Compuesto en Fuerteventura, el disco transita entre géneros, bases de folclores y distintas lenguas en una fusión entre Canarias, Sáhara y Marruecos
‘Arife’: música desde la raíz a dos orillas
Compuesto en Fuerteventura, el disco transita entre géneros, bases de folclores y distintas lenguas en una fusión entre Canarias, Sáhara y Marruecos
Sus raíces estaban conectadas. También su mirada al futuro. Los jóvenes Pedro Umpiérrez (Fuerteventura), Jusay Mahamud Debra (Gran Canaria, ascendencia saharaui), Mustapha Id-Oudmajoud (Gran Canaria y Marruecos) y Marc Clemente (Tenerife) han presentado su primer álbum, Arife, un trabajo compuesto en Fuerteventura y grabado en Tenerife con financiación del Instituto Canario de Desarrollo Cultural del Gobierno de Canarias, con el que investigan rítmica, lingüística y musicalmente la conexión entre el África occidental y Canarias.
“Arife partió de la idea de unir todas las raíces moriscas y Canarias que tenemos, recuperar esa parte identitaria, esa africanidad de Canarias que parece estar metida en una gaveta, que parece no existir; y no solo recuperar la conexión obvia desde la antigüedad, sino encontrar las nuevas influencias que también nos nutren. Queríamos que Arife fuera una herramienta de transmisión de la identidad, desde nuestra raíz amazigh, y de los lazos con el continente”, explica Jusay.
El resultado es un álbum de nueve canciones, en las que combinan rap, ritmos y armonías tradicionales del folclore canario y bereber, y conectan lingüísticamente las dos orillas. “Un elemento vital en este disco es la lengua”, explica Pedro Umpiérrez. “El trabajo tiene mucho valor porque hace un esfuerzo en difundir el tashelhit [el principal idioma bereber en habla actual en Marruecos] y crear ese puente a través de lo lingüístico. En lo musical ha habido muchas fusiones y hay representación de la raíz de cada uno, pero en el ámbito lingüístico creo que es interesante, en especial, la conexión entre Jusay y Mustapha: no hay tantas personas en Canarias que, como Jusay, conozcan el amazigh y creo que crea un vínculo, un lazo, bastante fuerte”, señala Pedro Umpiérrez.
Lazos desde la música
La música, cuenta Mustapha, “es un lenguaje internacional. Tiene la capacidad de hacerte conectar con otras personas”. Por eso, aseguran, el álbum se desarrolló “de forma orgánica”, a partir de una apuesta de todos por conversar a través de los instrumentos. Tomaron como punto de partida escribir una pieza que les vinculara y surgió Arife (calima), donde fusionaron rap y folclore de las dos orillas. De su estribillo, en tashelhit y castellano, se desprende la simbología que posteriormente impregnará todo el disco: “Viajamos como el viento y la calima / hacemos la historia a través de nuestras manos”.
Las canciones, en las que convergen elementos comunes del folclore, hacen hincapié, también en sus letras, en los elementos comunicantes del arraigo. Tituladas con nombres amazigh (Tadrart, montaña; Arife, calima; Taghart, costa; Itrn, estrellas; Tighattin, cabras; Tayniwin, palmera), el sentido de base en la construcción de los textos de las canciones fue, señala Jusay, crear “rap, pero con la esencia de tajaraste o de la música touareg: estrofas pequeñas que se repiten, coros con versos cortos. Tanto los coros, como el rap que escribimos partieron de esa intención. Queríamos que sonara reconocible la raíz, pero percibiéndose algo diferente”.
Señala que en las letras fue, además, “fundamental la naturaleza” y la influencia de una serie de valores que compartían los cuatro miembros de la banda. “Arife más allá de la música no deja de ser un encuentro de personas con inquietudes en común, lo que hace que las temáticas tengan mucha relación en la raíz y la identidad, lo histórico que conocemos del testimonio oral: agricultura, ganadería, pesca, paisaje. Temas de nuestro pasado en versos cortos, pero con profundidad”, añade Pedro Umpiérrez, que incide en que, también en este caso, “surgió de forma natural”. Sal, esfuerzo en el sustento, cielos estrellados, horizontes largos, ganado, desierto o costa son imágenes recurrentes en el imaginario representado por los jóvenes en Arife.
Aseguran que Fuerteventura fue la inspiradora y que, en palabras de Mustapha, en la isla “la música caía de todos lados”. “La música, los temas para componer, venían caminando con nosotros”, cuenta. Tras unos días compartidos en la que nombran como “la abuela de Canarias” tenían bajo el brazo varias ideas y la base de las composiciones. El desierto cantó y ellos recogieron. Para Pedro Umpiérrez, el único majorero del grupo, este descubrimiento fue un regalo: “Descubrir que les inspire mi casa, me llenó. Siento que poder crear las piezas desde la Isla, aportar este granito de arena y enriquecer la propia casa, y desde ella a Canarias, que la raíz sea Fuerteventura... es algo que me mueve”.
Cuentan que el mismo espíritu del álbum quieren llevarlo a su promoción y que ya planean una gira de presentación a uno y otro lado del mar. Quieren “una conexión real, más allá de la grabación en el estudio” y esperan que este sea el primero de un futuro de colaboraciones en torno a la raíz, al origen, a una creación cultural que no puede darle la espalda al continente. “Observamos el cielo porque queremos conocer / No vemos las estrellas, hay mucha luz en nuestra ciudad / Pero el universo sigue siendo inmenso”. Quizás la música sea la herramienta definitiva para acortar la distancia de galaxias enteras, en el soplo de un Arife.
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