Otra batalla de una guerra PERDIDA, contra el tráfico de droga. El comercio y trapicheo de estupefacientes crece y crece, y se amplía en gama de productos que van apareciendo nuevos, según lo hace el número de consumidores. Por Canarias y sus aguas, el transporte de coca en su inmensa mayoría es de paso, mientras sus metas de arribada y descarga, son los puertos continentales europeos de Rotterdam ( Países Bajos) y Amberes ( Bélgicca). En este último, las autoridades policiales requisan tantas TONELADAS, que ya sus crematorios no tienen suficiente capacidad para acabar con ella, y siguen acumulándose, almacenandola...para gran tentación de las mafias de narcotraficantes, cuyas organizaciones don tan poderosas que se atreven a plantar cara a policías y altas autoridades, a las que ponen en jaque.