Los buceadores del Club Pastinaca fotografían una anguila que no se había visto en la Marina de Arrecife: “Desde 2012 ha habido un gran cambio por el control del erizo diadema”
La Marina de Arrecife: una pequeña anguila, una gran esperanza
Los buceadores del Club Pastinaca fotografían una anguila que no se había visto en la Marina de Arrecife: “Desde 2012 ha habido un gran cambio por el control del erizo diadema”
La inmersión fue en la noche del sábado 4 de septiembre, entre las diez y las once. La profundidad máxima: veinte metros. El agua, a 21 grados de temperatura, con visibilidad moderada. Eran ocho buceadores que hacen inmersiones periódicas dentro del proyecto de seguimiento ecológico de la Marina de Arrecife, que lleva a cabo el Club Pastinaca en colaboración con la Reserva de la Biosfera del Cabildo de Lanzarote y gracias a un acuerdo con la Autoridad Portuaria de Las Palmas, ya que el buceo se practica al otro lado de la escollera del muelle comercial.
Allí, hace años que se marcaron dos cuadrículas para comprobar los efectos del erizo diadema, principalmente cuando desaparece. Son dos cuadrículas de 25 por 25 metros. De una se retiran los erizos y de la otra no y la diferencia es notable. Los buceadores hacen la función de los depredadores naturales de los erizos, como viejas y otros peces, que han ido desapareciendo y, al retirarlos, provocan que lo que se había convertido en un blanquizal pase a acoger primero vegetación y después todo tipo de fauna.
El erizo diadema sufrió su propia epidemia en 2017, por culpa de una bacteria, y fue desapareciendo. Eso hizo que comenzaran a proliferar de nuevo las algas y, por tanto las especies marinas. Pero cuatro años después el erizo está recuperando de nuevo su espacio. La inmersión se hace de noche porque “los organismos que pueden ser avistados varían profundamente cuando la inmersión se realiza en total oscuridad”.
“Con la llegada de la noche, cientos de especies ocultas durante el día toman protagonismo para cumplir con sus ciclos vitales; además, especies habituales durante el día cambian su comportamiento para protegerse de los depredadores que al amparo de la oscuridad suelen acercarse a aguas poco profundas en busca de alimento”, según se puede leer en el informe elaborado por Félix Viña, presidente del Club Pastinaca.
Un choco y, abajo, la mirada de una vieja. Fotos: Blueworldfotos.com
En esas inmersiones se presta atención a lo más pequeño. Predominan especies de hábitos nocturnos, como anémonas, gusanos, corales, crustáceos y moluscos, así como angelotes y rayas, además de muchas especies diurnas descansando sobre el lecho rocoso del fondo. También se pueden ver bogas, fabianas, pulpos, chocos depredando peces de roca, viejas durmiendo entre las piedras, morenas, jureles, un angelote, salemas, herreras, alfonsitos, rascacios, ceriantos, cigala canaria, camarón bailador, camarón narval, camarón de lunares, camarón espinoso y Lady escarlata.
Y, de repente, la sorpresa. Una especie que no estaba en el ‘catálogo’ de la marina. Desde el club de buceo creen que aún no se había citado su presencia en aguas de Arrecife, aunque sí en otras islas. Se trata de una especie de anguila de pequeñas dimensiones, llamada facciolella oxyrhyncha, del tamaño de una hoja de seba (cymodocea nodosa), que se encontraba en una pequeña cueva en fondo rocoso y que pudo fotografiar Javier Alonso, a pesar de que se ocultaba con las algas.
“La conocíamos, pero no la habíamos visto nunca en la Marina”, señala Viña, que considera que su presencia es un síntoma de la recuperación paulatina del fondo marino. En esa zona ya que se ido renovando la cubierta de algas y están apareciendo nuevas especies. Para Viña, desde 2012 “se ha visto un cambio increíble, sobre todo por el control del erizo diadema” y eso da una esperanza de que la zona se pueda repoblar.
“La gente no se da cuenta de que la Marina de Arrecife es un privilegio”
En el informe mensual que se hace sobre el seguimiento de la Marina se habla de que el comportamiento nocturno de los erizos diadema “en blanquizales maduros es muy agresivo”, ya que, en esas condiciones, “se desplazan mucho en busca de rocas donde raspar cualquier especie de alga”. No obstante, “la drástica disminución de la población de erizo diadema africana ha ocasionado un cambio significativo en su comportamiento, observando cómo ahora los ejemplares no se desplazan, sino que se mantienen en su zona de seguridad”.
Desde el Club Pastinaca siguen poniendo el acento en las amenazas que se ciernen sobre la Marina, como las nasas (aunque reconocen que no observaron ninguna en esa inmersión), la pesca submarina nocturna o el calado de trasmallos. Para Viña, “la Marina de Arrecife es un privilegio que hay que fomentar porque la gente no se da cuenta de la importancia que tiene”. Por eso insiste en la importancia de divulgar su riqueza y evitar malos usos del espacio, como por ejemplo dejar perros sueltos en la costa donde anidan aves.
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