En la cuarta semana de confinamiento releo algunos capítulos del libro ‘España se escribe con E de endeudamiento’ (Deusto. 2012) del profesor Gay de Liébana. El profesor escribe este libro durante la crisis financiera e inmobiliaria de 2008. En él analiza con indicadores y muchísimos datos económicos y ejemplos la situación económica de aquel momento (2008-2010) en España.

Acudo a Gay de Liébana, pues temo que la crisis socio-económica que vamos a vivir a partir del Covid-19 será muy profunda. En nuestra historia no ha existido hasta ahora una parada a cero de la economía de un país. Sí es verdad que ha habido guerras, revoluciones y depresiones, pero la actividad económica no se paró completamente.

Una vez que se supere la crisis socio-sanitaria que estamos viviendo, vendrá rescatar la economía del pozo en el que ha caído, un proceso que lamentablemente será largo, complicado y costoso. Cuando salgamos del confinamiento no será el happy flowers que nos están tratando de transmitir. Pero no podemos escondernos de la realidad y, para ello, utilizo unas palabras pronunciadas por W. S. Churchill en su discurso del 5 de marzo de 1946 en el Westminster College: “Nuestras dificultades y peligros no desaparecerán cerrando los ojos. No desaparecerán nuestros problemas si nos limitamos a contemplar lo que sucede (…)”.

De esta situación sólo se saldrá con una política económica de inyección de liquidez y financiación para todo el tejido productivo, con especial incidencia en los productores autónomos y en las pymes (casi todas empresas familiares); no ayudarlas no es herirlas, es matarlas.

De esta situación sólo se saldrá con una política económica de inyección de liquidez y financiación para todo el tejido productivo, con especial incidencia en autónomos y pymes 

Las medidas económicas acordadas por el Gobierno hasta el momento de escribir este artículo –voy a utilizar un eufemismo, no quiero ser maleducado- son trémulas. Se necesitan acciones firmes y finalistas, porque la Unión Europea no está, ni se la espera. Un paréntesis para decir que la UE podría aprovechar esta crisis para cambiarse el nombre y volver al primitivo que tuvo: Mercado Común. Porque en esta crisis está demostrando eso.

Desde posiciones políticas se está hablando de un proyecto tipo New Deal, el ideado por el presidente americano F.D. Roosevelt para superar la Gran Depresión de 1929. Pero en estos momentos, ni tenemos políticos de la talla de Roosevelt, ni estamos haciendo uso de lo que se llamó el trust de cerebros, eminentes economistas procedentes de las más prestigiosas universidades americanas, ni tampoco la economía del segundo cuarto del siglo XX era tan globalizada. Y, sobre todo, no tenemos los objetivos claros.

La crisis que se avecina sólo podrá superarse con eficaces políticas socio-económicas globales -ya que será una crisis mundial-, con políticas fiscales y laborales objetivas, con cooperación y, por desgracia, con mucho sacrificio.

Lo más que deseo en estos momentos es equivocarme en mis vaticinios.

Terminaré, como siempre, este artículo de opinión con unos versos. En esta ocasión son del poeta madrileño José Hierro:

Toca la vida sus palmas

y tañe sus instrumentos.

Acaso encienda su música

sólo para que olvidemos

Post scriptum: Como es un buen momento para leer -aunque para leer siempre es buen momento- dejo el título de los libros que he utilizado en este artículo por si algún lector está interesado en su lectura. Una petición: por favor, trate de adquirir siempre los libros en librerías de nuestra zona. El precio es el mismo que en las plataformas y comercios de internet. Y, si no los tiene, como buenos libreros, se preocupan de buscarlos. Es nuestra economía.

‘España se escribe con E de endeudamiento’. Gay de Liébana, J.M. (Deusto)

‘Europa Unida. Dieciocho discursos y una carta’. Churchill, W.S. (Encuentro)

‘Franklin D. Roosevelt’. Renshaw P. (Biblioteca Nueva)

‘El Pingüino y el Leviatán’. Benkler, Y. (Deusto)

‘Fiscalidad voluntaria y responsabilidad ciudadana’. Sloterdijk, P. (Siruela)