El joven majorero busca levantar un proyecto para convertir la Isla en una pasarela, con la ayuda de diseñadores de la talla de Dolce & Gabbana y otros contactos del circuito
Pablo Noriega: “En el mundo de la moda estás expuesto a que te juzguen”
El joven majorero busca levantar un proyecto para convertir la Isla en una pasarela, con la ayuda de diseñadores de la talla de Dolce & Gabbana y otros contactos del circuito
La carrera de Pablo Noriega como modelo profesional ha sido vertiginosa, después de que con 21 años participara de manera fortuita en el certamen de Míster Fuerteventura, en el que quedó primer finalista. La oportunidad surgió en un parón veraniego de sus estudios de Ciencias del Deporte que estaba realizando en Madrid. Durante ese verano, trabajó en un establecimiento de una cadena multinacional de moda en Puerto del Rosario, donde casualmente acudieron los organizadores de la gala para vestir a los participantes. El propio jurado del evento fue el que le animó a participar y, desde entonces, no le ha ido nada mal.
El certamen Míster Fuerteventura le abrió las puertas del mundo de la moda, pero no sin haberse ganado a pulso su lugar entre los grandes modelos masculinos del momento. Tras su éxito en el certamen, viajó a Las Palmas de Gran Canaria, donde pasó a formar parte de la agencia MasQmoda, que más tarde le puso en contacto con importantes agencias en Barcelona para, finalmente, recalar en las internacionales, como Sight Management, Madmodels o Boom Models Milano, de las más importantes del circuito.
Ha desfilado en las pasarelas masculinas más importantes, como Madrid o Milán. En la ciudad italiana, meca de la moda, ha estado viviendo durante los últimos años. Ha trabajado para prestigiosas marcas de moda internacionales, como Calvin Klein o Vivienne Westwood, y ha sido portada de numerosas revistas, como Q, Esquire, Stilo, Mía o Arte de Vivir, en la que protagonizó la portada junto con Judith Mascó. Actualmente, es uno de los modelos españoles más demandados internacionalmente, tras prestar su imagen a importantes firmas del sector textil y cosmético como Buenos Liberto, Merkal Calzados, Grupo Cortefiel, El Corte Inglés, Garnier o L´Oreal París. Al tiempo que ha trabajado con los más reconocidos fotógrafos del país, como Chesco López, Valero Rioja o Juanjo Molina.
Asegura que, para mantener el ritmo que imprime el mundo de las pasarelas a los profesionales de primer nivel, “la moda te tiene que ilusionar y gustarte. Enfocar todas tus energías y que te motive”. Dice que le encanta su trabajo porque también es un amante de la fotografía, lo que le facilita estar rodeado de cámaras, luces y flashes. “Me sube la adrenalina, es algo que me engancha”, comenta ilusionado. Sin embargo, en la cara menos amigable del mundillo se encuentra que “es una profesión para la que hay que estar muy fuerte psicológicamente, porque te expones a ser juzgado cada vez que te presentas a un casting. Hay que tener la suficiente fortaleza para aguantar y no tirar la toalla”, comenta.
Ha desfilado en las pasarelas masculinas más importantes, como Madrid o Milán. Ha trabajado para prestigiosas marcas de moda internacionales como Calvin Klein o Vivienne Westwood y ha sido portada de numerosas revistas
En cuanto a la vida fuera del terreno profesional, subraya que, con tantos viajes, es difícil compaginar la vida social y familiar y poder realizar las visitas a la Isla que le gustaría, y más teniendo en cuenta que ha estado viviendo muchos años en Milán. “Al principio es difícil compaginar la profesión con algo más”, explica. Hasta el punto de que entiende que para tener pareja es más fácil si la otra persona también se dedica a la moda, para que pueda comprender las ausencias y viajes.
Pablo asegura que no ve al resto de modelos como la competencia. “Hay más competitividad en el mundo de la moda femenina”, señala. Y dice que ha podido hacer muchos amigos en el circuito, como Jon Kortajarena, un asiduo de las Islas. También tiene especial relación con diseñadores como Dolce & Gabbana o Giorgio Armani, con los que una vez que se apagan las cámaras “hay una buena relación”, dice. Son experiencias que “te enriquecen y te ayudan”, comenta, y comprende que, cuando se trabaja a tan alto nivel, es normal que los grandes divos de la moda busquen el perfeccionismo.
Cuenta con una oferta para ir a México, pero se lo está pensando. Con 28 años, dice que está cansado de viajar de aquí para allá, tras muchos años de residencia en Milán, le gustaría asentarse en Fuerteventura. Buscar echar raíces en su tierra, con un proyecto empresarial, aprovechando sus contactos para la organización de eventos y convertir a la Isla en un referente del mundo de la moda, al igual que ya están haciendo otras islas como Gran Canaria con la pasalera de baño Moda Cálida. Para ello, espera contar con la participación de diseñadores internacionales de la talla de Dolce & Gabanna. El proyecto se encuentra ahora en fase de gestación, pero ya se han iniciado las gestiones con el Patronato de Turismo de Fuerteventura, organismo con el que ya trabajó prestando su imagen como embajador de su Isla en las principales capitales españolas, dentro del programa Fuerteventura On Tour.
Y aunque persigue el sueño de todo joven emprendedor, podría también compaginar su faceta de empresario con la de modelo profesional. No en vano, Pablo con su 1,87 de altura, tiene un perfil de modelo masculino que los expertos denominan “clásico”, por lo que le han asegurado que conforme avance la edad le van a llover más ofertas laborales.
* Fotografías de Mad Men Magazine
Comentarios
1 Ester. Lun, 19/08/2019 - 11:28
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