Al macho de la avutarda hubara, el reconocido fotógrafo José Juan Hernández le denomina “el galán del llano”. Con este apelativo se refiere a esta especie en una fotografía que ha obtenido el primer premio nacional de la organización conservacionista SEO Birdlife, en el que se muestra al macho en pleno cortejo. “Desde que amanece, los machos llegan a sus lugares favoritos para cortejar” y, desde allí, “corretean por los alrededores mostrando su plumaje en todo su esplendor”. Esta ave, asociada a la naturaleza de Fuerteventura, es una de las que se muestran en la exposición ‘Alas del paisaje’, que se estrena este mes de septiembre y que se configura como un atlas para conocer las especies más significativas de la Isla, expuestas a un abanico de amenazas.

José Juan Hernández cuenta con el que denominan “premio Nobel de la fotografía de la naturaleza”, que otorga todos los años el Museo de Historia Natural de Londres, por una impresionante imagen de un hongo. A sus reconocimientos se suma el reciente de SEO Birdlife. Este artista gráfico de Tenerife ha sido premiado más de siete veces por sus fotos de la avutarda hubara, una de las especies de Fuerteventura que se encuentran en mayor peligro de extinción.

El pasado invierno llegó a la Isla para fotografiar las especies que conforman el catálogo de la exposición. Regresó en primavera para capturar más imágenes. En la muestra aparece la tarabilla canaria, el alcaraván, el corredor sahariano, la ganga, la perdiz moruna, el camachuelo, el caminero, el pardillo, la terrera, el guirre, el halcón, la perdiz, el águila ratonera, la abubilla o tabobo, el alcaudón, el búho chico, la lechuza, el cuervo o el cernícalo.

Su periplo fotográfico en Fuerteventura lo inició hace más de 20 años, pero en 2015 y 2016 se trasladó largas temporadas para trabajar con la hubara y otras especies, como el guirre. José Juan cuenta cómo se especializó en aquellas fechas en captar el considerado símbolo de la naturaleza de Fuerteventura: la hubara. “Primero elegí el macho que quería fotografiar, en un lugar que el paisaje fuera contra el cielo, después hice un escondite semienterrado, para que el ave no lo pudiera detectar, y luego tuve que meterme de noche, antes de que llegara”.

“Esperé y esperé, pero por fin lo tuve a tiro y disparé casi 6.000 fotos, más que a una modelo”, explica. “Hice fotos de todo tipo”, destaca. “Capté una a baja velocidad, para mostrar el movimiento del ave cuando corre con su espectacular plumaje y que el ojo no quedara movido, en un encuadre perfecto”. La hubara, dice, es su ave de la suerte.

Guirre.

Código ético

Hernández lleva desde 1984 vinculado a la fotografía. “Inicié mi carrera haciendo fotos con una camarita que me prestaban mis tíos, todavía con película. Con un amigo salíamos cerca de casa para hacer fotos a los animales y fotografiar todo lo que se movía, después de ver los documentales de la tele, de Félix Rodríguez de la Fuente”, recuerda.

“Siempre es más importante el animal que la fotografía”, destaca Hernández

También destaca que en esta disciplina, el código ético del fotógrafo es fundamental. Lo primero de todo, recalca, es el bienestar del animal y el entorno. “Antes que la fotografía está el cuidado de la naturaleza. Me dedico a esto por mi pasión hacia ella”, sentencia. En su opinión, “lo más importante es conocer a la especie, su comportamiento, saber a dónde va, documentarse bien y observar, para hacer un buen trabajo sin molestar”, destaca. Las claves, subraya el experto, son “el conocimiento y el respeto, eso es lo principal”. “Siempre es más importante el animal que la fotografía”, concluye.

Una premisa imprescindible es contar con los permisos de la Administración para hacer fotos a las especies en peligro de extinción. Para fotografiar una hubara, por ejemplo, no es necesario bajarse del coche, ni caminar por el terreno, puedes admirarlas a distancia en algún camino. Ahora, la sequía y la falta de alimento hacen que los ejemplares se acerquen a comer los insectos y las flores que hay en plantas a los bordes de las carreteras, subraya José Juan Hernández.

Este fotógrafo profesional se queja del poco cuidado del paisaje y la negativa transformación de la naturaleza. “El cambio climático se nota una barbaridad”, observa. “Además, las construcciones han surgido de la nada y aparecen por todas partes”, apunta. “Antes, los llanos en invierno estaban llenos de flores y había más humedad, podías ver hubaras en el campo, pero ahora están en los bordes del camino, donde se concentra el agua y sobrevive algo de vegetación”, explica.

Cuervo.

Circulación

Otro de los graves problemas para la avifauna es la circulación de coches todo terreno, quads, motos y bicicletas por las montañas y fuera de las pistas. También la gente que se adentra sin control ni conciencia por los lugares más insospechados, una situación que atenta contra especies que nidifican en el suelo, como son las especies de Fuerteventura, desde la hubara, al corredor, pasando por el alcaraván. También sucede en los barrancos, causando problemas a las lechuzas, a los ratoneros o al guirre.

El caos urbanístico es para Hernández un mal de todas las islas, pero sobre todo de Fuerteventura. En estos últimos 20 años ha notado un cambio que considera terrible: “Antes podías estar horas esperando a hacer una fotografía y que no pasara nadie, algo que ahora es imposible”. “También los fondos de las fotografías de naturaleza los han fastidiado. Ahora tienes que estar pendiente para intentar evitar sacar una torreta, una casa, una carretera o unos cables... es muy complicado”, señala.

Los detalles

Las imágenes de la exposición cuentan con pies de foto donde se explican los nombres vernáculos de las aves y sus amenazas, entre otros detalles. Han sido elaborados por el ornitólogo Marcelo Cabrera Delgado, técnico del Departamento de Fauna de la Gerencia de Calidad, Evaluación Ambiental y Medio Natural de Tragsatec y colaborador habitual de SEO BirdLife.