El Ministerio Fiscal ha pedido 25 años de cárcel para un hombre de 39 años acusado de la muerte de su pareja tras rociarla con gasolina y luego prenderle fuego.

La Audiencia Provincial de Tenerife acoge la próxima semana este juicio con jurado, en el que el Ministerio Fiscal mantendrá, según su escrito, que se trata de una asesinato y por ello pide la pena máxima por este delito, 25 años de cárcel, y una indemnización de 150.000 euros a cada una de las dos hijas de la mujer fallecida.

Todos ellos convivían en un piso situado en la urbanización Princesa Iballa de La Laguna y sobre las 3:30 de la madrugada del 23 de septiembre de 2020 el acusado sostuvo una discusión en el transcurso de la cual, según el escrito de la Fiscalía, le echó en cara que él era quien la mantenía y por lo tanto debía obedecerle y cuidarlo.

El escrito añade que con la intención de causarle la muerte, el acusado introdujo al parecer a su pareja en la bañera y sin que tuviera la posibilidad de defenderse la roció con gasolina que utilizaba para que funcionara el grupo electrógeno con el que iluminaba su casa.

La Fiscalía sostiene que a sabiendas de lo cruel de su acción, procedió a prenderle fuego, causándole quemaduras de segundo y tercer grado en el 85 por ciento de su cuerpo.

Debido a la inhalación de humo y por el calor generado se produjeron lesiones internas, especialmente en las vías respiratorias y todo ello causó a la víctima un terrible sufrimiento y pese a la oposición del hombre y su mal estado físico, salió de la casa para pedir socorro.

De esa manera consiguió que hiciera acto de presencia la policía, recibir ayuda de los vecinos y que fuera inmediatamente atendida y evacuada por los medios sanitarios que la ingresaron de urgencia.

Estas lesiones determinaron su fallecimiento sobre las 11:45 del día siguiente en el centro sanitario.

El acusado también sufrió graves quemaduras y tuvo que ser ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario de Canarias (UCI) pero dada la gravedad de su estado fue trasladado a la Unidad de quemados del Hospital de Sevilla y una vez curado fue de nuevo trasladado a Tenerife y detenido en el Hospital al ser dado de alta.

En un principio se creyó que se había producido un accidente en la vivienda pero luego se comprobó que se estaba ante un presunto asesinato.

La mujer había hecho uso de los recursos de ayuda para víctimas de violencia de género pero no constaba que hubiese sido por problemas surgidos con su pareja.