Convencido de que La Palma saldrá más fuerte de este episodio, dice que el día que la roca fundida arrasó el barrio de Todoque comprendió las verdaderas dimensiones de lo que se venía encima
Hernández Zapata, presidente de La Palma: “No he pasado ni un día sin angustia”
Convencido de que La Palma saldrá más fuerte de este episodio, dice que el día que la roca fundida arrasó el barrio de Todoque comprendió las verdaderas dimensiones de lo que se venía encima
Mariano Hernández Zapata pertenece a esa generación de canarios que nunca había visto el efecto de una colada de lava, a pesar de haber nacido en la isla más volcánica de todas. A sus 39 años, al presidente del Cabildo de La Palma le toca responder como puede ante una devastación sin precedentes, en la que no ha pasado "ni un solo día sin angustia".
Convencido de que La Palma saldrá más fuerte de este episodio, Hernández Zapata (PP) dice que el día que la roca fundida arrasó el barrio de Todoque ha quedado grabado en su calendario, porque comprendió las verdaderas dimensiones de lo que se les venía encima. Ahora, cuando la lava amenaza con someter a La Laguna a la misma desgracia que soportó Todoque, confiesa que ha llegado a pensar "Hasta aquí, no puede ser". Pero promete no derrumbarse.
Presidente de un gobierno de coalición muy poco frecuente fuera de Canarias (PP-PSOE), Hernández Zapata mantiene al día por WhatsApp a Pedro Sánchez de los avatares de la erupción, le agradece su apoyo desde el minuto 1, elogia entereza de los alcaldes de El Paso, Los Llanos y Tazacorte y aplaude la entrega del Gobierno de Canarias. De los mayores que vivieron el volcán de 1949, recibe lecciones de resistencia "cada día", y a quienes lo han perdido todo bajo la lava no se atreve a decirles apenas nada, solo "¿cómo podemos ayudar?".
-Usted vive en Los Llanos, debajo del volcán. ¿Ha descansado algo en estos 35 días de erupción?
-Las primeras semanas fueron las más complicadas para descansar, pero luego el sueño te vence y tienes que intentarlo. No hemos vuelto a dormir como antes, no solo por el ruido del volcán y los terremotos, sino por el sufrimiento: son días muy duros, hemos visto a nuestros amigos y a nuestros vecinos pasarlo muy mal y eso hace que sea muy complejo dormir.
-Nació en 1982, es de los palmeros que no había vivido nunca una erupción en su tierra, pero todo el que vive aquí sabe que a lo largo de su vida probablemente verá una. ¿Se esperaba algo así?
-Siempre que hablas con los mayores alguien te menciona el Teneguía (1971), te recuerda que lo fue a ver. Pero, claro, nos quedamos con esa erupción, que fue muy poco destructiva y pensamos que todas iban a ser similares. Esto está siendo dramático, dantesco.
-Este volcán introduce casi cada día un giro de guion. Casi ninguna jornada es como la anterior. ¿Ha habido algún momento en el que temiera las consecuencias?
-¿La verdad? Desde el primer día. Cuando el 19 de septiembre, a las tres y cuarto de la tarde, erupciona, ni siquiera imaginábamos que pudiera ser tan dañino, pero hemos vivido días muy duros. Creo que tomamos más realidad de sus efectos, por ejemplo, cuando arrasó el barrio de Todoque. Ese día ha quedado marcado en el calendario.
-Además de con el comité científico, habla usted con los mayores. ¿Qué le dicen, por ejemplo, los que vivieron la erupción del volcán San Juan (1949)?
-Las personas mayores de esta isla me dan una lección cada día. Me dicen frases como "Por lo menos estamos vivos" y que, mientras lo estemos, lucharemos para darle vuelta a la situación. Personas de 70 u 80 años y que te dicen que la idiosincrasia del palmero es sobreponerse a los problemas. Siempre me asombran. Hay recuerdos también muy negativos del volcán de San Juan, porque derramó lava en las dos vertientes, tanto en la este como en la oeste. Y ellos dicen que si nos recuperamos de aquel volcán, nos levantaremos de este.
-En esta emergencia no hay que lamentar ni una sola vida perdida, ni siquiera un herido a día de hoy. ¿Cree que esto se valorá en su magnitud cuando pase el tiempo?
-En otros volcanes en el mundo han fallecido cientos de personas. Estoy seguro que con el tiempo pondremos en valor cómo la ciencia española fue capaz de predecir con una semana de antelación este volcán, las charlas que se dieron aquellos días en Las Manchas (uno de los barrios más cercanos al punto donde comenzó luego la erupción), el desalojo horas antes de las personas dependientes... Hay que poner en valor el trabajo de los comités del Pevolca (Plan Especial de Protección Civil ante Riesgo Volcánico de Canarias). Poco o nada puede hacer el ser humano ante un volcán. Pero en ese poco o nada entra intentar que no fallezca nadie y lo hemos logrado.
-¿Ha sentido usted angustia alguno de estos días?
-Todos, absolutamente todos. Es el sentimiento que más tenemos, en general, los políticos de esta isla y cuantos vivimos aquí y, en particular, los más afectados. Es una angustia provocada por la incertidumbre de no saber cuándo va a terminar el volcán y porque yo me siento responsable de dar respuesta. Tengo el compromiso de no dejar a nadie atrás, de que se dará una vivienda a todas y cada una de las personas que han perdido la única que tenían.
-Cuando acude a una evacuación y ve a todos esos ciudadanos vaciar sus casas, casi resignados, sin aspavientos, ¿qué le impresiona más?
-Creo son los momentos más dramáticos que hemos tenido, ver esas camionetas llenas de hogares completos y esas familias llorando... Es duro, muy duro. No tengo palabras.
-¿Cómo se levantará La Palma de esto?
-Estoy seguro de que nos levantaremos, de que tenemos que aprovechar también esta oportunidad que nos da la naturaleza para salir mejor de lo que estábamos, tener mejores carreteras, mejores comunicaciones, viviendas más respetuosas con el medio ambiente. Creo que aprovecharemos la oportunidad que se nos presenta. Yo no quiero ver todo negro. Me aferro a salir mejor de esta crisis.
-Acaba de recibir por quinta vez a Pedro Sánchez. ¿Cómo está siendo su relación con él? ¿Qué se dicen?
-Hablamos con cierta frecuencia por WhatsApp sobre la situación del volcán y de los afectados. Yo le agradezco que haya estado aquí desde el primer minuto, que se haya actuado con medidas rápidas tanto por parte del Gobierno de España como del Gobierno de Canarias. Han estado aquí y han sido conscientes de la gravedad de lo que ocurría. También la Corona, se lo agradezco.
-El presidente de un Cabildo suele tener una relación estrecha con los ayuntamientos. Conoce de sobra a la alcaldesa de Los Llanos y a los alcaldes de El Paso y Tazacorte, los municipios más afectados. ¿Llegó a imaginárselos alguna vez con el aplomo que están demostrando?
-Los alcaldes siempre sacan lo mejor de ellos. Son los que están en primerísima línea de batalla y están demostrando mucho amor a sus municipios. Esto no es sencillo para ellos tampoco. Debo reconocer que el peor papel les toca a los alcaldes y he encontrado apoyo en ellos desde el primer día.
-Dice que Todoque marcó un antes y un después al revelar la auténtica dimensión de lo que ocurría. Ahora que temen que se repita con La Laguna, ¿no ha sentido alguna mañana la tentación de decir, hasta aquí hemos llegado, no puedo más?
-Sí, el día que llegó la colada a La Laguna. Lo veíamos muy remoto, la verdad. Ese fue uno de los días que pensé: "Hasta aquí, no puede ser, esto es imposible". Pero tenemos que sobreponernos, somos personas, nos emocionamos, sufrimos, estamos angustiados, pero tenemos que mantenernos fuertes para que la población vea que estamos ahí, que les vamos a seguir apoyando y que no nos vamos a derrumbar, porque es ahora cuando la isla más nos necesita.
-¿Qué le dice usted a quien lo ha perdido todo estos días?
-No puedes decirle nada, sino darle un abrazo. Hacerle saber que tiene todo nuestro apoyo, preguntarle qué necesita... porque esta en nuestra mano ayudar. Creo que ha sido importante poder ofrecer rápidamente alojamiento en hoteles, sé que los servicios sociales están dando ayuda económica, de alquiler, alimentos, ropa... Las necesidades más urgentes están todas cubiertas, pero nos queda que finalice el volcán para poder planificar a medio plazo.
-Todo responsable público que ha pasado por La Palma estos días ha repetido esta frase: No les vamos a abandonar. ¿Hasta dónde va a perseguir usted ese compromiso?
-Hasta el final. Yo he asumido un compromiso con todos los palmeros de no dejar a nadie solo, sin respuesta. Es un compromiso que asume el Cabildo de La Palma, pero estoy seguro de que lo suscriben también los ayuntamientos, el Gobierno de Canarias y el Gobierno de España. Vamos a estar a la altura, estoy seguro. Vamos a dar todo lo que esté en nuestra mano. Hasta el momento ha sido así, hemos ofrecido un grandísimo ejemplo de colaboración al trabajar todas las administraciones de la mano. Así vamos a seguir.
-Hay quien estas semanas les ha preguntado a ustedes, los palmeros, por qué viven en el lugar de España más expuesto a una erupción. ¿Cuando todo acabe, Mariano Hernández Zapata va a seguir viviendo en Los Llanos de Aridane?
-Absolutamente. Somo hijos de lava y salitre, como dice nuestro himno, y vamos a seguir viviendo donde hemos nacido, donde nos gusta y donde nos gustaría que vivieran nuestro hijos. Lo que tenemos que hacer es que aprovechar esta oportunidad para ser más fuertes.
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