EDUCACIÓN

El esfuerzo y el sacrificio terminan en forma de premio

El joven Rafael Orihuela se sobrepuso a un problema de salud y terminó la carrera de Enfermería con premio extraordinario de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

Foto: Carlos de Saá.
Eloy Vera 0 COMENTARIOS 19/06/2018 - 09:29

Rafael Orihuela Cerdeña siempre quiso dedicarse a la rama sanitaria. Empezó a estudiar Medicina en Gran Canaria, pero un revés en su salud le hizo abortar la idea y regresar a Fuerteventura. Más tarde, optó por estudiar Enfermería en la Isla. En junio de 2017 terminó la carrera. Hace solo unas semanas, recogía en Gran Canaria el premio extraordinario fin de título en los estudios de Grado de Enfermería, que concede la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Rafa, como todos le conocen, solía terminar las tardes de su infancia en el Centro de Salud de Gran Tarajal. Después de las actividades extraescolares a veces acompañaba a su padre Juan Carlos, enfermero de profesión, en el centro de salud. Se crió rodeado de termómetros, tensiómetros y batas de enfermeros por lo que no dudó, cuando llegó el momento, en buscar un futuro vinculado a la rama sanitaria. Las buenas notas le permitieron iniciar la carrera de Medicina en Gran Canaria.

Sin embargo, al mes de comenzar los estudios le diagnosticaron la enfermedad del Crohn. Rafa tuvo que ser ingresado un tiempo en el hospital de Gran Canaria y más tarde se vio obligado a volver a Fuerteventura y renunciar al sueño de ser médico. Optó por tomarse un tiempo para poner las ideas claras y asimilar que tenía una enfermedad. “A nadie nos gusta que nos digan ‘estás enfermo de…’”, insiste el joven.

Con las ideas claras y consciente de que el Crohn iba a ser ahora su nuevo compañero de viaje, decidió renunciar a quedarse en el lado del paciente y retomar el sueño de ser sanitario. En esta ocasión, como enfermero.

Ahora, no tenía ganas de volver a hacer las maletas y marcharse de su casa para estudiar fuera, por lo que optó por “aprovechar la opción de estudiar enfermería en la Isla”. Comenzó los estudios en 2013, mudándose a vivir desde su Gran Tarajal natal a la capital. A pesar de que a veces el Crohn le daba la tabarra, aquellos años los resume como “muy bonitos, aprovechados y disfrutados”.

El joven enfermero defiende la formación que reciben los estudiantes de la Escuela de Enfermería de Fuerteventura aunque reconoce que, a veces, falta material “Por ejemplo, en Gran Canaria trabajan con cuerpos y aquí todo eran diapositivas cuando yo estudiaba”.

A favor, en cambio, “que al ser muy pocos alumnos, las prácticas permiten que los profesionales nos presten una atención muy individualizada y correcta”, y también poder contar con un profesorado “muy preparado y con muchísimas ganas”.

Sueño cumplido

Esta vez el Crohn no le robó el sueño de terminar los estudios y en 2017 se graduó como enfermero. Asegura que su carrera profesional le gustaría orientarla a la rama familiar y comunitaria. “Me gusta la atención a la cronicidad y a los pacientes mayores o con enfermedades crónicas. Es lo que más me apasiona. Tal vez sea porque es lo que más he visto hacer a mi padre”, comenta. Rafa comienza su carrera profesional en unos momentos en los que la sanidad de Fuerteventura está en entredicho.

El joven enfermero defiende la formación que reciben los estudiantes de la Escuela de Enfermería de Fuerteventura aunque reconoce que, a veces, falta material

Manifestaciones en las calles reclamando una sanidad digna, quejas de los colectivos de pacientes por la falta de especialistas y medios, y de fondo un debate político con muchos reproches y no tantas soluciones. Sin embargo, el joven defiende la labor de los profesionales que trabajan en Fuerteventura.

“El personal del hospital está muy preparado al igual que el de los centros de salud. Es muy raro que un paciente se queje del profesional que lo atiende, se puede quejar de los medios, pero por ahora yo no he escuchado una queja de un profesional”, sostiene.

Tras realizar prácticas en el Centro de Salud de Gran Tarajal y en la residencia de Casillas del Ángel, Rafa se quedó en casa cuidando a su abuela a la espera de una llamada de trabajo. Una mañana sonó el teléfono. La llamada era del Centro de Especialidades Médicas (CEM) de Gran Tarajal. Su propietario, Francisco Artiles, quería verlo. Esa misma tarde empezó a trabajar allí.

Hace tres meses recibió otra buena noticia. Esta vez a través de un correo electrónico. En él se le comunicaba que había recibido un premio de excelencia académica por tener las mejores notas durante el último año en Enfermería en Fuerteventura. Lo ha querido compartir con su madre Rita Cerdeña, por su apoyo durante la enfermedad y con su padre, su modelo a seguir.

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