SOCIEDAD

Danza, expresión e inclusión en Lanzarote: Diversos y visibles

El proyecto culminará en un documental sobre esta experiencia y en un espectáculo de danza contemporánea con bailarines profesionales y aficionados

Saúl García 1 COMENTARIOS 17/01/2022 - 07:03

“Mirando al espejo. Doblo uno, sube, doblo otro, muy elegante, tres, subo, cuatro subo...”. Patricia dirige una sesión de danza contemporánea. Son cinco hombres y nueve mujeres frente al espejo en el gimnasio de las instalaciones de Adislan en Tahíche. “...Y cinco, seis y siete y lanzo, reco, al otro lado...”.

“Se trata de iniciarlos en la danza contemporánea, que va un poco más allá de la salsa o el reguetón, a lo que están más acostumbrados”, explica Patricia. Aprenden la base técnica y los movimientos. “Se ve ya en las posiciones que están muy concentrados y más trabajados, tienen más fuerza y más flexibilidad. Es lo mismo para cualquier persona que se inicia en la danza, no hay ninguna diferencia y el único límite son las dificultades técnicas para no forzar lesiones”, explica.

Los ensayos comenzaron en el mes de julio y ya se notan los avances. La intención es que el resultado pueda verse en el escenario del Teatro El Salinero a finales de marzo. El espectáculo final aún es un secreto, pero habrá música hecha para la ocasión y coreografías propias. El nombre estará relacionado con el proyecto que, por cierto, se llama Diversos in visibles. Será, en definitiva una actuación de danza contemporánea, con la salvedad de que habrá bailarines profesionales y otros, usuarios de Adislan, que están empezando.

La principal diferencia con cualquier otro ensayo de estas características es que también asisten tres monitoras: Jenni, que es de Adislan, Sara, terapeuta, y Carmen, psicóloga. Jenni comenta que, de momento, apoyan a las monitoras del proyecto “hasta que conozcan bien a todos”.

Casi todos bailan de forma autónoma. Elisa está en silla de ruedas y María necesita ayuda para moverse, “pero todos pueden aportar algo”. Jenni asegura que es muy importante para ellos, emocionalmente, establecer primero un vínculo con Patricia. Carmen dice que las clases les dan seguridad en sí mismos, mayor autoestima, y que el arte, en este caso la danza, es un medio de expresión que les permite expresarse en público de otra manera.

El proyecto es para miembros de Adislan, pero está dirigido también a toda la sociedad

Todo empezó con la Escuela Celia Medina, cuyo proyecto Studio Danza Emocional, ganó la novena edición del Premio Lanzarotemprende 2020 de la Cámara de Comercio de Lanzarote. A Celia se le ocurrió que este proyecto podía ser viable.

“Me pareció que se podía dar visibilidad a través de la danza a lo que estas personas pueden aportar con un proyecto artístico”, dice.

El proyecto arrancó con un casting que tuvieron que pasar todos los que estaban interesados en la danza. Al final, fue una selección “simbólica” porque se seleccionó a todos los que se presentaron. El proyecto tiene, desde el principio, el respaldo de Adislan y también cuenta con el apoyo del Cabildo de Lanzarote y los ayuntamientos de Yaiza y Tías. Además, se ha sumado un equipo técnico de coreografía, luces, sonido, etcétera.

Ensayan una vez a la semana y se graba casi todo lo que se hace para hacer un documental que narre esta experiencia. En las redes sociales ya se pueden ver algunos testimonios. “Me gusta mucho la danza -dice Lucía-, cuando bailo me siento yo”. “Soy Domingo, me gusta Diversos y me dan la oportunidad de bailar. Cuando bailo me siento feliz”. Acerina dice: “La danza es accesible a todos los cuerpos”. De estas tres personas, la única que es bailarina profesional es Acerina.

Celia dice que el proyecto es para los participantes, pero que también está dirigido a toda la sociedad “para que vean los demás lo que son capaces de hacer”. Explica que los beneficios, más allá del proyecto artístico, están claros: “Trabajan su cuerpo, se expresan y afrontan un reto ellos solos”.

En Diversos no hay etiquetas ni apellidos. “Hay mucha diversidad, no etiquetamos”, dice Celia, para quien se trata de un proyecto artístico al que se le suma la característica de la inclusión. Asegura que todos tienen una motivación especial por la música y por la danza: “Lo principal es que también esa cohesión del grupo les da confianza. Creemos que son ellos los que tienen los límites, pero no es así, las barreras no son de ellos, sino con el tema de la discapacidad. Se trata de normalizar, pero en realidad se hace lo mismo que con otros bailarines”. Y habla del casting: “Sorprende que estaban delante de mucha gente y no les afectó, y entonces se pregunta una: ¿quiénes son los que tienen límites?”.

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me gusta hacerlo es mi trabajo eso quiero trabajar

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