Cabildos con poca cabeza
Durante la pasada legislatura, Fernando Clavijo (CC), a la sazón, presidente del Gobierno de Canarias no dudó en afirmar públicamente que cada isla tendría un museo dedicado a Pepe Dámaso, tal es la ingente producción de obra del susodicho. En ese mismo periodo, el Cabildo de Fuerteventura anunció un mirador del mismo autor en un espacio natural en Jandía.
Ahora, el Cabildo de Gran Canaria anuncia la adquisición de la casa natal de Dámaso para albergar un "centro cultural de referencia, fiel reflejo de la vida y el trabajo del prolífico artista". A esta adquisición se suma otra en el mismo municipio, Agaete, para meter toda la producción existente. He dicho meter, no exponer, porque Dámaso no ha parado, no tanto de crear como de producir. Es conocida su relación con Manrique y con los artistas de la órbita de aquel. No sé si por esa razón, Dámaso quiso ser pintor, escultor, cineasta y hasta diseñador de miradores. La pregunta es si quiso ser artista por emulación o porque nació con las condiciones para ello, en ese eterno de si se nace o se hace. Mi personal idea es que hay artistas, de los cuales unos nacen y otros se hacen porque estos últimos son habilidosos para construir un personaje, lo cual no pretende ser una verdad absoluta sino una mera opinión.
Dámaso produce mucho, lo cual no significa que sea obra notable ni museable y tiene todo el derecho a montarse un museo o una agencia de viajes. Eso no implica que deba ser una administración pública quien deba asumir cualquier iniciativa si no se cuenta con los avales que deben exigirse.
Dámaso lo intentó con su fundación, bueno, más que él quienes brujulean a su alrededor y que antes fueron satélites de Manrique, pero no hubo manera, y eso que el ejemplo de la FCM indicaba que la cuestión de ser independiente y no recibir ayudas públicas no es baladí. La diferencia es que a la FCM le avala la obra y el discurso de Manrique.
La producción de Dámaso tiene el mérito del empeño, de quien desea algo con todas sus fuerzas, pero eso no significa nada más. No se aprecia buena obra en esa ingente producción, yo no percibo talento, y me entristece que a una persona de la edad de Dámaso le sigan llenando la cabeza de pájaros haciéndole creer que si Cesar llegó donde llegó, él debe tener su espacio porque se lo merece. Claro, si todo se gestionara en el ámbito de lo particular cada cual hace y anhela lo que quiere. Ahora bien, aspirar a determinadas ambiciones con dinero público, pudiendo ser una aspiración de cualquiera, el problema es que quien tenga la llave de la caja publica se ponga a gastar sin fundamento, sea el Cabildo de Fuerteventura o el de Gran Canaria.
¿Un museo municipal gestionado por el ayuntamiento en un inmueble lleno de obra donado al pueblo por su propietario? No digo yo que no. Pero esto parece una fórmula demasiado alejada de lo que pretenden los que corujean a su alrededor. Mostró igual de poca cabeza CC con Clavijo a la cabeza y produce perplejidad que no se encomendara más que a su santa voluntad para su desquiciada propuesta de que toda Canarias contuviera un museo de un autor. Les recordaría que ni el grueso de los artistas realmente notables, contemporáneos de Dámaso, cuentan ni con una sala en ningún museo de Canarias.
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