Los pescadores majoreros esperan con impaciencia la llegada del año 2017 para retomar la captura de atún blanco tras dos años excepcionalmente buenos de esta especie. Este año la campaña finalizó antes de tiempo para los marineros tras comprobar que se había alcanzado el cupo establecido en Canarias que ronda las 4.800 toneladas.

“En enero podemos volver a pescar esta especie ya que este año terminó muy pronto para nosotros, y por ejemplo la captura de atún rojo está tan restringida que resulta ridícula para el sector en Canarias”, advierte el patrón de la Cofradía de Pescadores de Gran Tarajal, Juan Ramón Roger. El representante de este gremio fue el impulsor hace ya 16 años del paro biológico y la moratoria en el uso de las artes más agresivas en Fuerteventura, una decisión compleja para preservar los recursos marinos que generó un gran debate con la retirada del palangre y las nasas pero que fue fundamental para trazar el presente y el futuro.

Un sector que los patrones de las cofradías consideran bastante abandonado por parte de las autoridades e instituciones y que ha sobrevivido en Fuerteventura gracias al empeño y voluntad de los marineros tradicionales. “Hace falta un mayor compromiso político para trabajar y atender las necesidades del sector en Canarias, necesitamos un apoyo real porque estamos ahogados con las normativas e impuestos”, destaca Roger.

“Nuestro oficio está muy reconocido en todo el mundo por lo que representa en la alimentación de las familias pero aquí no hay interés verdadero por acabar con el furtivismo, vienen barcos de otras islas a echar nasas prohibidas, los barcos deportivos hacen lo que quieren y no hay sanciones; también vivimos bajo una gran presión de impuestos y normativas”, señala.

Además, apunta, “la modernización de las instalaciones y la mejora de los puertos es fundamental y, tampoco se ha logrado sacar adelante el proyecto de pesca y turismo. Muchos extranjeros nos preguntan y quieren conocer nuestra forma de trabajar, ya que en cada sitio es diferente. Todo eso genera riqueza, bienestar y estrecha lazos de amistad entre los pueblos. Existe un gran olvido, se colocaron unos arrecifes hace años debajo del Faro de la Entallada y no se ha hecho un seguimiento ni se ha controlado”, resume Roger.

En Gran Tarajal faenan unos 40 barcos profesionales de entre siete y nueve metros de eslora que salen a banquetes al oeste de la Isla hasta 50 millas, aunque lo habitual es salir a 10 o 15 millas por toda la Isla. “En Gran Tarajal hemos logrado el relevo generacional y que haya nuevos marineros interesados en comprar barcos. Creo que con la crisis el zapato ha estado estrecho para todos y los marineros que quieren trabajar pueden vivir de este oficio en la actualidad”, afirma Roger.

La citada Cofradía es autosuficiente en la actualidad y no depende tanto de las ayudas. “Funcionamos con una buena organización porque todos los marineros venden sus capturas aquí y eso nos permite tener gasoil y los servicios que necesitamos para trabajar. Tenemos precios fijos y nuestro pescado llega a los supermercados y hogares de la isla, y sale incluso a Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife”, explica Roger.

La pesca para la época navideña es muy variada: desde medregal, sama, cherne, merluza, cabrilla, salmonete o besugo, aunque este último es escaso. “Son las especies más demandadas para las fiestas navideñas; las familias piden un pescado grande para horno y los precios son bastante ajustados rondando los 10 euros el kilo”, detalla el patrón de Gran Tarajal.

El patrón de la Cofradía de Pescadores de Morro Jable, Juan Francisco Placeres, critica las restricciones impuestas desde Europa y a escala nacional, teniendo que pasar miserias el profesional majorero. “En Morro Jable los marineros también estamos bastante bien organizados y funciona esta asociación con una gran venta a restaurantes, aunque tal vez somos el puerto majorero con menos profesionales, unos 25 barcos, debido a que muchos marineros se han jubilado y las nuevas generaciones han abandonado para dedicarse a la hostelería o el turismo”, señala Placeres. En el muelle de Morro Jable, El Castillo y Corralejo los barcos deportivos son muy numerosos y algunos se dedican al turismo sacando a los visitantes de paseo para contemplar las especies marinas.

Los marineros insisten en el abandono del sector y exigen políticas y duras sanciones para acabar con el furtivismo

El consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Fuerteventura, Juan Estárico, matiza que sí existe por parte de la primera institución insular una preocupación y un seguimiento para conocer las necesidades del sector y queremos que trabajen en las mejores condiciones posibles.

“Creo que el sector pesquero de Fuerteventura se ha renovado, tiene un gran futuro con la entrada de marineros jóvenes y existe un gran interés por defender este sector con tanta historia en la Isla”, afirma. El consejero reconoce que hace falta una mayor unión de los profesionales y atajar el furtivismo con medidas reales.

En el Norte de Fuerteventura, exactamente en El Cotillo, es donde el Gobierno de Canarias respondió por fin a una demanda histórica con la compra de una grúa fija capaz de elevar un peso de cinco toneladas, para el muelle pesquero de la localidad. Esta infraestructura servirá para la extracción del mar y puesta en él de las embarcaciones. Los profesionales han recibido con mucha alegría esta obra de final de año porque ofrece una esperanza al sector en la zona.

El furtivismo indigna a los profesionales de Corralejo

El patrón mayor de la Cofradía de Corralejo, Fito Carballo, afirma que la pesca de furtivos en las zonas Norte y Oeste causa una gran indignación y desesperación entre los profesionales, arrasando con artes sin control con total impunidad. “Sabemos que la Guardia Civil del Mar está implicada y trata de pillarlos pero vienen con radares y desaparecen cuando van a por ellos. Hay que poner una solución de forma urgente, aprobar una ley, las nasas deben estar identificadas con sus propietarios para contabilizar cuántas tienen. Exigimos que se prueben sanciones más fuertes porque de lo contrario van a acabar con los marineros de Corralejo”, reflexiona Carballo.

En el Norte se practica una pesca menor con barcos de unos cinco metros de eslora y están en activo unos 40 barcos, “aunque muchos se van del sector porque no le ven futuro”. “Aquí trabajamos con el pescado, el blanco es muy escaso y escapamos gracias a la vieja que se vende por completo en la Isla”, apunta Carballo. Fuerteventura cuenta con una flota de un centenar de barcos y unos 150 profesionales. La pesca es enteramente artesanal y alterna diferentes tipos de arte, fundamentalmente línea de mano y caña, nasa y tambores en un plan especial, poteras, traíña o chinchorro. Las principales capturas de esta flota son túnidos y especies demersales, como el bocinegro, sama, cabrilla, mero o vieja.

Plan de gestión de las pesquerías artesanales

La Ong WWF ha logrado un acuerdo histórico para el sector de la pesca artesanal en Fuerteventura a través de la creación de un grupo de trabajo que elabore un plan de gestión del sector. Marineros, administraciones, investigadores y ONG ambientales formarán parte de este equipo de trabajo para preservar los recursos marinos, y así evitar que la imposición venga de fuera. La idea es diseñar un Plan de gestión de las pesquerías artesanales de Fuerteventura que mejore su sostenibilidad dando respuesta a los problemas del sector.

El grupo de trabajo se encarga de coordinar y dar seguimiento a este proceso participativo y existe un compromiso de todas las instituciones que asistieron al foro en Puerto del Rosario. Los patrones de las cofradías se mostraron entusiasmados para que puedan ser los profesionales los que planifiquen la sostenibilidad del sector de cara al futuro. Una veintena de pescadores de las cofradías de Corralejo, Gran Tarajal y Morro Jable, asistieron al encuentro junto a representantes de la Dirección General de Pesca del Gobierno de Canarias, del Cabildo de Fuerteventura, del Servicio Marítimo Provincial de la Guardia Civil, así como con investigadores de la ULPGC y la ULL, miembros de Oceana y el colectivo WWF.