como son ocupados con frecuencia por vehículos eléctricos que no están realizando compra y que acaban cargando allí debido a la escasez de puntos de carga rápida en la Isla”, admite.

Un conductor convencido de los beneficios de los vehículos eléctricos se queja de comentarios que ha tenido que escuchar de boca de algunos políticos de la Isla: “Existe la creencia de que nosotros tan solo queremos cargar gratis los coches, cuando en realidad lo que demandamos es contar con una infraestructura de carga que crezca, al menos, al mismo ritmo que el aumento del parque móvil eléctrico”, puntualiza.

“En alguna conferencia sobre movilidad se ha llegado a insinuar que nadie debería adquirir estos automóviles si no puede tener un cargador instalado en su propio domicilio. Nadie pretende que los usuarios de coches de diesel o gasolina llenen el depósito en sus casas. ¿Por qué pretenden que nosotros sí?”, se pregunta.

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