La estación aérea para el despegue de aeronaves no tripuladas tiene declaración de impacto ambiental favorable y un presupuesto de más de 13 millones de euros
Fuerteventura, a la estratosfera: claves del millonario desarrollo del Parque Tecnológico
La estación aérea para el despegue de aeronaves no tripuladas tiene declaración de impacto ambiental favorable y un presupuesto de más de 13 millones de euros
La inversión global prevista se antoja descomunal: 67 millones de euros. El procedimiento territorial es novedoso: la primera declaración de interés insular que saldrá en Canarias con la nueva Ley del Suelo. Y el objetivo, tremendamente ambicioso: convertir Fuerteventura en banco de pruebas para aparatos aéreos que alcancen los 20 kilómetros de altura.
En plena crisis económica por la pandemia, la apuesta por una iniciativa de esta envergadura ha concitado prácticamente unanimidad política, y el presidente del Cabildo majorero, Sergio Lloret, se muestra convencido: “Hay multinacionales que reciben fondos para investigación, que tienen que cumplir unos calendarios, a los que solo les falta el emplazamiento para realizar pruebas y que han elegido Fuerteventura porque consideran que tiene las características idóneas”.
¿En qué consiste el proyecto? El nombre –Canarias Stratoport for HAPS- no ayuda a entender demasiado la iniciativa, salvo que se trate de personas familiarizadas con ese mundo de las aeronaves no tripuladas, que aprovechan los vientos débiles de la estratosfera y la energía solar para volar hasta los 20.000 metros de altura, sin interferir con la aviación comercial. Precisamente eso es lo que significa el acrónimo HAPS: pseudosatélites que alcanzan una altura elevada, por sus siglas en inglés.
Básicamente, hay dos tipos: los dirigibles o aerostatos y los aviones de ala fija. Se trata de aeronaves no tripuladas, pilotados de forma remota, algunos de ellos con capacidad para cubrir un área de 785.000 kilómetros cuadrados, aunque en la documentación del proyecto se considera la posibilidad de que “de forma ocasional” se pueda dar la circunstancia de efectuar “operaciones de aeronaves tripuladas para casos como emergencias o incendios”.
En cualquier caso, el principal objetivo es la investigación. “Se está produciendo innovación tecnológica a escala mundial en este tipo de aeronaves, también en los drones, que cuentan con muchísimas aplicaciones, desde las comunicaciones, la seguridad, las emergencias o incluso el transporte urgente de productos”, detalla el presidente del Cabildo en una entrevista con Diario de Fuerteventura. “Estados Unidos y China llevan ventaja a Europa, que está destinando ingentes cantidades de recursos a investigación”, añade.
En esa liga es en la que quiere jugar el proyecto de Fuerteventura. Aunque surge ahora, la iniciativa lleva varios años de recorrido: en marzo de 2019, la Agencia Espacial Europea y la empresa del Parque Tecnológico, que depende del Cabildo, firmaron un compromiso –“carta de intención”- para la “implantación de un área definida” en la que efectuar despegues, aterrizajes y ensayos de pseudosatélites y otros vehículos aéreos.
¿Dónde se ubicaría? En el Parque Tecnológico, en el antiguo aeródromo de Los Estancos, al sur del actual edificio del centro. La zona de operaciones estará compuesta por varias áreas y edificios, como dos hangares inflables con una altura de 54 metros, y una pista de 928 metros de longitud total. La plataforma de la estación aérea y los hangares tendrán capacidad para que operen aeronaves con 72 metros de envergadura. Por su parte, la pista de vuelos “será compatible con aeronaves de pequeñas dimensiones” e “incluso tripuladas en el futuro”.
La orientación de la pista, se señala en la documentación del proyecto, está pensada para adecuarse al régimen de vientos dominante en la zona y el coeficiente de utilización supera el 92 por ciento del tiempo. “Todas las operaciones que se lleven a cabo desde el Stratoport”, se aclara en el proyecto, deben realizarse en “coordinación” con el Aeropuerto de Fuerteventura.
Como no se descartan “obstáculos móviles”, como pequeñas aeronaves “que invadan sin permiso el espacio aéreo del Stratoport”, especialmente en despegues y aterrizajes, o drones que “pudieran operar sin permisos en las proximidades”, en el proyecto se contempla la instalación de un radar.
La superficie total de la estación aérea supera los 1,2 millones de metros cuadrados. Para los hangares se destinarán unos 50.400 metros cuadrados, aproximadamente. El proyecto acaba de obtener, a finales de diciembre, la declaración de impacto ambiental positiva, con escasas condiciones.
Con la declaración de interés insular en la mano, se podrá licitar el proyecto, que está presupuestado en 13,3 millones de euros. A ello se suman los terrenos rústicos que se tendrán que adquirir, con un coste de unos tres millones.
Se barajó la alternativa de levantar el Stratoport al norte del Parque Tecnológico, en parte en una zona ya urbanizada, pero se descartó porque eran los terrenos del “antiguo vertedero municipal” y el suelo presenta “condiciones geotécnicas poco adecuadas”.
“Tenemos como fecha límite junio de 2023”, insiste Lloret. En ese momento, el Stratoport debería estar plenamente operativo.
¿Cómo se financia? “La inversión global en el Parque Tecnológico rondaría los 67 millones de euros, de los que 26 millones ya los tenemos comprometidos con la percepción de ayudas públicas”, explica Sergio Lloret, quien apunta que el otro “gran proyecto” es un centro de innovación y desarrollo de misiones de emergencia, biodiversidad y seguridad, mediante el uso de drones. El Parque Tecnológico albergaría el centro logístico para las operaciones y para formar a los pilotos de drones.
“La inversión global en el Parque rondaría los 67 millones de euros”
Tras cierta batalla política, ha terminado saliendo adelante la ampliación de capital de la empresa pública del Parque Tecnológico, que pertenece al Cabildo, por 38,5 millones de euros. “Cuando se trata de inversiones plurianuales es preciso licitar el conjunto de las obras y hay que tener respaldo financiero para asumirlas todas, no solo una parte”, destaca el presidente de la institución insular.
La ampliación del capital sale de los casi 200 millones de euros que el Cabildo tiene de remanente, fondos que están en los bancos. “Somos conscientes de que de lo que adelantemos se va a recuperar una gran parte después”, señala Lloret.
“Que la sociedad del Parque Tecnológico, que ya se está teniendo a escala internacional como una opción, tenga el respaldo de un capital de unos 40 millones, le da solidez en Europa”, añade.
En el Archipiélago, asegura el presidente del Cabildo majorero, ya hay quien mira de reojo la ventaja de Fuerteventura en este campo. “Contamos cerquita con competidores, como Gran Canaria, que está peleando por estos mismos proyectos, pero tenemos la ventaja de haber iniciado antes este camino y tener los proyectos muy avanzados”, resalta Lloret.
Las bases del proyecto están, y el interés de las empresas tecnológicas y aeronáuticas “no ha decaído”, apostilla el presidente. No queda mucho para asistir al despegue y comprobar si las expectativas se cumplen.
Añadir nuevo comentario