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El movimiento ecologista de Lanzarote se rearma: “Hay que cambiar de rumbo”

La nueva plataforma Alcogida alerta de la degradación medioambiental de la Isla

Saúl García 0 COMENTARIOS 15/12/2022 - 06:57

El punto de partida o el detonante fue el intento de entierro del Plan Insular de Ordenación (PIO), “no por el de Ezquiaga, que ya estaba enterrado en la práctica”, sino por el intento de eliminar 150 artículos y disposiciones del PIO de 1991 con la excusa de adaptarlo a la Ley del Suelo, y hacerlo “por la puerta de atrás”. Ese hecho provocó una primera reunión, en la Casa del Miedo, a la que se sumaron asociaciones ecologistas, ambientalistas y personas a título particular, que ha tenido continuidad y se ha acabado convirtiendo en la coordinadora ecologista Alcogida.

Pero había más motivos anteriores. Siempre hay motivos: la gestión insular del medio ambiente, la dejación, el desinterés o la escasa importancia que están teniendo políticas activas y de conservación en el Cabildo de Lanzarote. Y el rally de tierra, que se vincula a la destitución de la anterior consejera de Medio Ambiente, Elena Solís, y que se ha vuelto a poner sobre la mesa, al celebrarse la prueba de motor, a la que se opuso la nueva plataforma ecologista y otras entidades conservacionistas como SEO Birdlife.

Alcogida tiene cuatro portavoces: José Goñi García, Alberto Ucero, Fran Rodríguez y Gustavo Tejera. Diario de Lanzarote charló con ellos para conocer los objetivos de esta nueva coordinadora. Una alcogida es un terreno que se acondiciona para recoger agua para almacenarla. Es una “perspectiva antigua”, dicen, pero una infraestructura muy válida, y la coordinadora quiere “abrir nuevas perspectivas”. Entre los objetivos principales están: promover la participación pública y proteger la gestión, también pública. “Lanzarote es un gran barco, pero para que tenga un futuro, no estamos remando todos en la misma dirección”.

“El margen, si es que lo tenemos, se acorta cada vez más”

“Todos somos responsables en parte, por acción o por omisión”, destacan. “Esta es la última generación que puede hacer algo para cambiar el rumbo de un futuro muy negro, al que nos estamos aproximando”, alertan. En el horizonte más cercano están los efectos del cambio climático, la necesidad de mirar hacia la naturaleza y de reducir o decrecer. No solo es una crisis medioambiental y energética, sino también de biodiversidad. Y no solo está el problema de que suba la temperatura, sino la visión económica y política de la Isla.

En los últimos años ha habido un vacío, o un paréntesis, en este tipo de movimientos sociales y políticos. Después de la que se consideró la época dorada del ecologismo en la Isla, con la asociación El Guincho o el Foro Lanzarote, las reivindicaciones ecologistas se institucionalizaron, cayendo en manos de Alternativa Ciudadana o de Podemos, más tarde. Han seguido trabajando una serie diversa de asociaciones ecologistas, educativas o ambientalistas, que se centran en su campo de acción pero no sobre el conjunto, y sin apenas conexión.

“Lanzarote era un reflejo de lo bien hecho, pero no queda nada de eso”

Alcogida pide que se abran procesos participativos para la gestión pública, no solo cada cuatro años en las elecciones. “Todos podemos poner nuestro granito de arena en la gestión territorial porque se están haciendo muchas cosas a espaldas del ciudadano”, señalan. “Se ha dejado mucho en manos de los políticos y no puede ser”, consideran. “Hay una decepción general porque se confiaba en que la presidenta Loli Corujo iba a corregir algunos de estos aspectos, de oscurantismo y todo eso... Reclamábamos la luz y estamos viendo la oscuridad”, aseguran.

Algunos de los miembros de la coordinadora se dedican a la investigación o a la divulgación científica: a informar, generar conocimiento y conciencia sobre las especies y el medio ambiente. “Hasta ahora, la coordinadora es el reflejo de una voz potente de unificación, así nos hacemos más fuertes porque solos, o por separado, no alcanzamos tanto”, dicen, y señalan que, ahora, la Administración les “va a tener que escuchar y responder”.

En noviembre alzaron la voz contra el rally de tierra por su impacto ambiental y la afección a especies protegidas. El Cabildo terminó autorizando la competición de motor, con solo tres tramos, tras eliminarse dos por reparos medioambientales. En el mundo ecologista se hace la siguiente lectura: “Si este año es el primero en el que de verdad se ha puesto la lupa sobre el rally y ha salido con tres tramos, es la prueba de que con anterioridad se hacía la vista gorda”.

Circunvalación

En la coordinadora Alcogida también muestran su preocupación por lo que consideran “falta de inversión en el futuro” y entienden que solo se tapan parches en el presente. Hay varios síntomas “de que hace falta quejarse”, dicen, como el proyecto del Gobierno de Canarias de construir una nueva circunvalación exterior en Playa Honda, que arrasaría al menos 346.000 metros cuadrados de suelo rústico, para solucionar “un problema menor” de tráfico. “Ese proyecto es absurdo y a medida”, denuncian.

Denuncian la “absurda” circunvalación exterior a Playa Honda

Los portavoces de Alcogida creen que “la mayoría de la gente no conoce el alcance de las decisiones que se están tomado” y cómo influyen estas decisiones en su calidad de vida. Tampoco están seguros de si ahora hay mayor o menor conciencia ambiental en la Isla. Consideran que, en las redes sociales, parece haber mucha preocupación, que después no se refleja en la acción diaria. Un ejemplo: se organizó un funeral por la palmera de Masdache, que tuvo gran repercusión en las redes, hasta el punto de que acudió la Policía, pero no se congregaron más de 15 personas.

La plataforma cree que se está volviendo a un momento de concentración de proyectos de construcción de gran calibre, sin explicación y, de nuevo, hablando de salarios y de creación de empleo: “La única posición posible de la Isla está en el decrecimiento”, señalan, porque los aviones van a dejar de venir masivamente. “La industria turística hace tiempo que dejó de ser fruto de riqueza para esta sociedad, al contrario, genera unas bolsas de pobreza extrema y de pobreza infantil, en las que Canarias está a la cabeza en España”.

Frente a esto, creen que en Lanzarote no aparece el cambio de rumbo necesario, sino solo inercia y “un desprestigio” para los que defienden otras alternativas. “No se ve que el presidente de Canarias [Ángel Víctor Torres] ni la presidenta del Cabildo opinen sobre esto, que es lo más relevante, sino que siguen con sus discursos vacíos y no se mojan”. En lugar de girar las políticas, “se está facilitando que llegue más turismo, en lugar de hacer lo contrario”.

Parque temático

Desde la coordinadora Alcogida apuntan que se están gestionando los espacios naturales protegidos de Lanzarote con la perspectiva de un parque temático. El número de vigilantes de Medio Ambiente del Cabildo aumentó de dos a ocho, “pero les están dando órdenes de aflojar el ritmo y no sancionar tanto”, apuntan. “Hacen su trabajo y se ha notado, pero si les dicen que bajen el ritmo, puedes tener 25 agentes, que no avanzamos”.

“Se vende Lanzarote como un ‘photocall’, no se muestra la realidad”

Señalan, por ejemplo, que el paso de buggies o quads por caminos de tierra se restringe a 30 kilómetros por hora, y no se cumple. También alertan de cómo se orienta ese turismo premium que se está queriendo atraer a la Isla hacia los espacios naturales protegidos. “Después de consumir el litoral, ahora vamos a por el interior, primero copamos la costa y ahora el centro de la Isla”. “Se vende Lanzarote como un photocall, donde no se muestra la realidad y la biodiversidad, sino solo la foto, sin más, y si pagas más puedes disfrutar el doble”.

También apuntan que “Lanzarote era un reflejo de lo bien hecho, pero vemos lo que hay ahora y no queda nada de eso”. Además, consideran que hay una deficiente gestión de futuro: se está colapsando la sanidad en Canarias y, al mismo tiempo, el Gobierno autonómico está colocando carteles en las capitales invitando a los jubilados de Europa a que vengan a pasar el invierno: “Si nos les vamos a poder atender”.

El estado de las zonas protegidas, destacan, está “en retroceso”. “Ya no se trata de hacer un rally al año o una carrera por un espacio natural, es que entrenan todo el año y pasan durante todo el año por ahí”, cuestionan.

Además, defienden que los ayuntamientos y el Cabildo tienen margen para mantener los sistemas naturales con acciones “muy simples”: se pueden rehabilitar hábitats “sin coste o a un precio muy bajo, pero no lo hacen”. Es un círculo vicioso difícil de romper: “Falta implicación de la administración pública, de la sociedad en el medio ambiente y también hace falta una reconversión del mensaje que damos, que puede que seamos causantes de parte de la apatía”. “El margen, si es que lo tenemos, se acorta cada vez más”, sentencian.

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