El Cabildo firmó hace dos años un convenio con el CSIC y obtuvo financiación del Gobierno, pero no ha puesto en marcha la instalación en Alegranza para medir la contaminación
Lanzarote pierde el Observatorio Atmosférico de Canarias
El Cabildo firmó hace dos años un convenio con el CSIC y obtuvo financiación del Gobierno, pero no ha puesto en marcha la instalación en Alegranza para medir la contaminación
El Observatorio Atmosférico de Canarias que se iba a instalar en Alegranza no se llevará a cabo. En febrero de 2020, la presidenta del Cabildo de Lanzarote, Dolores Corujo, firmó un convenio de colaboración con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para dar forma a este observatorio con el objetivo principal de estudiar la reducción de gases para aumentar la calidad del aire en las Islas. Dos años y medio después no se ha avanzado nada y el proyecto ya se ha descartado por parte del CSIC, aunque aún no se ha decidido si tendrá una nueva ubicación.
Corujo señalaba entonces, tras la firma del convenio, la importancia de “tratar la reducción de gases y aumentar la calidad del aire” y destacaba que, según los científicos, Lanzarote cuenta con la mejor ubicación de Canarias para evaluar las consecuencias sobre la salud.
La elección de Alegranza residía en que es un lugar apartado de fuentes de contaminación locales y, al ser el punto más cercano a África, podría servir para medir sin interferencias la contaminación que llega desde ese continente a través de las corrientes y las partículas en el aire.
El Grupo de Estudios de Contaminación Atmosférica de Izaña (Tenerife), dependiente del CSIC, defendía que Lanzarote ofrece la mejor ubicación del Archipiélago canario para instalar un observatorio atmosférico que evalúe las consecuencias de la contaminación y establezca mecanismos de control para mitigarla.
El Gobierno de Canarias aportó una partida de 250.000 euros para este proyecto. El Partido Popular aseguró en septiembre del año pasado que el Cabildo tuvo que devolver el dinero por no llevar a cabo el proyecto. El Cabildo no ha querido dar explicaciones a Diario de Lanzarote sobre los motivos de que no se haya podido hacer el observatorio, que iba a servir también para definir las acciones que se adopten posteriormente desde el Gobierno de Canarias para combatir los efectos del calentamiento global en el Archipiélago, para integrar a las Islas en la Red Mundial de Observatorios y para incentivar la puesta en marcha de este tipo de órganos en el área de la Macaronesia.
Las partículas ultrafinas de polvo que emite el Sáhara tienen una relación directa con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, pero las estaciones de medición instaladas en Lanzarote no miden el hollín ni estas partículas ultrafinas, que es uno de los contaminantes del aire potencialmente más peligrosos para la salud, aunque la ley todavía no exija su medición. Un trabajo codirigido entre el Hospital Universitario de Canarias y el CSIC estudió las consecuencias nocivas de respirar todos los elementos que llegan con la calima.
Por otra parte, el cambio climático y la contaminación de la atmósfera marina también están teniendo impactos sobre los ecosistemas marinos, aunque su dimensión no se conoce del todo por la escasez de observaciones a largo plazo. Además de la costa norte de Lanzarote y el Archipiélago Chinijo, otras posibles ubicaciones de ese observatorio serían Tenerife o La Palma, donde la persistencia del alisio permitiría medir las masas de aire que llegan con contaminación de fondo desde Europa y el Norte de África y medir también los niveles de ozono, monóxido de carbono, sulfato, nitrato, hierro, vanadio o níquel.
El observatorio permitiría tener registros a largo plazo de estos contaminantes en la atmósfera marina. Manuel Nogales, director del CSIC, señala en conversación telefónica que “estaba todo ok” pero que no tiene mucha más información sobre ese tema ya que es el Cabildo de Lanzarote el que debe tomar la decisión de llevarlo a cabo. Asegura que el CSIC hizo el asesoramiento científico del proyecto. “Estamos muy ocupados y nosotros no lo activaremos si ellos no toman la iniciativa, ya que nos limitábamos al asesoramiento científico”, afirma.
La presidenta del Cabildo firmó un convenio con el CSIC.
Además de la costa norte de Lanzarote y Chinijo, hay otras ubicaciones
Nogales dice que el proyecto no lo dan “ni por perdido ni por ganado” y asegura que el CSIC no tiene el dinero necesario para llevarlo a cabo. Preguntado sobre si lo podría hacer el Cabildo con otra institución, asegura que “sería más complicado que saliera adelante”, pero afirma que le parecería bien si finalmente se hiciera. Considera que el proyecto aún es factible y se podría reactivar, pero que depende de los fondos y desconoce si “en la crisis actual” hay partidas para este proyecto o se destinará el dinero a otra cuestión.
La importancia del observatorio radica, según Nogales, en que es relevante contar con datos fiables. Subraya que los vecinos de nuestro entorno en África, como Marruecos, están llevando a cabo un desarrollo industrial, y por eso “va a ser importante tener controlada la calidad del aire que nos llega”, entre otros factores. “Tener datos es muy importante, y también tenerlos antes de que ocurra algún episodio, para poder comparar”, añade.
Nogales subraya la importancia de la información durante la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma, donde “los datos del CSIC fueron muy importantes a la hora de tomar las decisiones”. Por otra parte, destaca que Alegranza sería la ubicación ideal, pero también podrían servir otras ubicaciones en la isla de Lanzarote.
El estudio
En el estudio de Ecologistas en Acción titulado La calidad del aire en el Estado español, se hace mención a la escasez de datos en las Islas. “Resulta elemental que el Gobierno de Canarias se esfuerce por mejorar la medición y la información de la calidad del aire en su comunidad”, concluye.
Ese estudio señala que en Canarias, en contra de la tendencia general en el resto del país, aumentó en 2020 en más de un tercio en relación al periodo entre 2012 y 2019 la concentración media de las partículas PM10 “debido a la mayor frecuencia de los episodios de intrusión de polvo africano, en especial durante el primer trimestre del año”. Es la cifra más alta que se ha registrado en la última década.
Faro de Alegranza. Foto: Adriel Perdomo.
“Resulta elemental mejorar la medición y la información de la calidad del aire”
Los peores apuntes se dieron en las islas de Lanzarote y Fuerteventura, más próximas al continente africano, y al sur de Gran Canaria y Tenerife. Por otra parte, el estudio señala que “el cuadro general de las Islas Canarias presenta determinados puntos de contaminación importantes, como son las centrales termoeléctricas, la antigua refinería de Santa Cruz de Tenerife, el tráfico marítimo en los principales puertos de las islas, el tránsito aeroportuario y el tráfico rodado de las áreas metropolitanas de Santa Cruz de Tenerife-La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria”.
“La contaminación generada en estos focos se esparce por el resto de los territorios insulares alcanzando lugares alejados de estas fuentes. Un problema específico de Canarias es la proximidad al continente africano, que explica los elevados niveles de partículas PM10 por la frecuencia de los episodios de intrusión de polvo sahariano, que también es dañino para la salud.
Como consecuencia, toda la población canaria respiró en 2020 un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS, siendo 930.000 los canarios (el 43 por ciento de la población) que viven en las tres zonas donde se superaron los límites legales de partículas PM10: Fuerteventura y Lanzarote, sur de Gran Canaria y sur de Tenerife”, concluye.
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