Juan Jesús Rodríguez Marichal se estrena como presidente del organismo que representa a autónomos y empresas de Fuerteventura: “Queremos una Cámara de Comercio participativa”
Los retos de la nueva Cámara de Comercio de Fuerteventura: combatir la doble insularidad y la línea con Tarfaya
Juan Jesús Rodríguez Marichal se estrena como presidente del organismo que representa a autónomos y empresas de Fuerteventura: “Queremos una Cámara de Comercio participativa”
Con la brutal crisis económica provocada por el Covid todavía reciente, que ocasionó un desplome del 30 por ciento en el Productor Interior Bruto (PIB) de Fuerteventura, y con la incertidumbre por cómo evolucionará la desbocada inflación y los efectos colaterales de la invasión de Ucrania en el turismo, Juan Jesús Rodríguez Marichal se ha estrenado como presidente de la Cámara de Comercio insular.
No acaba de llegar al organismo que representa a los autónomos y empresas de Fuerteventura: participó desde las primeras elecciones, en el año 2006, e incluso antes, en el movimiento que posibilitó la independencia de la cámara provincial. “Soy una antigualla”, dice con sorna.
Se ha puesto al frente de una Cámara de Comercio, añade, que ha renovado el 70 por ciento de los miembros del pleno y que ha dado paso, en muchos casos, a las segundas y terceras generaciones de señeras empresas majoreras. “El objetivo es que se incorpore gente nueva y garantizar la continuidad de la Cámara, que se tiene porque se peleó, pero que si no se mantiene se pierde”, destaca.
“Queremos una Cámara de Comercio participativa”, asegura, al tiempo que avanza la creación de un Consejo Asesor en el que estén, entre otros miembros, los expresidentes de la entidad. Estos son los principales retos:
Nueva etapa. Cuando se crearon las cámaras de comercio de Fuerteventura y Lanzarote, estas instituciones tenían cubierta la base de su financiación con el denominado recurso cameral permanente, que salía de las propias empresas. Una modificación legal en 2010 lo eliminó. Y las cámaras tenían las mismas obligaciones, pero no cómo cubrirlas. En la de Fuerteventura los trabajadores llegaron a estar tres meses sin cobrar. En los últimos años, con la nueva Ley de Cámaras Canarias y las encomiendas principalmente del Gobierno autonómico, como por ejemplo para la tramitación de las ayudas directas para compensar los efectos de la pandemia, estos organismos han vuelto a respirar.
Rodríguez Marichal apuesta por colaborar no solo con la comunidad autónoma, sino con las instituciones de la Isla. Las necesidades, recalca, están ahí. “Se ha demostrado que una de las demandas más fuertes de quien se acerca a la Cámara es para la creación de empresas y para el asesoramiento a emprendedores”, señala. De esas semillas, resalta, “es de donde se va a nutrir el tejido empresarial de la Isla en los próximos años”.
Una de las líneas de trabajo a seguir, considera, es formar a los empresarios y también a los recursos humanos, y asesorarles para que no desaprovechen ninguna oportunidad. “El perfil que tenemos en la Isla es el de la pyme (pequeña y mediana empresa) o el de la micropyme, y si estás trabajando es difícil que puedas estar también pendiente del boletín oficial para comprobar si sale alguna línea de ayudas que le venga bien a tu negocio y a la que te puedas acoger”, explica.
Doble insularidad. El nuevo presidente de la Cámara apunta que las empresas majoreras no se enfrentan ahora a una “economía cerrada” como antes, sino a un entorno “más global”, que permite abrir otros caminos. Sin embargo, lo que no cambia son los sobrecostes de la doble insularidad, la mochila cargada de piedras que tienen que soportar los empresarios de una isla no capitalina como Fuerteventura. “Los efectos de esta doble insularidad sobre el transporte son tremendos”, destaca Rodríguez Marichal.
La consecuencia más directa es que lastra su competitividad, encarece sus costes al tener que hacer escala habitualmente la mercancía en una isla capitalina y obliga a las empresas majoreras a mantener un mayor nivel de existencias. En teoría, dice el nuevo presidente cameral, “la sensibilidad” de las autoridades existe. “Una de nuestras labores es hacérselo ver”, apostilla. “Hay líneas de ayudas al transporte entre islas, pero no son lo suficientemente ágiles”, considera el presidente, que pone el ejemplo de cómo estos sobrecostes lastran la viabilidad del sector primario de la Maxorata.
Uno de los ejes de trabajo del organismo empresarial pasa por poner en marcha “una comisión que estudiará y contrastará la situación real y analizará en qué se está fallando”, explica Rodríguez Marichal. Para empezar, tendrá que recabar datos, que no son fáciles de obtener. “Muchas veces hablamos por intuición, porque no hay cifras desagregadas por islas, y lo primero será elaborar un diagnóstico y medidas concretas para paliar algo que sufren las empresas y los ciudadanos de la Isla”, resalta.
Mirar a África. Juan Jesús Rodríguez Marichal reconoce que uno de los ámbitos en los que se siente “cómodo” es el comercio exterior. Una vía para superar el “monocultivo del turismo” en Fuerteventura y generar actividades económicas “complementarias” pasa, según el presidente de la Cámara, por recuperar la línea marítima con Tarfaya. “Es un objetivo prioritario de la Cámara”, reitera su nuevo presidente a Diario de Fuerteventura. “Desde mi punto de vista, sería un antes y un después para la economía de la Isla”, subraya Rodríguez Marichal.
La conexión marítima con Marruecos “sería un antes y un después en la Isla”
La conexión entre Tarfaya y Puerto del Rosario estuvo operativa apenas cinco meses, entre diciembre de 2007 y abril de 2008, y se frustró al encallar el barco Assalama, de Naviera Armas. Desde entonces, se ha ampliado el puerto marroquí con una inyección de 50 millones de euros. Ahora tiene una línea de atraque de 225 metros de largo, un área para operaciones comerciales de 10.000 metros cuadrados y otra para desarrollo industrial de 84.000 metros, además de una rampa para buques que transportan cargamento rodado.
“Los estudios sobre el desarrollo comercial e industrial del puerto de Tarfaya subrayan el potencial de este enclave como puerta de entrada y salida de un gran mercado”, destaca la Cámara de Comercio. “En menos de tres horas” se cubriría la travesía con el muelle de Puerto del Rosario. El organismo empresarial considera que abriría “muchas oportunidades para el desarrollo de negocios relacionados con diversos sectores”.
En 2020, Marruecos fue el segundo país africano receptor de exportaciones canarias, solo por detrás de Senegal. “Hemos pasado por tensiones políticas bilaterales y estamos en el momento dulce, en el que se está trabajando y creo que lo podemos conseguir”, augura Rodríguez Marichal.
Marruecos ha lanzado dos sondeos para ver qué empresas están interesadas. Incluso con la habitual fórmula marroquí de que las compañías tengan capital de ambos países, el presidente de la Cámara majorera ve viable la recuperación de la línea. Se requieren “inversiones potentes, pero si se ayuda en el lanzamiento de la conexión marítima, como se ha hecho con las líneas áreas, creo que muy pronto tendremos una línea con Tarfaya”, concluye optimista.
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