El primer rastro oficial del intento de declarar la marina de Arrecife como Sitio de Interés Científico (SIC) se remonta a enero del año 2000. Ya entonces se tenía claro. Sin embargo, más de 22 años después el procedimiento no ha avanzado, pese a los repetidos intentos.

El Gobierno de Canarias ha desvelado que va a encargar un estudio para determinar si sus valores a conservar son exclusivamente marinos, con lo que la competencia para proteger la marina sería del Estado, o si existe una conexión entre el hábitat marino con el terrestre. En este caso, la competencia recaería en la comunidad autónoma.

“El borde marítimo de la ciudad de Arrecife constituye uno de los enclaves más especiales y singulares del litoral canario”, argumentaba la orden firmada por el entonces consejero regional de Política Territorial y Medio Ambiente, Tomás Van de Walle, para iniciar la protección de la marina.

“Su configuración recortada y con numerosos arrecifes, bajíos e islotes, que emergen total o parcialmente durante la bajamar, constituye una barrera natural que permite la existencia de una amplia dársena en su interior, propiciando el asentamiento de ricas comunidades bentónicas intermareales y submareales”, añadía.

El Gobierno autonómico ensalzaba “la presencia de este tipo de hábitats”, que “otorga al litoral de Arrecife una gran importancia, pues no existen otros lugares en Canarias donde se puedan encontrar zonas intermareales encharcadas de esta magnitud”.

“No en vano”, concluía, “la importancia de este hábitat desde un punto de vista paisajístico, y si cabe cultural, se manifiesta de forma contundente en la propia historia de la capital de Lanzarote, la cual ha tomado el nombre de este tipo de sistemas”.

Pese a que el viento político y administrativo parecía que soplaba a favor de proteger el litoral de Arrecife, lo cierto es que el proceso ha encadenado un tropiezo tras otro. Aquel primer expediente caducó en el año 2005.

Dos años después, el Ayuntamiento de Arrecife presentó una solicitud para que se retomase la declaración de Sitio de Interés Científico y, en 2008, volvió a dirigirse al Gobierno de Canarias para modificar la delimitación del espacio a proteger.

Inicialmente se extendía desde las salinas, incluía como “zona periférica de protección” la bahía de Naos, donde está ahora el puerto deportivo, y se prolongaba por todo el litoral hasta la playa del Cable.

Años más tarde, en 2015, se volvió a proponer la protección de la marina de la capital lanzaroteña pero no se llegó a iniciar el procedimiento. Al año siguiente, el Parlamento de Canarias envió al Gobierno una iniciativa, aprobada por unanimidad, presentada por el diputado David de la Hoz.

La proposición no de ley instaba al Ejecutivo a elaborar un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales y, una vez aprobado, que se declarase la marina de Arrecife como espacio natural protegido, con la categoría de Sitio de Interés Científico.

Se planteaba otorgar “la mayor proporción posible” al veril que bordea el frente litoral, “que delimita la frontera de las lagunas interiores”, en las que se localizan “la inmensa mayoría de los valores naturales que debieran ser objeto de protección”.

Dentro del área de influencia, pero “fuera de la propuesta directa de protección”, se dejaba la playa del Reducto y el área portuaria de Naos. En cambio, se incluía el “perímetro íntegro del Islote del Francés, del Islote de Fermina, del Islote del Quebrado, las inmediaciones del Castillo de San Gabriel y del Charco de San Ginés”, así como todas las aguas interiores entre estos puntos.

Camino a seguir

En las más de dos décadas que lleva dando tumbos la iniciativa para proteger la marina de Arrecife se ha aprobado el Lugar de Interés Comunitario (LIC) del espacio marino del oriente y el sur de Lanzarote y Fuerteventura, en 2015, que deja fuera el litoral capitalino.

El viceconsejero de Planificación Territorial, Leopoldo Díaz, asegura que desde Medio Ambiente se va a proponer que el plan de gestión del LIC “incorpore la marina de Arrecife”.

Con la declaración se abriría una oportunidad para recuperar los sebadales

Díaz señala que, con la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad en la mano, “por afectar al medio marino”, la declaración como Sitio de Interés Científico “correspondería al Estado”. Solo cabe una excepción: que se acredite una “continuidad ecológica” con el espacio terrestre. Si ese extremo se confirmase, la responsabilidad sería únicamente de la comunidad autónoma.

El viceconsejero de Planificación Territorial explica que “una primera opinión” de los técnicos de su departamento apuntaba a que esa continuidad ecológica “no se producía” en la marina de Arrecife. Por ello, añade, estuvieron “barajando la posibilidad” de pedir al Gobierno de España que declarase la protección del litoral arrecifeño.

Sin embargo, en otro de los departamentos, el de Biodiversidad, se concluyó lo contrario: que sí se cumplían las condiciones, y que había valores a proteger tanto en el mar como en tierra.

El siguiente paso, explica Leopoldo Díaz, es encargar un estudio que justifique esa continuidad ecológica. No se licitará hasta el próximo año, para que lo elabore una empresa especializada, “porque con medios propios del Gobierno no es posible”.

Cuando esté, “se presentará en el Ministerio de Transición Ecológica y, si da el visto bueno, en la comunidad autónoma iniciaríamos el trámite para la declaración” como espacio natural protegido, apostilla.

De la Hoz dice que “se abre una oportunidad para recuperar, por ejemplo, los sebadales, ahora que se ha declarado la emergencia climática y prácticamente todos los fondos públicos tienen una mirada ambiental”. “Aunque me temo que pasaremos otra legislatura, al menos hay una vía”, añade. “Me quedaría parcialmente satisfecho con que lo dejemos encaminado para el siguiente Gobierno”, concluye Díaz.