ECONOMÍA

El centro de Arrecife se mueve: más turismo y menos comercio

La capital de Lanzarote ha estado muchos años al margen del turismo. El casco experimenta un auge del alquiler vacacional y de la restauración, pero un descenso del comercio

Saúl García 0 COMENTARIOS 13/05/2022 - 06:52

“El turismo inmobiliario español y su modelo turístico de sol y playa se vieron profundamente trastocados durante la anterior Gran Recesión (2008-2016). (...) Una vez expoliados otros nichos de mercado y como salvavidas en la anterior gran recesión, las nuevas operaciones especulativas del sector financiero del turismo se fijaron en las grandes ciudades como estrategia-refugio”, se destaca en el libro Sé lo que hicisteis el último verano. La transformación del turismo urbano antes, en y después de la pandemia, coordinado por Jorge Sequera.

En el estudio se añade: “Como resultado de un movimiento de la playa a la ciudad, los fondos de inversión y sus operaciones especulativas favorecieron un intenso proceso de turistificación urbana en las mayores ciudades españolas y portuguesas, especialmente en los últimos 10 años”. También concluye el impacto del denominado “capitalismo de plataforma que representa Airbnb sobre el espacio urbano, el trabajo, la vida cotidiana y la vivienda”.

Arrecife no es una gran ciudad, pero está comenzando a experimentar algo parecido que, sorprendentemente, no había experimentado antes. La división en el Plan Insular entre zonas turísticas y residenciales, la huida de la ciudad durante los años 80 y 90 de una gran parte de sus potenciales vecinos y una deriva desde su pasado de ciudad pesquera que aún no ha sabido resolver habían alejado a la capital de Lanzarote de la principal industria local. La tendencia global invita a pensar que algo está cambiando.

Hay otros indicios: el debate sobre el patrimonio, la transformación de locales comerciales en locales de restauración, el auge del Charco de San Ginés, los cruceros, que surgen tiendas con oferta comercial al estilo de las de las zonas turísticas o la renovación de edificios enteros en el centro que se acaban dedicando a la vivienda vacacional, una modalidad que ha crecido. De las 4.552 viviendas vacacionales que hay en Isla, 453 están en Arrecife, aproximadamente la mitad de las que hay en Teguise o en Tías, dos núcleos turísticos. Hace menos de un año había 403, que ofertan 1.530 plazas.

Hay empresas turísticas que apuestan por Arrecife, como el Grupo Plus Fariones, que ha abierto oferta de restauración y alojativa, o el Santa Rosa, que ha abierto un edificio vacacional en la calle Canalejas o un grupo de Gran Canaria que está reformado los apartamentos Bello, detrás de la Farmacia Tenorio, en la zona de las Cuatro Esquinas.

¿Es el principio de la gentrificación en Arrecife? Alfredo González regenta el primer edificio en Arrecife que se dedicó en exclusiva a la vivienda vacacional. Ahora, de las viviendas que tenía, ha pasado ocho al mercado de alquiler tradicional por motivos personales, porque no puede compatibilizar su atención con las regatas, pero reconoce que son más rentables en el mercado vacacional. Dice que se ha ido copiando ese modelo. Dibuja el tipo de turistas que llega a Arrecife. Él lo llama “opción camarote”. Pasan tres o cuatro noches, están todo el día fuera recorriendo la Isla y luego llegan por la tarde o la noche. No hay un perfil claro en cuanto a su composición (son parejas, familias...) ni en cuanto a su procedencia (hay ingleses, italianos...).

Manuel Oubiña es responsable de Sabbia Suites, que gestiona varios edificios vacacionales en la capital lanzaroteña. Antes fue director de la Pensión San Ginés y ya entonces se encontró una sorpresa agradable: “No pensé que se movía tanta gente por Arrecife”, dice. Divide a los turistas en dos tipos: los de fin de semana, que son mayoritariamente de otras Islas “y aprovechan cualquier evento, un rally, un concierto, un encuentro de yoga...”. Son gente joven y buscan un precio asequible.

Y después están los de lunes a viernes: personas que llegan a trabajar, representantes comerciales, gente que viene a hacer gestiones, a visitar a familiares, y una cuarta parte de turistas. “Son buenos clientes, están interesados en Lanzarote, saben lo que quieren y gastan dinero”, señala. “Para ellos, la ciudad es perfecta, están enamorados de la ciudad y muchos dicen que qué pena, que es una ciudad preciosa y que solo falta arreglarla”.

“No vamos a volver al Arrecife de antaño, pero tenemos que adaptarnos”

La oferta vacacional convive con la oferta tradicional. Mercedes Medina dirige el Hotel Miramar y confirma que “se ven más turistas huyendo del binomio sol y playa”, incluso en el hotel, donde mayoritariamente se alojan trabajadores. Lo llaman “campamento base”. Por la noche vuelven a la ciudad y salen a cenar a los restaurantes que hay detrás del hotel, que tiene clientela no solo el fin de semana.

“Nosotros cerramos el restaurante y nos planteamos abrirlo de nuevo, pero también creo que hay que compartir y muchos clientes nos dicen lo bien que se cena en estos restaurantes, todos son muy buenos”.  ¿El perfil? Variado. Cuatro días de estancia de media y muchos visitantes de otras Islas. “Arrecife puede convertirse en un buen lugar”, resume.

Terraza en el Charco de San Ginés, donde hay locales cuyos principales clientes son turistas. Foto: Adriel Perdomo.

“Nuevos tiempos”

Miguel Cabrera cree que Arrecife “se está reconfigurando en base a los nuevos tiempos”. Preside la Comisión de Comercio de la Cámara de Lanzarote y señala que “lo importante es que la oferta vacacional y la de restauración estén equilibradas, que no se llegue a lo que era la calle José Antonio hace años”, aunque admite que regularlo es casi imposible. Dice que se nota más movimiento de turistas en la capital y que se trata de un perfil distinto al que llega desde Puerto del Carmen.

“No vamos a volver al Arrecife de antaño, que era el centro de todo, pero tenemos que adaptarnos”, señala Cabrera. Apunta que se mantienen los comercios tradicionales porque tienen clientela fiel y que también están abriendo tiendas de cercanía, tiendas de barrio. En los últimos meses han abierto dos: una en la calle Francos y otra en Fajardo, pero también hay en la avenida o en la calle Carnicería, y todas tienen edificios de alquiler vacacional cerca.

Por otra parte, cree que la tendencia en el centro para los locales es la hostelería y señala que incluso hay tiendas que solo abren por la mañana, porque por la tarde baja mucho la afluencia de personas en el centro.

Para Pedro Hernández, profesor de la Escuela Universitaria de Turismo, “Arrecife es una ciudad sin dirección, que está en medio de una tormenta y ha parado el timón”. Considera que no tiene estrategia y sí una inercia especulativa “que se pone de manifiesto ahora y está en el centro del debate”.

También apunta a la ocupación del espacio público por cruceristas y terrazas, como en el caso del Charco y dice que el siguiente paso será ocupar el espacio habitacional, con consecuencias como la expulsión de los vecinos del centro a la periferia por los precios. “Parece que Arrecife se va a convertir en el espacio gastronómico y de ocio de la Isla”, dice.

Incluso apunta que la situación actual es fruto de un “desprecio por los elementos naturales que prestigian a la ciudad”, como el borde costero, y también de la “memoria colectiva”, con la desaparición del antiguo cementerio y de la recova municipal, dos de los elementos característicos de toda ciudad.

Gentrificación

Miguel Ángel Martín Rosa, sociólogo y responsable del Centro de Datos de Lanzarote, dice que no hay datos que sostengan cambios de tendencia en Arrecife “pero es fácil darse cuenta” de que “hay más viviendas vacacionales, más locales para la hostelería” y de que se percibe el boom del Charco. Cree que la oferta comercial en el centro disminuirá cuando abra el nuevo centro comercial en la antigua conservera de Garavilla, pero es posible que se mantengan o crezcan locales con oferta sui generis o de restauración.

El gran riesgo es que se pierda el “equilibrio” y se expulse a los residentes

De hecho, se están reformando o reconstruyendo al menos tres viviendas antiguas en el centro que albergarán restaurantes. Pone como ejemplo el artículo de The Guardian dedicado a Arrecife, uno de los pocos que solo se ocupa de la capital y no de Lanzarote. “Ahora Arrecife no tiene mucha relevancia y quizá un poco de gentrificación no le viene mal, porque puede servir para mejorar la ciudad y rehabilitar el espacio público, es una salida”.

Y de la misma manera, Martín Rosa considera que sería bueno quedarse en el punto medio, no pasarse. También cree que “lo raro es que la capital no se haya apuntado antes al turismo, pero las capitales, tarde o temprano, lo hacen”.

Por último, el presidente del Colegio de Arquitectos de Lanzarote, Miguel Ángel Fontes, cree que se nota un cambio de uso de edificaciones y que la ciudad “se va adaptando”. Señala que hace falta una conexión con el nuevo centro comercial que va a abrir y apunta que la capital se dirige hacia “la ciudad compacta”, donde se mezclan los usos y se puede aprovechar para dar nuevos destinos a edificios antiguos y mantener la identidad. También habla de mantener el equilibrio entre lo residencial y lo turístico, para no expulsar a los vecinos. “Ese equilibrio es fundamental, es la ciudad del futuro”, asegura.

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