Son una de las especies más afectadas por la contaminación por plástico en su hábitat natural, pues este material se suele confundir con alimentos como algas y medusas
![](https://diariodecanarias.es/sites/default/files/archivos/2015/Agosto%202015/310822-tortugas980.jpg)
Todas las tortugas que pasan por un centro de recuperación canario han comido plásticos
Son una de las especies más afectadas por la contaminación por plástico en su hábitat natural, pues este material se suele confundir con alimentos como algas y medusas
Todos los ejemplares de tortuga tratados en el centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla, en Tenerife, han ingerido plástico a lo largo de su vida.
Así se evidencia por la presencia de este material en sus heces recogidas mientras se encuentran en el centro, así como en los filtros de las piscinas de recuperación del mismo.
Son frecuentes los casos en los que las tortugas que se recuperan en La Tahonilla ingresan afectadas con enmallamientos de redes o bolsas o bien por tener trozos de plástico en su aparato digestivo, detalla el Cabildo de Tenerife en un comunicado.
Alejandro Suárez, veterinario del centro, explica que las tortugas marinas son una de las especies más afectadas por la contaminación por plástico en su hábitat natural, pues este material se suele confundir con alimentos como algas y medusas.
Abunda en que la probabilidad de fallecer de una tortuga que ingiere un pedazo de plástico aumenta el 20 por ciento, proporción que va a más cuanto más material de este tipo introduce en su organismo.
En La Tahonilla, centro dependiente del área de Gestión del Medio Natural del Cabildo de Tenerife, se presta atención veterinaria a los ejemplares de tortugas marinas afectadas por diversas patologías.
En los filtros de las piscinas de las instalaciones del centro en las que las tortugas se rehabilitan periódicamente se siguen encontrando restos de microplásticos, prueba de la ingesta constante de los mismos en su medio natural.
Alejandro Suárez detalla que la ingesta continua de microplásticos altera la microbiota gastrointestinal de los animales, y a su vez su proceso digestivo, lo que provoca que acumulen gas y eso les cause problemas de flotabilidad en el mar, lo que a su vez les incapacita para seguir alimentándose.
Estos plásticos están compuestos por diferentes sustancias entre las que se pueden encontrar tóxicos que afectan de diversas formas a las tortugas.
Asimismo, el consumo de macroplásticos también altera la digestión y produce cambios físicos en el aparato digestivo de esta especie.
Un ejemplo de ello es el caso de una tortuga boba que ingresó al centro de recuperación La Tahonilla con restos de nylon en su orificio rectal.
Añadir nuevo comentario