Rubén González, directivo de Supermercados Marcial
“Nuestra fortaleza es identificarnos con Lanzarote y trabajar con proveedores locales”
Rubén González, directivo de Supermercados Marcial
Rubén González (1975) forma parte de la tercera generación de Supermercados Marcial, la principal empresa de alimentación de Lanzarote. Desde pequeño mostró interés por el sector, aunque su primera incursión profesional, “un trabajo de verano” cuando tenía 16 años, fue en la competencia: en Unión Castillo. Tras formarse en Derecho y Empresariales, y pasar por la entidad financiera Renta4 y el Grupo ING, desde 2001 trabaja en la empresa familiar. También es miembro del Círculo de Empresarios de Lanzarote.
-En estas dos últimas décadas, desde que trabaja en Supermercados Marcial, ¿cómo ha evolucionado el mundo de la alimentación en Lanzarote?
-En la Isla ha cambiado y mucho. En términos de rentabilidad, para todos los operadores lo más rentable es la zona turística, porque permite optimizar más y no siempre es necesario contar con venta asistida, como carnicería y charcutería. Es un segmento donde sobre todo se venden aperitivos y bebidas, y necesitas tener un surtido más adaptado al cliente extranjero, con productos que consumen de forma habitual, por ejemplo, británicos y alemanes. No obstante, es el segmento nacional y los hipermercados los que permiten a una empresa de alimentación conseguir un volumen de ventas, lo que a su vez facilita obtener mejores acuerdos con los proveedores, ser más competitiva y estar en el mercado, aunque se tenga que librar una pelea por los precios. En Lanzarote, conviven estas dos realidades.
-¿Se imaginó que en la Isla llegaría a haber establecimientos específicos para clientes británicos o de productos de alimentación asiáticos?
-Esto nos obliga a ser más competitivos. Cuando empecé en el sector, el competidor era Hiperdino. Sabíamos que había sitio para más operadores y que no venían porque no habían estudiado bien el mercado. Aunque Lanzarote cuente con unos 150.000 habitantes, en realidad hay una población flotante de al menos otros 50.000 turistas en todo momento, que cada semana cambian y consumen. Ahora no sé si hay tanto mercado para todas las empresas de las que se está hablando que quieren abrir en la Isla, pero en cualquier caso la tendencia será que cada uno identifique sus nichos y especializarse más.
-¿Qué fortalezas destacaría de Supermercados Marcial en este contexto al que hace referencia?
-Fundamentalmente, nuestra identificación con Lanzarote: ser de aquí, conocer los productos y a los proveedores de la Isla, y trabajar con ellos, porque prácticamente todas las enseñas de fuera no lo hacen. Al contrario, huyen de los productos locales, porque evidentemente tienen un mayor coste. Pero si una cadena de alimentación se implanta en un territorio y no cuenta con la red de productores locales la termina matando. Eso creo que representa una diferencia muy importante con la competencia y se generan muchos puestos de trabajo indirectos en la Isla. Donde más se nota es en los productos perecederos, como la fruta y el pescado. Precisamente el pescado es uno de nuestros fuertes y, aunque es cierto que hay una pelea salvaje por el pescado fresco con los restaurantes, al final los pescadores de Lanzarote son los que se benefician. Otras empresas de alimentación suelen pedir unas condiciones cautivas, con precios fijos durante todo el año. Para nosotros es un plus el producto fresco y local. También tenemos una pequeña granja, para la cría de cochino, cabrito y cordero, y aunque pesa poco, por así decirlo, en las ventas, es importante fomentar el producto kilómetro cero.
-Con la pandemia, Lanzarote y Fuerteventura fueron las islas en donde más retrocedió el Producto Interior Bruto (PIB). Teniendo en cuenta que Supermercados Marcial también es mayorista, ¿cómo están notando la evolución de la economía en la Isla?
-Esa caída fue lógica porque somos islas muy turísticas. El gasto en el último año se ha recuperado, incluso por encima de 2019, aunque hay que tener en cuenta que la inflación influye. Sin embargo, tenemos herramientas con las que podemos medir las ventas, en euros y también en unidades, y la conclusión es que se han vendido más unidades y de mejor calidad. Creo que esa es la línea a seguir: atraer un turismo que demande productos y servicios de más calidad. Ha habido hoteles que, al reabrir tras el Covid, han abandonado el todo incluido, y eso es algo que ayuda a la economía de la Isla, porque es una modalidad que hace muchísimo daño. Se está viendo una apuesta por una mejor oferta y más variada, y que el turista también consuma fuera del establecimiento alojativo. Como mayoristas tenemos Cash Mar y, dentro de la empresa, es lo que más ha crecido, por la palanca de la restauración. Es verdad que con la pandemia muchas empresas han caído en el hoyo y no han podido levantar la persiana, y es una pena, pero las que han conseguido salir adelante probablemente han tenido en 2022 el mejor año de su historia. Seguramente, si preguntas, alguno dirá que no, pero realmente los números han sido espectaculares el último año y mantenerlos en 2023 va a ser complicado.
“Hay hoteles que han abandonado el todo incluido y eso es algo que ayuda a la Isla”
-Esas cifras positivas en afluencia y en gasto turístico contrastan con la incertidumbre que se cierne de forma cíclica sobre la economía española, la situación caótica que vivía hace unos meses Reino Unido o las dudas sobre la economía de Alemania por su dependencia energética, y cómo todos estos factores parecían confluir en malas perspectivas para el turismo...
-La gente no ha querido quitarse las vacaciones, pero evidentemente si los factores externos son negativos nos van a terminar afectando, porque no solo dependemos de nosotros, pero tenemos que hacer las cosas bien en Lanzarote para no caer en 2023, porque la línea de recuperación se puede mantener. La Isla tiene público y demanda. Lo primero que tenemos que hacer es creernos que somos un paraíso, que Lanzarote es un destino como no hay otro en el mundo y que tenemos un producto exclusivo. Tenemos que mejorar nuestra oferta, cada uno en su rama, para elevar precios y llegar a ese segmento turístico con mayor capacidad de gasto. Creo que en el ámbito empresarial tenemos que estar unidos, porque hay un horizonte claro, que compartimos, e ideas acerca de qué es lo mejor para Lanzarote y remar juntos hacia esa dirección.
-Con la creación del Círculo de Empresarios de Lanzarote y la renovación de la Cámara de Comercio, se ha visibilizado cómo las segundas y terceras generaciones de empresas de tradición familiar de la Isla están asumiendo responsabilidades y tomando decisiones estratégicas. ¿Se dan, quizás más que antes, los mimbres necesarios para esa unidad empresarial a la que se refiere?
-Le hablo del Círculo de Empresarios, en el que ha coincidido que sus miembros nos llevamos bien, y somos amigos antes de formar parte de esta organización, muchos nos conocemos desde pequeños y hay una buena sintonía. Se ha conseguido llegar a una unión empresarial, con la filosofía de que el objetivo es pensar en la Isla y olvidarnos de lo nuestro. Obviamente, cada uno tiene que seguir peleando en su empresa, pero el Círculo tiene la finalidad de trabajar por Lanzarote.
-Dentro del crecimiento que ha experimentado la Isla en las últimas décadas, ¿Arrecife se ha quedado atrás?
-Arrecife necesita un poquito más de ayuda. Creo que es importante trazar un proyecto de ciudad que perdure, en el que se implique la ciudadanía. Por eso hemos traído a Lanzarote al arquitecto [Alfonso Vegara, de la Fundación Metrópoli] que participó en la transformación de Bilbao, que es un ejemplo de cambio radical en positivo. En comparación, Arrecife es chiquitita y podemos identificar rápidamente los problemas y buscar las soluciones. Si contamos con un proyecto de ciudad, ya llegarán los fondos para hacerlo posible y financiar la transformación de Arrecife. Creo que lo más importante es empezar por los barrios, por lo difícil. Hay que mejorar la ciudad para la ciudadanía, que le sea más cómodo vivir en ella, no para los empresarios. Si no se cambia para los ciudadanos, un proceso así no va a funcionar jamás.
La inflación “va a seguir subiendo y vienen curvas” durante el año 2023
-Con la reciente crisis del Covid, se debatió mucho en Lanzarote, aunque quizás no de forma organizada ni con continuidad, acerca de la diversificación económica. ¿Cuál es su punto de vista?
-Hay que tratar de minimizar la enorme diferencia que hay entre el sector turístico y el resto. Es fundamental apostar por el sector primario, porque creo que en Lanzarote apenas cabe industria, salvo que tenga el medio ambiente por bandera y no sea contaminante. Ahora vemos cómo la uva es negocio, con un precio de más de tres euros el kilo. Pero tenemos que tener claro que la uva se vende porque se vende vino, y el vino se vende porque tenemos turistas que lo reclaman, no tenemos un producto top a nivel internacional que se demande en cualquier parte del mundo. No obstante, hay que seguir apostando por esa diversificación. Le pongo un ejemplo: la papa de Lanzarote es la más cara, pero es la mejor y se vende sola. Ahí tenemos una oportunidad. Sabemos que tenemos un problema con la dependencia del turismo y que hay que buscar soluciones, poco a poco.
-Un elemento muy de actualidad, presente a lo largo del último año y que han notado todos los bolsillos, es el de la inflación, que el Gobierno de Canarias estima que había incrementado un 15 por ciento los precios. ¿Cree que la inflación va a seguir siendo un factor tan importante en 2023 o ha llegado al tope y está empezando a bajar?
-Va a seguir subiendo y vienen curvas. La leche va a encarecerse a niveles prohibitivos, porque los costes están disparados. El problema es que tenemos la electricidad en máximos y es necesaria para elaborar cualquier producto de alimentación. No se espera que baje hasta 2024 o 2025, por lo que se aprecia en el mercado de futuros. El precio del cristal es una barbaridad, el cereal está disparado y las materias primas también. Va a encarecerse el aceite: la cosecha terminó en diciembre y ha sido un desastre, se esperan costos de 30 euros los cinco litros, cuando se está vendiendo por debajo de ese precio ahora mismo, y el aceite pesa mucho en otros productos en los que se utiliza. Todo este cóctel va a provocar que se incrementen los precios. Muchos proveedores han esperado a enero para subir las tarifas, no hay ninguno que venga a decirme que va a bajar precios y nadie quiere vender a pérdidas, porque tendría que cerrar.
-En ese escenario económico, ¿sufre más una isla no capitalina como Lanzarote?
-En nuestro caso, somos muy dependientes del exterior, y los fletes -el transporte marítimo- están por las nubes. Eso no nos ayuda. Los arrastres, es decir, mover un contenedor de la fábrica al muelle, también se ha desbocado. Todo eso hace que los precios en Canarias estén disparados con respecto a la Península. Antes se pagaba unos 1.500 euros por el transporte de un contenedor y se ha llegado a pagar 12.000 euros, aunque ha bajado un poco. Una solución parcial sería consumir más productos de kilómetro cero, pero en Lanzarote no podemos subsistir sin traer la mayoría de los productos de fuera. Como decía antes, una de las claves es fomentar el sector primario y que le sea rentable a un chico joven dedicarse a ello, cuando ahora a nadie se le pasa por la cabeza. Es un problema para Lanzarote que el sistema de ayudas al sector primario esté descompensado dentro de Canarias.
“El arranque de Open Mall ha sido muy positivo, con unos 20.000 visitantes diarios”
-En este contexto económico, ¿tienen planes de crecimiento sobre la mesa o es preferible esperar que pase la tormenta? ¿Cómo han sido los primeros meses de Open Mall?
-La tormenta va a ser dura pero no te puedes parar, tienes que seguir adelante. Nuestra prioridad es Lanzarote, porque somos de aquí y nos queremos quedar aquí, pero es verdad que tenemos que contemplar inversión en otras islas, siempre dentro de Canarias. Los planes pasan por reformar las tiendas y estamos planificando dos aperturas importantes. Y diversificar en el sector alojativo, para reformar un apartotel en uso bajo el criterio de la calidad. En cuanto al arranque del centro comercial Open Mall ha sido muy positivo, rondando los 20.000 visitantes diarios, por lo que está entre los centros más visitados a nivel nacional. Se ha posicionado muy rápido. Los cruceristas son un nicho de clientes que está funcionando muy bien y una prueba de que Arrecife tiene que enfocarse también al turista.
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