La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 22 años de cárcel por delito de asesinato con ensañamiento y alevosía a Henry Danny G.H. que mató a su pareja, de 15 puñaladas en Puerto del Rosario el 9 de diciembre de 2015 en su domicilio de la calle Cipriano Gutiérrez Oramas, y delante del hijo la víctima, que tenía siete años de edad.

El Supremo rechaza el recurso del condenado contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que a su vez confirmó el pronunciamiento inicial de un tribunal del jurado de la Audiencia de Las Palmas

Los hechos probados de la sentencia señalan que, en la madrugada del 9 de diciembre de 2015, el hombre inició una discusión con la víctima, en el transcurso de la cual "y con intención de menoscabar su integridad, le dio un puñetazo en la cara (a la mujer) de modo que le causó un traumatismo nasal y en el ojo derecho".

Después, con intención de acabar con su vida la agarró por el cuello "y teniéndole sujeta y sin que pudiera defenderse, cogió un cuchillo de cocina de gran tamaño y comenzó a darle puñaladas por todo el cuerpo clavándoselo varias veces más para aumentar su sufrimiento deliberadamente, asestando un total de 15 puñaladas".

Encontrándose en el suelo y mortalmente herida, el acusado marchó del domicilio sin prestarle ayuda dirigiéndose a la Comisaría de Policía de Puerto del Rosario, donde manifestó que acababa de matar a su pareja.

Mientras tanto, la víctima junto a su hijo que había presenciado el brutal apuñalamiento, se arrastró desde la vivienda, que estaba en la segunda planta, hasta el piso de la primera planta, donde pidió auxilio a los vecinos, que llamaron al Centro Coordinador de Emergencias 112 del Gobierno de Canarias.

La mujer fue trasladada al Hospital General de Fuerteventura y posteriormente fue evacuada a Gran Canaria. La joven falleció el mismo día a las cuatro de la tarde como consecuencia de las múltiples heridas por arma blanca. La víctima tenía 24 años. 

El alto tribunal rechaza el recurso del acusado, y ratifica que concurrieron los agravantes tanto de alevosía como de ensañamiento, lo que era discutido por el recurrente.

"Brutalidad innecesaria"

El Supremo resalta que los médicos forenses, que explicaron durante el juicio que el condenado movió el cuchillo dentro del cuerpo de la víctima con cada puñalada que le dio, con el propósito de ocasionar más lesiones.

"Esta brutalidad innecesaria", añadía la sentencia de la Audiencia de Las Palmas que el Supremo ha ratificado, "es suficiente para apreciar el ensañamiento, pues el dolor innecesario causado a la víctima es evidente a juzgar por las manifestaciones de los médicos forenses".