El antiguo jugador del CD El Cotillo, Yaki Yen, lleva cuatro años despuntando en tierras asiáticas
Un majorero en la Liga china
El antiguo jugador del CD El Cotillo, Yaki Yen, lleva cuatro años despuntando en tierras asiáticas
El futbolista majorero Yaki Yen está triunfando en la Liga china. Todo comenzó por una casualidad y debido a su ascendencia taiwanesa. Natural de Puerto del Rosario, Yaki comenzó en las ligas infantiles y pasó por distintos equipos majoreros hasta que el azar o, más bien, la influencia de su padre, le puso en manos de la selección de fútbol de China Taipéi, con la que jugó la clasificación para el Mundial.
Pero hasta entonces Yaki tuvo que sufrir una odisea en Fuerteventura. Su familia se vio obligada a abandonar la Isla, su padre a Taiwan y su madre a Gran Canaria, quedándose a cargo de su hermano, que tristemente le abandonó por una leucemia. Cada diciembre el último equipo majorero donde jugó, el CD El Cotillo, organiza un memorial en su honor. Aprovecha sus vacaciones en la Isla para disfrutar de este homenaje que se inició con la intención de recaudar fondos para su hermano cuando aún luchaba contra la enfermedad.
Comenzó a jugar en el extranjero a raíz de que su padre, una vez en Taiwan, coincidiera con el presidente de la federación de fútbol taiwanesa y le comentara que tenía un hijo jugador. No se lo tuvo que pensar mucho para reclamarle y, tras un periodo de espera para conseguir el pasaporte chino, logró debutar con la selección de China Taipéi con doble nacionalidad, y aún sin conocer el idioma. Fue su plataforma a la Liga china. Sus orígenes le han valido para no ocupar plaza de extranjero, aunque es tan valorado como muchos otros jugadores europeos que están siendo la atracción para la Liga china donde juega desde hace cuatro años.
En su actual club de Qingdao, por el que fichó el pasado año, tiene la fortuna de toparse con un equipo técnico veterano en la Liga española. Así, cuentan con un antiguo entrenador del Barcelona B, Jordi Vinyals, entre otros técnicos procedentes de la cantera culé y con el que el club aspira a subir a primera. Es una de las ventajas del acuerdo que tiene el club, asociado a la escuela del FC Barcelona. Yaki comenta la suerte de que los técnicos hablen también su idioma y de que el juego y metodología sea similar a la del Barça, donde “les gusta jugar con la pelota”, comenta. A pesar de contar con todo este elenco europeo, lamenta que no acaben de llenar el campo, un estadio con capacidad para 30.000 espectadores.
A nivel futbolístico, asegura que los equipos de China “están creciendo mucho” y que se siente adaptado entre sus compañeros y muy satisfecho de estar jugando en el país asiático, donde reside durante la temporada con su mujer e hija. Sabedor de que el salario que cobra allí difícilmente lo podría obtener en España, está decidido a permanecer en China. También el nivel de vida es bastante satisfactorio. Asegura que ha visto más personas sin recursos económicos durante su regreso a Fuerteventura que en China. “He visto más gente pidiendo en Puerto del Rosario que en mi ciudad”.
No en vano, asegura que “allí se vive bastante bien”. “Son personas muy trabajadoras como tenemos entendido, pero también les gusta el ocio y los ves haciendo vida de calle y en centros comerciales”. Dice de Qingdao que “es una pequeña ciudad de ocho millones de habitantes”, en comparación con las grandes ciudades chinas y es quizá esa gran diferencia poblacional con Fuerteventura una de las cosas que más añora. “Se echa de menos la tranquilidad, los amigos y la familia, pero aprovechamos el mes y medio que tengo libre para venir aquí”.
“He visto más gente pidiendo en Puerto del Rosario que donde vivo en China”, dice Yaki sobre su lugar de residencia, una “pequeña ciudad” china de ocho millones de habitantes
Recibe normalmente la visita de sus padres, que viven en Taiwan, y de algún familiar de la Isla y confía en que este año los amigos cumplan con su promesa de ir a verles. Ellos mismos hacen turismo por Asia en las semanas de descanso en la Liga. Como buen madridista sigue la Liga española y, de la actual temporada, comenta lo competitiva que se presenta.
Para superar la barrera del idioma, del que aún no está demasiado instruido, cuenta con un intérprete que les ha solventado más de un problema médico, aunque asegura que puede defenderse en un restaurante. A su hija la inscribirá en un colegio internacional donde pueda entenderse con el profesorado en inglés y, de paso, permitir que su pequeña Paola aprenda idiomas. En su viaje de regreso a Qingdao para comenzar la pretemporada suele cargar la maleta de productos majoreros que ofrece también a degustar a sus compañeros de equipo, aunque señala que a los chinos no les suele gustar mucho el queso, sonríe.
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