MEDIO AMBIENTE

Timanfaya: exceso de visitantes y otras amenazas

El Parque Nacional reconoce que la calidad de la visita en el Islote de Hilario y el Echadero de Camellos está “muy mermada por el exceso de afluencia”

Saúl García 0 COMENTARIOS 20/08/2022 - 08:10

“La falta total de personal administrativo, técnico y del director-conservador hizo que desde el año 2017 no se realice ningún Patronato. El nuevo director-conservador, que tomó posesión en octubre de 2020, decide no hacer ningún patronato durante 2021 y esperar a 2022 para tener conocimiento suficiente sobre la gestión y situación del Parque”. La reunión del órgano del Parque Nacional de Timanfaya, finalmente, se celebró el pasado mes de julio y en ella se dio a conocer la memoria anual, en la que se incluye esta justificación.

La memoria es una foto fija de la situación del Parque: sus carencias, sus necesidades, sus cuentas o sus amenazas. Este verano, de nuevo, se han vuelto a ver las colas kilométricas en el acceso a la visita a las Montañas del Fuego.

Una de las amenazas que se destacan en el análisis de la situación del Parque Nacional de Timanfaya es, precisamente, la calidad de la visita en el Islote de Hilario y el Echadero de Camellos, que está “muy mermada por el exceso de afluencia”.

“La inexistencia en ambas instalaciones de una central de reservas que regule el acceso provoca colapsos de los aparcamientos e importantes retenciones en las carreteras. Los aparcamientos están colapsados y no queda espacio para la circulación de las personas, de forma que no se aprecia la visita al Parque, que se hace esquivando los turismos y guaguas”, se destaca en el diagnóstico.

Entre las amenazas consideradas reales (no potenciales) se incluyen la presencia de especies invasoras y alóctonas de flora, como la vinagrera, la malvarrosa o el tabaco moro, que afectan al paisaje y a otras especies vegetales, además de los daños sobre la fauna local a cargo de gatos, perros o ratas, que están “ocasionando un grave problema de depredación sobre los nidos de aves sensibles”.

Otra amenaza es el pisoteo, que ha producido daños en los accesos al Parque, en la ruta del litoral desde El Golfo, en salidas a lo largo del sendero, aparcamientos, en la Playa del Paso o el acceso a cuevas, que tienen una gran afluencia de visitantes, al igual que la entrada a otros tubos volcánicos.

También es una amenaza el aumento de vuelos de drones en épocas y zonas donde está prohibido por su efecto nocivo en la avifauna, o vuelos no autorizados sobre el Parque como el del helicóptero de la Guardia Civil, otros helicópteros o cazas militares.

Otra amenaza es el exceso de iluminación nocturna en el Parque y sus cercanías, principalmente en El Golfo y en las instalaciones del Cabildo en el Islote de Hilario.

Además de la contaminación lumínica se menciona la alteración de las aguas subterráneas “por el uso urbano del suelo”, a consecuencia de pequeños vertidos en zonas asfaltadas que se dan fundamentalmente “por las caravanas en el acceso desde el Taro y en los aparcamientos de Islote de Hilario y del Echadero de los Camellos, con una gran presión de visitas diarias”.

“Con las lluvias, todos estos vertidos sobre el asfalto terminan en el acuífero”, resalta la memoria del Parque Nacional.

“Desmotivación”

En cuanto a las necesidades, en el estudio se indica que “la mayor parte de los medios materiales, principalmente informática, telefonía, radiocomunicaciones” o vehículos “son muy antiguos e incluso obsoletos”.

Lo mismo ocurre con las instalaciones de muchas infraestructuras, salvo la depuración de aguas, que había sido actualizada en los últimos años, “cuyas múltiples averías impiden el normal funcionamiento del Parque, pudiendo generar incluso accidentes o tener repercusiones legales”. Se pretende crear un Plan de actualización de infraestructuras para los próximos años y se van a contratar algunos proyectos de mejora de equipamientos y de energía fotovoltaica.

Preocupan las especies invasoras, los daños y la falta de medios

“Igualmente es necesario revisar los principales procedimientos administrativos del Parque, creando sistemas de trabajo seguros y actualizados a la legislación vigente, como los sistemas de gestión de las denuncias de los agentes y de gestión de autorizaciones”, se añade.

La memoria del Parque Nacional destaca que en los últimos años ha habido “desmotivación del personal del Parque”, lo que provocó “que se trabajara en modo de supervivencia y en compartimentos estancos”, y añade que se está intentando revertir la situación para lograr la motivación y la colaboración del personal.

En ese sentido, se reconoce que hay una gran cantidad de puestos vacantes en cargos técnicos y administrativos, y la dirección del Parque ha solicitado a la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias que se cubran dichas plazas. De los 14 puestos previstos, están vacantes uno de técnico superior, un jefe de administración y tres auxiliares administrativos.

Actualmente, además del director, hay ocho trabajadores: tres agentes de Medio Ambiente, dos guías, una administrativa, una conductora y un personal de servicios, además de otros 14 trabajadores más de otras empresas públicas y privadas.

Recursos y visitas

En cuanto a los recursos, la principal partida (un 26 por ciento del presupuesto) es para la vigilancia, el 22 por ciento para la erradicación de especies invasoras, un 18 por ciento para el uso público del Parque Nacional y el 17 por ciento para el mantenimiento y gastos generales. No hay presupuesto para la conservación del patrimonio natural.

Hubo nueve denuncias en el año 2021, todas de la Guardería del Parque

En el año 2021 hubo hasta cincuenta actuaciones de apoyo a autorizaciones en el Parque Nacional, 175 avistamientos de aves y 287 incidencias de interés por cuestiones diversas, como visitantes fuera de zonas permitidas, sobrevuelo de drones, daños al paisaje, introducción de animales domésticos, accidentes de tráfico o residuos.

La mayor parte de las autorizaciones dentro del Parque fue para filmaciones de cine, vídeo, reportajes fotográficos o informativos de televisión. Se autorizaron 31 y otras 13 que no se llegaron a hacer. Hubo nueve denuncias a lo largo del año, todas de la Guardería del Parque: una por daños a una hubara, otra por el sobrevuelo de un dron, por acampada no autorizada, por incumplir una resolución denegatoria de una petición de autorización, por introducir animales domésticos en la ruta del litoral y cuatro por circular o estacionar fuera de pista autorizada, con bicicleta o coche.

El número total de visitas en 2021 fue de 803.625, la mitad, aproximadamente, que los años anteriores a la pandemia. La distribución mensual de las visitas, por zonas, fue de 457.698 a la Ruta de los Volcanes, 219.784 al Echadero de los Camellos, 122.614 al Centro de Visitantes, 2.644 en las rutas a pie y 885 de educación ambiental.

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