El proyecto Sublántida investiga desde hace cuatro años la evolución geológica del Túnel de la Atlántida, el túnel sumergido más largo del mundo, con 38 especies únicas
Conociendo el tesoro más desconocido de Lanzarote
El proyecto Sublántida investiga desde hace cuatro años la evolución geológica del Túnel de la Atlántida, el túnel sumergido más largo del mundo, con 38 especies únicas
“El tesoro más desconocido de Lanzarote”. Así describe Elena Mateo, geóloga del Geoparque Lanzarote, al Túnel de la Atlántida. No solo es un tesoro por su valor, geológico y biológico, con 38 endemismos descritos, sino por su ubicación, escondido bajo el agua.
Mateo presentó en la sede de la UNED Lanzarote a Javier Lario, catedrático de geodinámica externa en esa universidad en Madrid, y que está al frente del Proyecto de investigación Sublántida, que se dedica desde hace cuatro años a seguir desvelando todos los secretos que aún alberga este túnel.
Lario ofreció la conferencia Evolución geológica de un túnel volcánico sumergido, como una especie de anticipo al calendario de las actividades que llegarán el próximo año con motivo de la celebración del cincuenta aniversario de la UNED.
En el proyecto Sublántida también está implicado el Centro Superior de Investigaciones Científicas, el Museo de Ciencias Naturales y varias universidades. El proyecto está enmarcado en el Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
El túnel conforma un sistema anquialino conectado al mar a través de poros y fisuras. Tiene algo más de un kilómetro y medio de longitud, en su galería principal, y otros 350 metros en la galería superior. Su profundidad máxima es de 64 metros.
Lario y un equipo de buceadores se sumergen y lo atraviesan en inmersiones de una, dos y hasta tres horas, en su duración máxima. Al final del túnel aparece una pared y sedimentos de arena que llegan ahí a través de las fisuras.
El tubo volcánico, surgido del Volcán de la Corona, y que pasa primero por la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua, se formó hace unos 21.000 años. En aquel momento, la cavidad estaba por encima del nivel del mar, pero en todo este tiempo, el mar ha subido unos 120 metros y el túnel se ha ido inundando.
En la galería superior, una vez que se alcanza, si se bucea en dirección a la costa y no hacia el mar, se llega a un lugar en el que el túnel acaba saliendo a la superficie, que se denomina el lago escondido.
Lario mostró en su presentación lo que puede ser un catálogo de las formas geológicas que se encuentran en el tubo. Están las líneas de flujo, que marcan las fases de la lava, que pertenecen a los momentos en que se paraba esa lava. Están las grietas de contracción, tanto en el techo como en las paredes, que se forman cuando se enfría. Están los bloques, que son trozos de material que se desprenden por la inestabilidad del techo o las paredes.
También están las coladas parietales, las terrazas o bordillos, las cornisas, las cuchillas, los diques y las ventanas, que son agujeros entre las dos galerías. Hay tres ventanas, y al menos una es lo suficientemente ancha como para trasladarse de una galería a la otra.
El túnel se fue formando porque la lava iba derritiendo las coladas anteriores. Ese posible catálogo de las formas geológicas del túnel aún no está disponible, pero lo va a estar próximamente.
En él se podrán ver también las estalactitas de lava y la montaña de arena, el elemento más característico del túnel. Durante años se denominó duna fósil, pero corresponde a dos acumulaciones de arenas marinas que han entrado por fisuras, ya cementadas y denominadas calcarenitas.
La montaña, donde viven gran parte de los endemismos del tubo volcánico, se encuentra a unos 750 metros, en la mitad del túnel, aproximadamente. Es un gigantesco reloj de arena. El proyecto Sublántida tiene la intención de poder investigar su interior haciendo un sondeo con tubos de PVC, sin maquinaria.
Necesitan el permiso de Medio Ambiente y consideran que no dañaría a la fauna, sino que su impacto sería similar al de las corrientes de agua y, sin embargo, sería de gran interés tanto para los geólogos como para los biólogos.
Montaña de arena. Foto: Proyecto Sublántida/UNED.
Hace 21.000 años
El proyecto estudia el modelo de evolución del Túnel de la Atlántida desde su formación, hace 21.000 años, hasta la actualidad y su relación con la evolución paleoclimática de Lanzarote. Hace unos 11.000 años hubo un gran enfriamiento en todo el planeta e incluso llegó a bajar el nivel del mar. Esos cambios se reflejan en el túnel. Se intentó hacer una datación OSL o “por luminiscencia ópticamente estimulada, mediante un sondeo, “pero no dio resultado porque no hay cuarzo”.
Sin embargo, se dataron unas conchas con el método del carbono 14, que tienen unos 6.700 años. También se dató por torio-uranio el carbonato cálcico que recubre las estalactitas del techo, “que nos dice que se formaron en el medio terrestre y nos permite datar estas (no se data el techo, sino la formación de las estalactitas) entre 14.000 y 16.000 años”, un periodo que coincide con el tiempo en que la cueva aún no había comenzado a inundarse.
Por otra parte, las costras sobre el basalto son mayoritariamente de calcita y motukoreaita (sulfato hidróxido hidratado de magnesio, aluminio y sodio), un mineral descrito por primera vez en un medio sumergido.
Nuevo mapa
El equipo de Sublántida está llevando a cabo ahora un estudio de isótopos para conocer paleotemperaturas, pero de momento no hay resultados. También pretenden saber si existe aportación de agua dulce por acuíferos subterráneos y cómo influye ese agua, en caso de que exista, en la fauna.
Además están instalando sensores de temperatura y conectividad para conocer esa aportación de flujos de agua diferentes del agua marina. Esos sensores hacen un registro cada diez minutos durante todo un año. Y, por último, están elaborando un nuevo mapa del túnel, más completo del que se hizo hace 32 años.
En definitiva, los objetivos de los estudios geológicos e hidrogeológicos sobre la evolución dinámica del túnel y su entorno son: la reconstrucción paleoclimática y paleoambiental del túnel y su entorno, las nuevas paragénesis minerales (asociaciones de estos materiales que se han originado en las mismas condiciones), la interacción del agua marina y el agua dulce con la roca y el medio físico y, por último, la interacción entre el agua marina y el agua dulce con el ecosistema.
1972. La primera inmersión. Los hermanos Guerra llegan hasta los 320 metros.
1981. Un equipo italiano alcanza los 410 metros.
1982. El Grupo Standart, de Madrid, llega hasta los 820 metros y a unos 32 metros de profundidad.
1983. Un equipo de Alemania y Estados Unidos alcanza 53 metros de profundidad y 1.377 metros de longitud.
1984. El equipo Standart junto al CSIC llegan a 1.578 metros, casi hasta el final, y hacen el primer estudio completo del túnel.
1986. Un equipo de Suiza llega hasta la pared final: 1.618 metros y 64 de profundidad.
1987. De nuevo el Grupo Standart. En esta ocasión llegan al final del túnel y exploran también alguna de las galerías laterales.
2008. La Universidad de Texas, con el apoyo de biólogos de la Universidad de Hamburgo y la Universidad de La Laguna, estudia la riqueza biológica y describe nuevas especies.
2011. La Universidad de Copenhague junto a buceadores canarios continúa recolectando muestras para investigar la fauna.
Añadir nuevo comentario