Archivada otra denuncia de sus superiores contra Gloria Moreno por una entrevista en Diario de Lanzarote: el tribunal comprende que pensara en un proceder “perverso” en su contra
Un Tribunal Militar entiende que la sargento del Seprona de Lanzarote se sintiera “acosada y hostigada”
Archivada otra denuncia de sus superiores contra Gloria Moreno por una entrevista en Diario de Lanzarote: el tribunal comprende que pensara en un proceder “perverso” en su contra
“Es perfectamente entendible que se haya sentido económica, personal y profesionalmente hostigada”. Así re refiere un auto del Tribunal Militar Territorial Quinto, con sede en Las Palmas de Gran Canaria, a la situación de la sargento del Seprona de Lanzarote, Gloria Moreno. Lo hace al archivar de forma definitiva la última denuncia del capitán Germán García contra la sargento.
Era una denuncia motivada por una entrevista de Moreno en Diario de Lanzarote tras la que le imputaron los delitos de injurias a la Guardia Civil y de calumnias e injurias hacia un superior.
El ponente del auto es el teniente coronel auditor José Antonio López Arauzo. Este mismo tribunal ya archivó las actuaciones en mayo de 2022 al considerar que las declaraciones de la sargento carecen de relevancia penal. Lo mismo hizo con otra denuncia similar del excoronel Ricardo Arranz.
Considera el Tribunal Militar que el honor y la dignidad militar del denunciante “no se vieron menoscabados”. Se quejaba el capitán de que la sargento le había señalado en esa entrevista como colaborador necesario para que se le abrieran hasta ocho expedientes, que revelaba aspectos de esos procedimientos y que profería “injurias y calumnias contra el capitán y contra la Guardia Civil”.
Entre las supuestas manifestaciones injuriosas de Moreno se incluía una en la que afirmaba que “estar bajo el mando de una persona que ha sido un autor necesario en esta ráfaga de expedientes disciplinarios es muy peligroso”.
“Han ido a por mí a cazarme, a cazarme en grupo y... tengo esa sensación, de que no van a parar”, señalaba Moreno. O bien: “Lo que más sensación me causó fue que un compañero, no miembro de la Guardia Civil, me dijo que un miembro de mi unidad le había dicho: nos la vamos a cargar”.
Destaca el propio auto del tribunal que Moreno fue objeto en un periodo de dos años de ocho expedientes disciplinarios por falta leve, por falta grave e incluso por falta muy grave, además de una medida cautelar de cese de funciones de tres meses, y que en algunos de ellos intervino el capitán, así como el que fuera coronel jefe de la Comandancia, el general jefe de la XVI Zona y el director general de la Guardia Civil, pero que ninguno de ellos acabó en sanción o que la misma fue después anulada. “Lo cierto es que nada de esto es rebatido por el denunciante, lo que lleva a pensar indudablemente, que todo esto es cierto”.
El tribunal hace una serie de consideraciones favorables a la sargento: “Cuando en menos de dos años se ha intentado sancionar disciplinariamente a un miembro de la Guardia Civil, -en este caso a una sargento-, hasta en ocho ocasiones y ninguna de esas acciones disciplinarias ha prosperado, es absolutamente entendible que esa sargento tenga una sensación de hostigamiento; de que se hayan distorsionado los hechos para conseguir una sanción que no ha llegado nunca, -en ninguna de las ocho ocasiones en las que se ha intentado-; de que se le haya minado su autoestima y de que le haya provocado confusión y sensación de inseguridad”.
Y continúa: “Con semejante bagaje de acciones disciplinarias fallidas es entendible que tenga la sensación de que ese proceder lo entienda como perverso, y lo diga, sin que por ello incurra en responsabilidad penal de ningún tipo. Es igualmente entendible que entienda peligroso seguir a las órdenes de su jefe que, como se ha dicho, en ocasiones ha informado en esos expedientes. Y es perfectamente entendible que se haya sentido económica, personal y profesionalmente hostigada”.
Señala el ponente del auto que “no es, en absoluto, habitual que una sargento del Cuerpo sea sometida en tan escasísimo periodo de tiempo a ocho expedientes disciplinarios por falta leve, grave y muy grave, -uno de ellos con cese preventivo en funciones por tres meses- y que todos los expedientes, e incluso la medida cautelar que a consecuencia de uno de ellos se abren, acaben sin sanción, o que éstas hayan sido anuladas en diferentes resoluciones administrativas y/o judiciales”.
La Sala percibe “que la sargento ha sido sometida a una observación con un rigor muy inusual incluso en un Cuerpo, como es el de la Guardia Civil, en el que se recurre con cierta habitualidad a la aplicación del régimen disciplinario”.
“Y siendo esto así, a la Sala se le antoja perfectamente entendible que esta situación le haya provocado a la sargento una sensación de acoso o de hostigamiento, que es lo que refirió en los medios de comunicación social”, añade. “Tampoco hay duda -insiste el auto- de que semejante cantidad de expedientes sufridos han causado un desgaste personal y económico en quien los sufre, y ello es una realidad”.
No hay nada
En el recurso contra el archivo inicial, calificado en el auto como “una reproducción literal de la denuncia sin crítica sustancial alguna al razonamiento del juez”, el capitán pedía la identificación de un perfil de Facebook desde el que se vierten algunas afirmaciones que atribuye a la denunciada.
“No es, en absoluto, habitual que una sargento sea sometida a ocho expedientes”
Sobre esto, señala el auto que “independientemente de que la denunciada niegue estar detrás de ese perfil (...) las manifestaciones que ahí se vierten no integran en absoluto los delitos que se imputan, de manera que la identificación de quién esté detrás ese perfil es algo superfluo”. Por otra parte, afirma que “examinadas en sí las declaraciones publicadas, y aun imputándoselas literalmente a la denunciada, estas carecen de trascendencia penal”.
Sobre las calumnias, el tribunal señala que no hay ninguna atribución más o menos específica de delito concreto al denunciante por parte de Gloria Moreno. Destaca que denunció al capitán y a otros componentes del Cuerpo por presunto delito de abuso de autoridad, pero que esa denuncia se hizo legítimamente, ante un órgano judicial. Sobre el de injurias tampoco hay nada.
De hecho, señala el auto que el capitán “centra el ataque a su buena fama y dignidad” por la “intervención” en los expedientes disciplinarios que se le han abierto, una participación que el propio capitán reconoce. “Basta una mera comparación de la denuncia con el artículo del Diario de Lanzarote para acertar a ver que no existe tal imputación delictiva y concreta al denunciante en los términos en los que el delito de injuria exige”. “
Tampoco integra ninguna falsedad que la sargento diga que se le han vulnerado sus derechos constitucionales, pues lo cierto es que, al menos, alguna de las sanciones que han sido revocadas lo han sido por que se habían infringido derechos y preceptos constitucionales”, destaca el auto.
Por último, tampoco hay delito de injurias a la Guardia Civil, ni siquiera respecto a la polémica sobre los suicidios en este cuerpo armado, porque “ya son innumerables las ocasiones en las que en diferentes informaciones periodísticas, diferentes individuos o colectivos identifican genéricamente suicidios en la Guardia Civil con condiciones laborales, sin que en ningún caso estas afirmaciones genéricas susciten ningún tipo de respuesta penal contra nadie, pues son meras conjeturas que como en este caso, además no vienen encaradas hacia nadie en particular”. “Lo mismo puede decirse de otras afirmaciones que hace en general hacia la cadena de mando o a la propia Institución”, concluye.
Todo archivado
A la sargento se le abrieron hasta ocho expedientes sancionadores, por faltas desde leves hasta muy graves, entre 2017 y 2019, que acabaron archivados, caducados o sin sanción alguna tras recorrer un camino administrativo o judicial. El Tribunal Militar Central llegó a afirmar que algunas sanciones estuvieron carentes de motivación y fueron desproporcionadas.
Gloria Moreno “ha sido sometida a una observación con un rigor muy inusual”
Durante dos años, la sargento siempre tuvo algún expediente abierto y, al menos durante 10 meses a lo largo de ese periodo, tuvo hasta cuatro en marcha de forma simultánea, con la posibilidad incluso de perder el destino o la especialidad del Seprona. Además, se le abrieron dos denuncias por la vía penal que también han acabado sin condena.
Moreno avisó a sus superiores de un soplo acerca de presuntas filtraciones a cazadores de pardelas en Alegranza sobre operativos de la Guardia Civil. Ella misma dirigió un operativo por el que se sorprendió un asadero masivo de pardelas, un ave protegida. Todos los expedientes se producen después de este hecho. Los cazadores, finalmente, fueron condenados.
Cuando se archivaron todos los expedientes, Moreno se querelló contras sus superiores por acoso laboral, y también se archivó esa denuncia. Sus superiores y otros compañeros se querellaron contra ella. Aún queda abierto un caso en la justicia ordinaria por cuestiones similares relacionadas con declaraciones en medios de comunicación o redes sociales.
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