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Soñar una Fuerteventura autosuficiente a nivel energético y alimentario

El Plan Estratégico del Sector Primario contempla más de 100 propuestas y define líneas estratégicas para la Isla, desde la perspectiva del desarrollo sostenible

María Valerón 0 COMENTARIOS 23/06/2022 - 07:05

Conseguir la autosuficiencia alimentaria en más de un 70 por ciento en Fuerteventura en el largo plazo, garantizar la disponibilidad total de agua en los cultivos centralizados y dispersos, transformar toda la producción de agua y de energía destinada al sector primario hacia sistemas renovables y crear grandes espacios dotados de infraestructura agrícola, como el Sistema de Cultivo Tecnificado blindado frente al cambio climático. Son algunos de los ambiciosos objetivos del Plan Estratégico Holístico de Desarrollo del Sector Primario de Fuerteventura, un documento que ha pasado la fase de consulta pública y que, una vez aprobado por el pleno del Cabildo de Fuerteventura, establecerá una hoja de ruta para las futuras políticas públicas en materia de agricultura, ganadería y pesca en la Isla.

El Plan, que fue presentado en las jornadas técnicas de ganadería de la Feria de Agricultura, Ganadería y Pesca de Fuerteventura (FEAGA), propone la aplicación de 40 medidas directas en el sector agrícola, 15 en el ganadero, cinco en pesca y cinco en acuicultura, además de 44 medidas globales de aplicación generalizada.

El investigador y catedrático de universidad Roque Calero (Ingeniería Calero Luna), uno de los tres investigadores encargados de la redacción del plan, detalla como claves tres objetivos principales: autosuficiencia alimentaria, autosuficiencia energética y sustento de agua (producida con energía renovable) para todos los cultivos.

“En primer lugar, es fundamental garantizar el agua para pequeños y grandes cultivos, poniendo en marcha desaladoras con energías renovables que permitirían producir agua de forma muy barata y con mucha calidad: el problema del agua en Fuerteventura, con esta vía, ya no debería existir jamás”, señala el investigador, que indica que el plan propone “suministrar agua a todos los pequeños agricultores y también distribuirla en todos los pequeños cultivos, también los domésticos, que están abandonados: dotarlos de su estanque, favorecer que regresen los huertos y cultivos familiares, pero con agua garantizada”.

Para la consecución de la autosuficiencia alimentaria, uno de los objetivos más ambiciosos de las líneas desarrolladas, Calero señala la creación de “células alimentarias”, profesionalizadas y tecnificadas, grandes infraestructuras agrícolas donde concentrar actividades y servicios del sector, con el objeto de reducir el impacto ambiental sobre el territorio: “La propuesta es hacer en la Isla tres grandes centros de producción agrícola: cultivos de alta tecnología, que además están preparados frente al cambio climático (son cerrados, verticales en muchos casos y muy tecnificados) que garantizan la producción de alimentos independientemente de las condiciones atmosféricas. Se trataría de crear tres parques, como polígonos industriales que en lugar de tener industria tienen producción de alimentos”, explica.

En la línea de las energías, el experto es categórico: todo el sector puede y debe nutrirse de energías renovables, de forma que se potencie de un lado el desarrollo de un sector clave para la sostenibilidad ambiental y, de otro, se garantice el impacto cero en el medioambiente en las acciones ejecutadas por el sector.

“El resto del plan trata acciones variadas, entre las que destacan la formación y profesionalización de los trabajadores del sector, proyectar y poner en marcha las estaciones desaladoras a partir de energías renovables para suministro agrícola, planificar la adquisición de frigoríficos alimentados por renovables para mantener los alimentos, asociar con el turismo y con el tejido cultural y educativo... El plan abarca más de cien propuestas, con su valoración económica”, explica Calero.

Según puede extraerse del documento, la propuesta para la ejecución total de las acciones (a un plazo de diez años vista) supondría una inversión pública de cerca de 115 millones de euros, divididos entre las distintas administraciones: el Cabildo de Fuerteventura asumiría casi 45 millones de euros de la inversión, el Gobierno de Canarias cerca de 59 millones de euros, el Gobierno de España y la Unión Europea más de 37 millones de euros y los ayuntamientos de la Isla alrededor de 500.000 euros. El grueso del presupuesto planificado reside, no obstante, en la financiación privada (un 68 por ciento del total), cuantificada en más de 300 millones de euros.

Acciones iniciales

Si bien el Plan estratégico define inversiones y acciones de gran envergadura, también se definen las líneas de base y un cronograma de desarrollo para la ejecución paulatina de las distintas propuestas, donde la formación, garantizar el suministro hídrico y el análisis de las características específicas del mercado y del territorio se sitúan como primordiales.

Así, entre otras cuestiones, se señala como punto de partida la realización de diferentes estudios que permitan cuantificar necesidades de producción alimentaria de la Isla: tipología y volumen de la dieta de productos agrícolas de residentes y turistas, dependencia del exterior de los productos agrícolas consumidos, los costes de energía, los recursos necesarios en tipos de cultivo, suelo, agua y tecnología para cubrir el consumo de la población o el análisis de tipos de cultivos para su introducción, entre un amplio número de investigaciones. También propuestas como la creación de un banco de semillas agrícolas tradicionales y su conservación en germoplasma, o la preparación, junto al sector privado, de un catálogo de negocio relacionado al sector primario.

En un plazo de 10 años se plantea una inversión pública de 115 millones de euros

El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, David de Vera, señala como aspectos prioritarios, una vez que el proceso culmine y el plan haya sido aceptado y aprobado en el pleno de la Corporación insular, “iniciar el trabajo de formación de profesionales del sector, que es una de las herramientas clave para profesionalizarlo, porque favorece el relevo generacional, y poner en marcha un plan de regadío a nivel insular para la producción de agua”.

En relación a este plan de regadío, De Vera apunta a la creación de “tres centros de producción para agua agrícola, con uso de energías alternativas, vinculados exclusivamente a la agricultura. Y en paralelo, aprovechar el agua depurada que en la actualidad se vierte al mar, intentar aumentar el agua de riego incorporando agua depurada, que tiene un coste energético que no estamos rentabilizando”.

“Era necesario hacer un estudio integral de la situación de la Isla y definir las líneas estratégicas de la Consejería en relación al desarrollo del sector, con objetivos claros y a largo plazo”, señala el consejero. “Es ambicioso, pero si se aplica de forma continuada ya es un enorme avance si realmente queremos que el sector primario sea un motor económico y una alternativa de empleo en la Isla”.

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